Gestión de residuos

El Govern urge a implantar el puerta a puerta para mejorar los pésimos datos de reciclaje de Barcelona

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Un comerciante pone orden en sus residuos, en un alcorque frente a su establecimiento, en Gran de Sant Andreu

Un comerciante pone orden en sus residuos, en un alcorque frente a su establecimiento, en Gran de Sant Andreu / Laura Guerrero

Guillem Costa

Guillem Costa

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Los últimos datos evidencian el estancamiento de Barcelona y sus alrededores a la hora de separar la basura. El Área Metropolitana de Barcelona es la región de Catalunya con menos porcentaje de reciclaje: solo se separan correctamente el 38% de los residuos. Lo demás, seis de cada diez kilos de basura desechada, acaban en el contenedor de la fracción resto (el 'rebuig', cuyo contenido ni se recicla ni sirve para compostaje). Para dar la vuelta a esta situación, el Govern llama a poner en marcha métodos como la recogida puerta a puerta.

Las conclusiones de este último balance son importantes porque sitúan las ciudades más pobladas en un escenario muy negativo. Los objetivos de la Unión Europea están lejos –en 2025 se debería alcanzar el 55% de recogida selectiva– y el promedio de reciclaje de toda Catalunya se ve lastrado por los datos de ciudades como Barcelona, Sant Adrià de Besòs, Santa Coloma de Gramenet o Badalona.

"Ha llegado la hora de que las grandes ciudades se pongan las pilas y cambien de modelo"

Según Isaac Peraire, director de la Agència de Residus de Catalunya (ARC), ha llegado la hora de las grandes ciudades: "Las hemos apoyado a través de subvenciones que promueven los sistemas de recogida eficientes. Manresa y Mataró son un ejemplo". Opina Peraire que si el sistema actual, con los contenedores de reciclaje clásicos, no se cambia, no hay margen de mejora: "Ya hemos llegado al tope de lo que podemos conseguir con este sistema. Lo que corresponde ahora es avanzar hacia otros modelos". El Govern está ultimando la ley catalana de residuos, un texto que llega con mucho retraso, en el que se apostará con contundencia por el puerta a puerta.

Escasa mejora

De las comarcas de Barcelona analizadas, el Maresme es la que consigue un mejor índice de recogida selectiva: el 46%. La peor, después del área metropolitana, es el Baix Llobregat, con el 42%. El Vallès Occidental llega al 43%, y el Vallès Oriental, al 44%. En los últimos años, siempre se ha oscilado entre el 30% i el 40%, sin ninguna tendencia positiva.

"En el Maresme hay gobiernos que tensan la cuerda y aprietan, en positivo", aplaude Peraire. Este es el caso de Mataró: "La capital de la comarca aún tiene muchos deberes por completar, pero ha hecho una apuesta clara. Han sacado adelante una convocatoria pública de innovación y están en una vía de mejora constante". También es cierto que el Maresme es una de las zonas con más tradición a la hora de poner el puerta a puerta sobre la mesa. Tiana fue uno de los primeros municipios que abogó por ello y Argentona aplicó la llamada tasa justa para los residuos.

¿Por qué el puerta a puerta es el mejor método, según la Conselleria de Acció Climàtica? Peraire ha explicado que casi todos los municipios que aplican este modelo superan el 50% de basura bien separada. De hecho, las cinco poblaciones con mejores datos (Matadepera, Santa Eulàlia de Ronçana, Ullastrell, Sant Esteve de Palautordera y Rellinars, todos ellos en el Vallès) utilizaron esta fórmula, en la que los residuos se recogen casa por casa. Estos municipios rozaron el 90% de recogida selectiva.

Y los contenedores inteligentes, los que se abren con un chip cuando lo reclama el usuario, ¿no serían una buena opción? Peraire considera que cualquier método eficiente es bueno, pero insiste en que el más eficaz es el puerta a puerta.

En total, durante el último año, sin contar los escombros de las obras, cinco comarcas –los dos Vallès, el Baix Llobregat, el Barcelonès y el Maresme– generaron 2,1 millones de toneladas de residuos. Esta cifra supone un 1,4% menos que en 2021. Seguir reduciendo la cantidad de residuos es importante, pero también se deben separar de forma adecuada. Y el problema es que, de los 2,1 millones de toneladas, el 60% acaban en el contenedor gris.

Las cuatro fracciones principales de recogida –el vidrio, el papel y el cartón, los envases y la materia orgánica– han aumentado ligeramente respecto 2021 en estas cinco comarcas analizadas. La que más crece es la de los envases ligeros (un 4,9%). El vidrio aumenta un 2,9% y el papel se mantiene prácticamente igual. Es cierto que si se analizan los porcentajes, la fracción resto no aumenta sino que disminuye. El problema es que, en términos absolutos, siguen siendo demasiados miles de toneladas de residuos. Cada año, de media, se generaron 262 kilos por habitante de residuos no reciclados.

Según los datos de la plataforma Porta a Porta, existen 117 municipios que prevén implantar este sistema en los próximos meses. De momento, este es el mapa de las poblaciones que lo tienen en marcha, tanto de forma parcial como total.