Medio ambiente

¿Por qué se retiran los huevos de las tortugas marinas? Científicos critican esta práctica sistemática

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imatge 20230618 105335 1b224257 (1) / Ajuntament de Begur

Guillem Costa

Guillem Costa

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Llega el calor y las hembras de tortuga boba (Caretta caretta) deben escoger una noche para salir del agua. Cada año algunas de ellas se atreven a desembarcar en una playa de Catalunya. Cavan un hueco en la arena con sus patas y empiezan a poner huevos, uno tras otro. Si las temperaturas son lo suficientemente altas, al cabo de un par de meses, las crías romperán las cáscaras y permanecerán tres o cuatro días enterradas, esperando su momento, hasta que, de noche, decidan dar el paso y empiecen a andar de forma torpe hasta llegar al mar.

En España, como estas puestas todavía no son muy habituales, hay un protocolo establecido por varios científicos que altera levemente este proceso natural. En Catalunya se aplica de la siguiente forma: cuando se alerta de una puesta, agentes rurales y especialistas del CRAM (Centre de Conservació i Recuperació d'Animals Marins), bajo la autorización de la Generalitat, se movilizan. Acuden al lugar del nido y desentierran los huevos "para ayudar a que la reproducción salga adelante". Esto es, al menos, lo que consideran el Departament d'Acció Climàtica y el mismo CRAM.

¿Quiénes somos nosotros para decirle a la hembra de tortuga cómo tiene que hacer su puesta?

— Lydia Chaparro, bióloga marina

Sílvia Giralt, responsable del área de conservación e investigación de esta entidad privada, explica que a veces cambian el nido de lugar, "por si la hembra lo ha situado demasiado cerca del agua". Además, retiran algunos huevos para incubarlos en cautividad. "Así, garantizamos que las crías salgan adelante. También nos sirve para estudiar la especie y entender por qué estas tortugas ponen sus huevos en nuestras playas".

Cuando nazcan las tortugas en cautividad, los profesionales del CRAM esperarán a que crezcan para después liberarlas "sin que sean tan vulnerables de cara a posibles predadores". Paralelamente, se protege el tramo de playa donde permanecen los huevos que no se han llevado. Esto es lo que ha ocurrido recientemente en el delta del Ebro y en Begur (Baix Empordà).

Sin embargo, algunos expertos consultados por EL PERIÓDICO advierten de que estas prácticas no sirven para salvar a las tortugas. "Son protocolos que se deberían revisar", opina Manel Gazo, zoólogo especializado en fauna marina. Lydia Chaparro, ecóloga y bióloga marina que ha trabajado muchos años con tortugas, va en la misma dirección: "Lo que no puede ser es que se haga de forma sistemática ni que se diga que es una operación de salvamento. ¿Nosotros sabemos mejor cómo hacer una puesta que una hembra de tortuga?".

Equipo de salvamento

Lo mismo se pregunta el biólogo Enric Badosa: "Cuando modificamos un nido por norma, ¿cómo podemos saber qué ocurriría si no lo tocáramos?". Gazo tiene dudas sobre lo que se explica públicamente: "Si es para investigaciones digámoslo claro, pero no digamos que lo hacemos para preservar la especie. Yo, como científico, entiendo que se quieran hacer estudios. ¿Pero cuándo dejaremos de hacerlo siempre?".

Momento en el que se retiran huevos del nido para incubarlos en captividad.

Momento en el que se retiran huevos del nido para incubarlos en cautividad. / Departament d'Acció Climàtica

Chaparro considera que sobre las tortugas bobas ya existe sobrada información: "Siempre se puede seguir investigando, no digo que no. Pero modificar todos los nidos no creo que sea la mejor idea. Si la tortuga ha puesto 120 huevos, ¿por qué dejamos 90?". Desde el CRAM responden que se hace precisamente para asegurar que estos 90 eclosionen, en una acción sustentada en estudios. Sin embargo, parte de la comunidad científica sigue sin verlo claro.

Después está el debate ético. "¿Quiénes nos creemos que somos, jugamos a ser dioses?", plantea Chaparro. Asegura que los huevos a veces salen adelante y otras no, pero insiste en que no está comprobado que, interviniendo, la tasa de éxito sea mayor. Badosa recuerda que unos años atrás murieron todas las crías que habían nacido en el CRAM.

"No podemos saber el éxito que tendría el nido de forma natural, porque ye lo hemos modificado", considera Chaparro. De hecho, en algunos casos, han nacido tortugas sin que se hubiese detectado el nido. "Las tortugas son una especie protegida, sí. Pero los agentes rurales y los centros de fauna de la Generalitat no retiran huevos de los nidos de las aves protegidas por sistema", añade.

Pesca incidental

Los tres expertos afirman que el punto débil de la especie no es el proceso de incubación, sino su crecimiento en alta mar. "El gran obstáculo, más que los predadores, son las capturas no intencionadas de los barcos pesqueros. Lo que debemos hacer es evitar la pesca a lo grande en sus rutas migratorias y explicarles a los pescadores cómo liberarlas", dice Chaparro. También apunta a los plásticos y la contaminación del medio marino. Gazo también sostiene que la pesca es una de las principales amenazas de esta especie marina.

Tanto él como Chaparro reclaman que se revise el protocolo, exigen más transparencia y dejan algunas preguntas en el aire: "¿Sabemos exactamente cuántas tortugas se liberan?", "¿por qué lo hace solamente una única entidad privada?", "¿realmente este proceso está sirviendo para mejorar la población de esta especie esencial para la biodiversidad?".

Luis Cardona, zoólogo marino de la UB, discrepa y matiza las críticas de sus colegas: "La idea es estudiar la viavilidad de los huevos, poder poner emisores en las crías y así estudiar la especie". Para él, sí es importante este protocolo para obtener nueva información. Sin embargo, reconoce que se trata de "motivos científicos", no para "salvar" a las crías.

El debate está servido. Desde el CRAM, la unica entidad tiene autorización exclusiva para encargarse de la incubación, y la Generalitat defienden que este protocolo se hace a escala estatal y que está basado en argumentos científicos. La directora del CRAM, en declaraciones a EL PERIÓDICO, asegura que el coste, en estos momentos, va a cargo de su centro, financiado mayoritariamente a través de fondos privados, pero no concreta cuál es el precio de sacar adelante cada huevo.

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