Animal esquivo

El cetáceo "fantasma" del Mediterráneo elige la Costa Brava para establecerse

Las últimas observaciones de zifios de Cuvier sugieren la consolidación de su hábitat frente a Palamós

Un zifio de Cuvier en la costa del Empordà

Un zifio de Cuvier en la costa del Empordà. / CLÀUDIA AULADELL / Noa18nusos

Guillem Costa

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No es exactamente un delfín ni una ballena. El zifio o ballenato de Cuvier es un cetáceo esquivo, tímido y difícil de avistar, ya que se pasa el 95% de su vida bajo el agua. "El fantasma del océano", se atreve a apodarlo una experta. Este devorador de calamares insaciable casi no aparece en las guías de cetáceos de Catalunya. Sin embargo, la acumulación de observaciones en la costa ampurdanesa lleva a una conclusión inequívoca: el zifio se ha instalado a vivir en el cañón de la Fonera, un abismo submarino en el que comparte casa con la mediática gamba de Palamós.

Un zifio muestra su lomo sobre las aguas mediterráneas.

Un zifio muestra su lomo sobre las aguas mediterráneas. / CLÀUDIA AULADELL / Noa18nusos

"Saber que delante de Begur y Palamós habita una población estable de esta especie es una buena noticia para la amenazada biodiversidad mediterránea", celebra Clàudia Auladell, bióloga marina de Noa18nusos, una de las entidades que ha registrado avistamientos.

Este animal puede estar 20 minutos seguidos bajo el agua. "Que decida salir a respirar al lado de tu barco es una casualidad improbable", admite Auladell. La última observación la vivieron con nervios y emoción: "Paramos el motor de la embarcación y esperamos". Sorprendentemente, este discreto odontoceto emergió de las profundidades en el mismo lugar donde lo habían localizado.

Ballenas y molinos

Cuando uno sale a identificar cetáceos, se acostumbra al comportamiento de cada especie. "Los delfines juegan y nadan alrededor de los barcos. Las ballenas, a veces, ni se inmutan y siguen a lo suyo", detalla Auladell. En cambio, los zifios son evasivos y se esconden rápidamente. En esta última experiencia de la asociación Noa18nusos, fue el rugido del motor de un gran carguero lo que ahuyentó al animal y le hizo regresar al fondo marino.

Un zifio de Cuvier saca el morro a la superficie.

Un zifio de Cuvier saca el morro a la superficie. / CLÀUDIA AULADELL / Noa18nusos

Auladell considera que este hallazgo tiene que permitir proteger el cañón de la Fonera: "Se conoce muy poco de los zifios, pero si hay una población estable en este punto es porque encuentran suficiente comida". Este conocimiento, según su opinión, es propicio para que se blinde la zona, que está cerca del parque eólico flotante que se plantea instalar un poco más al norte.

Si se decidiera proteger esta zona marítima, algunos barcos pesados tendrían que modificar sus rutas y no podrían pasar por encima de la casa del zifio de Cuvier, este cetáceo espectral que hasta ahora los pescadores confundían con delfines o rorcuales.

Noa18nusos es una de las entidades que trabaja en la zona norte de la costa catalana. Nació hace seis años cuando cuatro agentes rurales empezaron a hacer salidas para avistar cetáceos. Alaudell se sumó al equipo como bióloga marina y desde entonces han ido registrando sus observaciones para aportar conocimiento científico sobre estos habitantes del mar de los que aún queda mucho por descubrir.

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