52 muertos este año: los motoristas concentran cuatro de cada diez accidentes mortales

El cambio climático tiene un efecto colateral en las carreteras catalanas. Las buenas temperaturas hasta bien entrado el otoño, junto con los festivos que han permitido puentes largos, provocan que este año haya aumentado la movilidad de los motoristas en desplazamientos largos. Los conductores de motos, junto a ciclistas y peatones, son los colectivos más vulnerables en las carreteras, ya que pueden sufrir más daños en caso de siniestro.

Si comparamos las cifras del año pasado con este 2023 han muerto 52 motoristas en la red viaria catalana cuando en todo 2022 fueron 44. Se trata de un 16% más y también supone un incremento con respecto a 2019, antes de la pandemia y las restricciones de movilidad, cuando 47 conductores de moto perdieron la vida. 

El último accidente mortal de un motorista en Catalunya se registró el pasado 2 de diciembre en la N240 a su paso por Vinaixa (Lleida). Chocaron un turismo y una moto y murió el vecino de Mollerussa de 44 años que la conducía. El fin de semana anterior hubo tres accidentes mortales de motoristas en la red viaria catalana, por lo que el Servei Català de Trànsit lanzó una campaña específica.

Se hicieron 105 controles a motoristas por todo el territorio para concienciar sobre esta alta siniestralidad. Del total de víctimas mortales en las carreteras catalanas en este 2023, los motoristas representan un 37%, según datos de Trànsit de finales de noviembre. En este periodo murieron también 12 peatones y 4 ciclistas en la red viaria, lo que representa una víctima mortal menos en cuanto a los ciclistas y cinco menos en el caso de los peatones si se compara con 2022.

Más accidentes con un 2% de movilidad

La siniestralidad de los motoristas también se refleja en el estudio de evaluación de carreteras EuroRAP, donde participa el RACC. En el informe se remarca que en un 44% de los accidentes de tráfico mortales o con heridos graves entre 2020 y 2022 en Catalunya había implicado, como mínimo, una moto o un ciclomotor. Según el estudio, las motos representaban, en ese trienio, un 2,3% de movilidad global en carretera, una cifra que podría aumentar este 2023 por el buen tiempo.  

En el caso de accidentes mortales, las motos están implicadas en el 30% del total de accidentes. Los datos de siniestralidad de 2023 presentan una reducción de las cifras en relación tanto a 2022 como en 2019. Hasta el 30 de noviembre, han muerto 139 personas en 126 accidentes mortales en la red viaria interurbana de Catalunya, lo que supone una reducción del 7% en el número de muertes y del 7,5% en los siniestros mortales respecto al mismo período de 2022. Si se compara con 2019, la reducción es del 17% respecto a las víctimas mortales y del 18% respecto a accidentes.

Sin embargo, las víctimas que pertenecen a colectivos vulnerables -motoristas, peatones y ciclistas- aumentan y representan el 48% del total hasta el 30 de noviembre de 2023 (44% el pasado año). Aunque han muerto cinco peatones menos (12) y un ciclista menos (5) respecto al mismo periodo del año pasado, las víctimas mortales motoristas se han incrementado hasta 52 muertes (44 en el mismo período del año pasado), lo que representa un 37% del total de fallecidos en carretera este 2023.

El informe del RACC remarca que el 50% de los accidentes graves y mortales de moto entre 2020 y 2022 se concentran en el 13,6% de los kilómetros estudiados: 868. Los tramos con mayor riesgo de siniestros para las motos son la Ronda Litoral, su continuación por la A-2 en el Baix Llobregat hasta la AP-2, la C-32 entre Esplugues y Sitges, la C-58 de Barcelona en Terrassa, la C-31 de Hospitalet en El Prat de Llobregat, la B-30 entre Barberá y Sant Cugat del Vallés, la Arrabassada, el principal punto negro en Catalunya, la C-59 entre Mollet del Vallès y Palau-solità y Plegamans, y la Ronda de Dalt.