Crisis climática

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Está previsto que las emisiones bajen en 2024.

Está previsto que las emisiones bajen en 2024. / Pixabay

Guillem Costa

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Por primera vez después del repunte pospandemia, las emisiones de gases de efecto invernadero bajan en Catalunya. Según el cálculo estimado provisional realizado por el monitor público de emisiones, la noticia es esperanzadora, aunque sigamos muy lejos de los objetivos marcados para 2030. Como los datos oficiales suelen tardar dos años en llegar, este monitor formado por cuatro expertos en emisiones los calcula con un modelo que analiza las emisiones de CO2 del transporte, la energía, la industria, la agricultura, la ganadería y los residuos.

"No son datos muy positivos porque no sirven para cumplir los acuerdos de París, pero al menos damos la vuelta a la tendencia"

— Marta Torres, investigadora

En total, la estimación es de 39,7 toneladas métricas de CO2e (es la unidad con la que se miden las emisiones de estos gases y el sufijo 'e', de equivalente, incluye los demás gases que no son el CO2 y que contribuyen al cambio climático). Esto supone un 5,5% menos que en 2022 y un 1,7% menos que en 2021, el último año con datos oficiales, donde las emisiones todavía eran algo más bajas por los efectos a medio plazo de la pandemia.

"No son datos muy positivos, pero al menos damos la vuelta a la tendencia", afirma Marta Torres, investigadora sobre energía y clima en el IDDRI (Institut du Développement Durable et des Relations Internationales) que ha participado en la estimación. "Este es un modelo muy estadístico, para calcularlo usamos variables que ya están disponibles, como por ejemplo el consumo de combustibles que se ha hecho en el sector del transporte", detalla. Lo ideal, asegura, sería reducir las emisiones un 7%, con el fin de llegar al objetivo marcado por la Generalitat. Aún está más lejos el objetivo indicado por el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático). Por lo tanto, si se sigue en esta línea, Catalunya no cumplirá el acuerdo de París.

Menos combustible

¿Y por qué ha cambiado la tendencia? Influyen variables como el frío o la cantidad de electricidad que se haya importado. En este caso, el descenso en el consumo de combustibles fósiles en el sector del transporte es un posible causante de la mejora, apunta Torres. En concreto, se muestra una reducción del 2% en el consumo de carburantes para el transporte por carretera. También baja, un 9%, el gas natural y un 16% la electricidad producida por tecnologías que provocan emisiones (ciclos combinados que usan gas, sobre todo).

"La siguiente duda por resolver es si hemos usado menos combustibles porque somos más eficientes, porque nos desplazamos menos o porque utilizamos más coches eléctricos", sugiere. Por lo tanto, más adelante, cuando los datos no sean solo una estimación, se podrá precisar más sobre las causas.

"Lo que está claro es que ha habido un descenso interesante. Nos falta saber por qué y potenciarlo", constata. Desde el monitor público de emisiones consideran importante determinar si las actuales políticas han contribuido a este dato, para así mantenerlas y ser aún más ambiciosos.