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Barcelona, fuerte y luchadora

Multitudinario minuto de silencio en Plaza de Catalunya. FERRAN NADEU

Multitudinario minuto de silencio en Plaza de Catalunya. FERRAN NADEU / FERRAN NADEU

Querido papá,

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Hoy Barcelona llora. Sí, es terrible.

Barcelona, aquel lugar donde pasábamos horas paseando por sus ramblas o por la orilla del mar. Aquel lugar donde has vivido, donde te criaste y que, más tarde, yo descubrí.

Aquel lugar pacífico, étnico por su diversidad del cual me enamoré en cuanto lo vi. No por lo hermoso, sino por su gente, sus calles y su cultura.

Tú decidiste irte por un motivo, pero ayer había personas que estaban caminando y tomando fotografías como un día cualquiera. En sus trabajos, esperando impacientemente que fuera su hora de salida para reunirse con los suyos. Esperando para entrar en un museo o para comprarse la primera prenda de temporada o simplemente relajándose en alguna heladería próxima o haciendo cola para ser dibujado.

Personas como tú y como yo. De diferente color o con distinta bandera, pero igual que nosotros.

Inocentes, con sus familiares lejos, esperando por ellos impacientemente que regresaran a sus hogares. Yo esperaba que vinieran al hotel para darles la bienvenida, entregarles las llaves y un mapa para recomendarles lugares o para despedirme de ellos y preguntarles si habían pasado una feliz estancia, como cada mañana suelo hacer. Pero estas personas nunca llegaron.

Hoy, aquellas calles tan alegres están completamente inertes, sin vida. Hoy los vendedores de chocolatinas de los quioscos están en sus casas llorando y agradeciendo que mañana puedan volver. Hoy los caricaturistas de la Rambla no han venido para no dibujar el rostro de dolor de algunas personas.

Hoy Barcelona llora de dolor y no solo por estas personas que perdieron la vida porque sí, sin motivo ni causa. Sino por la incertidumbre de no saber qué podría pasar o qué podría haber pasado. Y de rabia por aquellas personas desalmadas que se burlaban detrás de una pantalla del llanto de algunas personas. Cobardemente, escondiendo el rostro como si de un anónimo se tratase. O de aquellas otras tantas que difundían imágenes sin ningún miramiento hacia estas pobres víctimas. ¿Todo esto por qué? ¿Realmente hacía falta? ¿Es que nadie se paró a pensar en el dolor de sus familiares, de sus amigos o incluso de aquellas personas que, como, yo solo lograron intercambiar unas cuantas palabras con ellos?

Por suerte, hay manos increíbles que en lugar de mofarse son filantrópicas y solidarias. Que arriesgan su vida o simplemente ponen su granito de arena y lloran a su manera aunque no sea por alguien que conocía.

Hoy Barcelona y Catalunya se cubren de flores, de llanto, de incertidumbre, de rabia y de impotencia y con todas las fuerzas grita: "No tenim por". Así es y seguirá siendo, fuerte y luchadora tal y como tú la dejaste.

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