Aumenta la afluencia de visitantes a los cementerios al caer entre semana la festividad de Todos los Santos

Los cementerios de toda Catalunya han vivido un día de Todos los Santos con la mayor afluencia de visitantes de los últimos años. Que la festividad sea entre semana ha contribuido a que haya habido más visitas.

Además, los cementerios se han ido adaptando paulatinamente a la pluralidad de confesiones del país. Desde hace un tiempo, ya se pueden ver espacios dedicados a los difuntos de colectivos musulmanes, hindús, judíos o chinos. El consejero delegado de Àltima, Joan Ventura, ha explicado a ACN que, si bien años atrás estas culturas preferían trasladar a sus fallecidos a sus países de origen, están notando cómo los hijos y nietos de estos recién llegados quieren enterrar a sus seres queridos en Catalunya. "Como ya se sienten de aquí, prefieren tenerlos cerca", ha añadido. Aunque Todos los Santos es el día por excelencia de la tradición católica, en una jornada como esta también se pueden ver flores frescas en tumbas de otras confesiones.

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Día de más afluencia

La festividad de Todos los Santos es, con diferencia, el día del año con mayor afluencia en los cementerios. Ventura explica que el hecho de que no haya puente concentra aún más las visitas. "Otros años en los que Todos los Santos cae más cercano al fin de semana y la gente hace puente, esto hace que las visitas sean más escalonadas en los días previos y posteriores", cuenta.

Con todo, el goteo en el cementerio comarcal de Roques Blanques, en El Papiol (Baixa Llobregat), este miércoles es constante y las idas y venidas de familiares que quieren rendir homenaje a sus difuntos no cesa. Principalmente se trata de flores (naturales o de plástico), pero también hay quien deja otros elementos como peluches o piedras pintadas con mensajes cerca de sus seres queridos. Todo ello en un ambiente tranquilo y distendido con sus familiares haciendo sus ofrendas rodeados también de espectáculos de danza y música en directo.

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Adaptarse a las diferentes confesiones

Ante un hecho común como la muerte, los cementerios catalanes han tenido que reinventarse para incorporar ritos y nuevas formas de enterrar a los muertos que dieran respuesta a una demanda creciente de las diferentes sensibilidades. Ventura explica que en su caso esto ha provocado que hayan entrado en contacto con todo tipo de congregaciones internacionales para que las ceremonias y los entierros se adapten a las diferentes confesiones.

Si se pasea por el cementerio de Roques Blanques, uno de los lugares que se puede encontrar es un espacio dedicado a la fe bahai, una religión originaria de Irán. Ventura ha explicado que han adaptado todo el rito previo al entierro para que sea de acuerdo al bahaísmo. Por ejemplo, para la doctrina bahai, hay que lavar el cuerpo previamente con agua o agua de rosas y una vez hecho esto, se coloca un anillo especial en la mano derecha del difunto, después de envolverlo con un tejido blanco de algodón o seda.

En el caso del espacio para musulmanes, las personas enterradas han seguido el rito propio del islam, en el que tras la muerte se cubre el rostro con un tejido blanco mientras se recita una sura del Corán. Posteriormente, se lava al difunto, un acto practicado por familiares, amigos o profesionales, siempre que sean musulmanes y conozcan bien el procedimiento de purificación. El cadáver se lava por partes con agua tibia perfumada, siempre de arriba abajo y en un número impar a veces, para recordar la unicidad de Dios.

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Para la religiosidad popular china, que también está presente en el cementerio de Roques Blanques, es tradicional que la familia transporte el féretro durante una parte del trayecto en su camino hacia la tumba. En estos casos, por ejemplo, Ventura destaca que se da mucha importancia al feng-shui y al hecho de que las tumbas sean soleadas, encaradas al mar o con algún tipo de corriente de agua cercana.

La incineración, opción al alza

Actualmente, un 52,91% (2022) del total de los servicios funerarios en Catalunya optan por la incineración. Respecto al pasado año ha aumentado poco, pero si se compara con las cifras de los últimos 15 años las incineraciones se han duplicado. Según datos hechos públicos esta semana por la patronal funeraria catalana Asfuncat la cremación alcanza el 57,71% en la provincia de Barcelona, mientras que en grandes núcleos urbanos, como Barcelona ciudad, esta se acerca ya al 63%.