Esta marca emblema de la 'moda barata' avergüenza a Francia: seguro que la conoces

Elección infinita y precios ridículos: el rey del 'fast fashion' Shein está experimentando un éxito fulgurante en este contexto de inflación. Su aumento de popularidad ha levantado una polémica en Francia, país que lo critica por prácticas consideradas nefastas para el medio ambiente y el consumo, y que ahora tratará de regular mediante legislación.

¿Qué es Shein, la gran cadena china de ropa de usar y tirar?

Fundada en China en 2012, la aplicación Shein, con sede en Singapur, ha conquistado rápidamente el mercado mundial de la moda efímera o "fast-fashion", basada en la renovación rápida de colecciones a precios muy bajos.

Legislación para regular las malas prácticas

En Francia, la Asamblea Nacional adoptó en marzo una propuesta de ley para hacer que estos productos sean menos atractivos y así limitar el impacto en el medio ambiente de una producción que considera excesiva y que en parte recurriría a productos químicos tóxicos. El Senado aún debe pronunciarse sobre este texto.

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Shein, que solo vende online, se dirige a una clientela joven muy presente en las redes sociales. Chquetas a 7 euros, pulseras a menos de 50 céntimos... la marca ofrece online un número infinito de artículos de moda a precios de saldo, con un gran refuerzo de marketing.

Un concepto que seduce en los países occidentales, donde la inflación lastra el poder adquisitivo de los consumidores, pero que es criticado por algunos porque favorecería una hiper-consumo debido a la renovación continua y rápida de las colecciones.

Shein, al igual que otras marcas como Zara o H&M, también está acusada de recurrir a subcontratistas mal pagados que trabajan en talleres con malas condiciones de trabajo. La empresa se defiende y asegura que su cadena de suministro es objeto de auditorías independientes con regularidad.

Ventaja competitiva

La fuerza de ataque de Shein se basa en China, que tiene una vasta industria textil de bajo costo y una red logística particularmente eficiente, en un país ultraconectado donde el comercio en línea está particularmente avanzado.

Bangladesh, segundo exportador mundial de prendas de vestir detrás de China y donde los salarios son más bajos, "podría en teoría vender ropa más barata que Shein", subraya la analista Allison Malmsten, del gabinete especializado 'Daxue Consulting'.

"Pero no hay un ecosistema para comercializarlos, promocionarlos, venderlos en el extranjero y luego enviarlos", señala a la AFP. "China posee todos estos elementos", argumenta la Sra. Malmsten.

Esto da a las empresas ubicadas en el país una ventaja considerable en términos de costos y rapidez en todas las etapas de la cadena de suministro. Una ventaja de la que también se beneficia la aplicación china Temu, que ahora compite en Estados Unidos con el gigante Amazon, gracias a una amplia gama de artículos de uso diario a precios reducidos.

"Superproducción"

Shein pudo así poner a la venta el año pasado un número impresionante de modelos de ropa (1,5 millones), muy por delante de la marca española Zara, pionera del 'fast fashion' barato (40 mil), según un estudio realizado por Sheng Lu, un experto en moda adscrito a la Universidad de Delaware (Estados Unidos).

Tal variedad de artículos generalmente va acompañada de riesgos y costos de producción considerables para estos grandes grupos. Shein, que no está obligada a publicar sus resultados porque no cotiza en bolsa, generó 23.000 millones de dólares en ingresos y 800 millones de dólares en ganancias en 2022, según el diario estadounidense The Wall Street Journal.

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"Shein se las arregla porque es muy reactivo y tiene pocos inventarios en sus almacenes", analiza Rui Ma, un experto del mercado chino que publica el boletín informativo Tech Buzz China. Para evitar "las trampas de la sobreproducción", la marca lanza primero cada nuevo producto en pequeña cantidad, "100 a 200 artículos", precisa Shein a la AFP.

"Solo los productos que nuestros clientes realmente quieren son luego reabastecidos", agrega la marca. El éxito de Shein "depende en gran medida de la rapidez de salida al mercado", subraya Sheng Lu, experto de la Universidad de Delaware.

Para ello, Shein trabaja con más de 5.000 proveedores. Los de menor rendimiento son eliminados regularmente, según afirman los medios locales.

Personas ordinarias

Para detectar nuevas tendencias, la marca analiza las redes sociales y los datos de los usuarios. Los equipos de Shein "no están con libretas de dibujo sino con ordenadores y datos", resume Allison Malmsten. De hecho, a veces, los modelos se parecen mucho a los de la competencia, lo que ha hecho que Shein se haya tenido que enfrentar a demandas por plagios.