Sequía extrema

Nueva operación Sau: el histórico embalse está más vacío que hace un año

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El pantano de Sau, seco

El pantano de Sau, seco / Siu Wu / EFE

Guillem Costa

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El paiseje en Sau se ha convertido ya en la postal oficial de la sequía en Catalunya. Durante el último año, las reservas de este embalse han ido oscilando, pero siempre se han mantenido en parámetros de escasez. A día de hoy, el pantano solo dispone del 5,41% de su capacidad máxima. De 165,2 hm3 posibles, solo hay 8,9 hm3, un estado que refleja a la perfección la gravedad de la sequía. Ni en la gran sequía de 1990 hubo tan poca agua: entonces el mínimo fue del 5,7%.

La Agència Catalana de l'Aigua pone en marcha un dispositivo para rescatar la poca agua que queda en el pantano y enviarla a Susqueda

Lo peor de la situación es que este embalse, una de las fuentes principales que abastece a las comarcas de Barcelona y Girona, se encuentra en una situación mucho más precaria que hace un año, cuando el panorama ya era crítico. El Govern, ante la agonía de Sau, en febrero de 2023, anunció una operación especial para salvar el agua del pantano. La conselleria contrató a pescadores para capturar los peces (invasores), que estaban en riesgo de morir por la posible falta de oxígeno, podrirse y dejar el agua en mal estado. Mientras se pescaba, se enviaba agua en buen estado a Susqueda, el otro gran embalse del río Ter.

El pantano de Susqueda, con un nivel muy bajo de agua.

El pantano de Susqueda, con un nivel muy bajo de agua. / NIA ESCOLÀ / ACN

Ahora, hace semanas que la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) ha puesto en marcha una nueva operación para rescatar la poca agua que queda en Sau. Se están enviando 6 m3 por segundo a Susqueda, más abajo del río Ter. Así, el agua servirá para abastecer a las comarcas de Girona y Barcelona. En verano, en la capa superficial del agua, por el calor, aparecieron unas algas y solo se enviaba a Susqueda la capa intermedia, la que tenía mejor calidad.

Con la llegada del frío, explican fuentes de la ACA, el estado del agua mejoró y muchas de estas algas desaparecieron. Por este motivo, se decidió enviar esta agua, tanta como se pueda, mientras tenga una calidad óptima, hacia Susqueda para evitar que, al volver el calor, empeore y no sea apta para el abastecimiento. En estos momentos, no se descarta repetir el dispositivo de pesca cuando suban las temperaturas, pero por ahora no está sobre la mesa.

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