Contenido de usuario Este contenido ha sido redactado por un usuario de El Periódico y revisado, antes de publicarse, por la redacción de El Periódico.

Rajoy, Puigdemont y sus fidelidades democráticas

Jesús Pichel

El President Puigdemont se debe a los catalanes, que son quienes le han elegido legítima y democráticamente. Por eso le ha venido a decir a Rajoy que será fiel al mandato democrático de los catalanes, refiriéndose, claro, al apoyo que recibió en las elecciones autonómicas el proyecto de secesión, esa hoja de ruta hacia la constitución de una República de Catalunya como Estado independiente.

Entretodos

Publica una carta del lector

Escribe un 'post' para publicar en la edición impresa y en la web

El dilema para el Govern y para una buena parte del Parlament ha sido elegir entre ser fieles al mandato constitucional (como Instituciones del Estado que son) o serlo al mandato secesionista de una parte de los catalanes. Y han elegido lo segundo, de manera que el President inevitablemente debe plantear una negociación con el Estado de igual a igual.

El problema es que el presidente en funciones Rajoy (o quien lo fuera), se debe a los españoles y también él debe ser fiel al mandato democrático recibido, o sea, a lo que se expresa en la Constitución que, buena o mala, es la que tenemos y está democráticamente legitimada. Que la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española y no recoge ningún procedimiento para la secesión de parte alguna es algo evidente, y un mandato para el Presidente del Gobierno (y para todas las Instituciones del Estado).

El Presidente del Gobierno, pues, actualmente no puede consentir una negociación de igual a igual, sino jerárquica (entre la Administración General del Estado y una Comunidad Autónoma), como establece la Constitución. Lo quisieran o no Puigdemont, Junts pel Sí, la CUP, los catalanes o todos los españoles, la única solución no violenta del problema inevitablemente pasa por una posible reforma constitucional que legítimamente pudiera establecer procedimientos secesionistas o una nueva organización territorial y administrativa del Estado.

Ambos presidentes (o quienes lo pudieran ser) deberían entender que sus respectivos mandatos (la secesión y el mantenimiento de la unidad, respectivamente) son irrenunciables mientras no los anulen o modifiquen unos nuevos.

 

Participaciones de loslectores

Másdebates