Familiares del geriátrico de Tremp en el que murieron 64 ancianos por covid: "Era la casa de los horrores"

Los familiares de las víctimas de la residencia Fiella de Tremp han declarado este lunes por primera vez ante el juez por la causa de homicidio imprudente. Evaristo Saura –hijo de uno de los 64 residentes fallecidos por el covid de un total de 142– ha descrito la situación que él vivió en la residencia como "la casa de los horrores" y ha ratificado el "descontrol total" que narran los informes de la fiscalía y los Mossos.

Saura ha denunciado la falta de comunicación por parte de la residencia y ha narrado que al entrar en el centro se encontró a su padre "atado a la cama y tapado con tres mantas". Este familiar se mostró contundente y afirmó que "dejaron morir" a los residentes.

Fase de instrucción

Las familias comparecen ante el juez a partir de este lunes y hasta el próximo día 15 durante la fase de instrucción de la causa. Las declaraciones tienen lugar después de que las exdirectivas del geriátrico y miembros del Patronato de la Fundació Fiella ya declararan ante el juez el pasado enero. Pero en aquella ocasión lo hicieron por la causa abierta por un supuesto delito contra la seguridad de los trabajadores.

En concreto, se prevé que los familiares de las víctimas declaren los días 8, 9 y 12, y el 15 lo hagan junto a otros testigos del caso. Las declaraciones se harán después de que los días 15 y 16 del pasado mes de enero ya se presentaran ante el juez las exdirectivas del geriátrico y miembros del Patronato de la Fundació Fiella.

Estrategia de la defensa

Entonces, la exresponsable de la residencia respondió solo a las preguntas que le formuló el juez y la defensa. El abogado de la acusación particular, Xavier Prats, explicó que la exdirectora negó ante la autoridad judicial tener responsabilidad sobre el brote sucedido y aseguró que mientras estuvo al frente del centro "todo funcionaba correctamente". También aseguró que "todas las acusaciones son totalmente falsas e infundadas".

Al día siguiente lo hicieron los miembros del Patronato de la Fundación Fiella en el momento del brote: el exalcalde, Joan Ubach, y el vicario del obispado de Urgell, Josep Maria Mauri, negaron las acusaciones, mientras que un exconcejal se acogió a su derecho a no declarar en la causa por delito contra la seguridad de los trabajadores.