Ciclistas: seguridad y responsabilidad para todos

Sucedió hace unos días, otra vez. Y no será la última. Parado con mi vehículo ante un semáforo en rojo, pasó por mi derecha un ciclista a toda velocidad. Ni que decir tiene que se lo saltó. Recorridos unos 300 metros, y antes de llegar al siguiente semáforo, volví a reencontrarme con él, así que lo adelanté respetando la distancia de seguridad. Nuevamente, el veloz ciclista llegó a mi altura y volvió a saltarse el semáforo. Deseé que llegase a su casa sano y salvo.

Ciertamente, hay conductores que no respetan las mínimas normas de seguridad con respecto a este frágil y vulnerable colectivo. Ahí están lamentablemente las víctimas. Pero no se puede obviar la otra cara de la moneda. No son pocos los ciclistas que cruzan los semáforos en rojo con el consiguiente riesgo no solo para sus vidas, sino también para cualquier peatón. Los vemos circulando en pareja y ocupando el centro de la calzada, hablando entre ellos, despreocupados de los vehículos que llevan detrás, cuando el arcén permite que circulen con total seguridad.

Los hay que se apoyan en tu vehículo cuando estás parado en un semáforo. Algunos incluso se agarran a la parte trasera de un camión para subir una rampa. Los hay que cuando hacen su paradita, desayunan con un par de cervezas, o incluso una copita, y vuelven a subirse a la bicicleta. Los hay que circulan en sentido contrario, o por las aceras entre multitud de peatones. Y a pesar de todo, todavía no sé de controles de alcoholemia a ningún ciclista.

Por todo ello, sorprende notablemente, que el Plan de Medidas Urgentes del ministro Zoido no contemple medidas para este vulnerable colectivo, como la obligatoriedad de  matriculación, el carnet por puntos y el seguro de responsabilidad civil. Porque la seguridad debe garantizarse para todos. Pero la responsabilidad también es de todos.