Mamíferos acuáticos

Año récord de cetáceos en Catalunya: por primera vez una entidad observa las ocho especies del Mediterráneo

La entidad Cetàcea consigue avistar en un solo año todas las clases de delfines y ballenas posibles

"Mucha gente no sabe que hay cachalotes cerca de Barcelona", detalla un biólogo

Cetáceos frente la costa del Garraf

Cetáceos frente la costa del Garraf / Cetàcea

Guillem Costa

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Ganas de navegar, vista de felino y sobre todo, mucha paciencia. Es lo que han necesitado los expertos de Cetàcea para cantar bingo y al fin localizar los deseados ocho del Mediterráneo. En 10 años de trayectoria, solamente les faltaba un cromo: el calderón común. Hasta que un día de primavera, una aleta dorsal oscura emergió del agua. Tenía una forma que no estaban acostumbrados a reconocer. Y cuando el animal dejó al descubierto la silueta entera, no hubo dudas. Lo habían conseguido.

Habían hallado una familia de 13 miembros, con crías y todo. El calderón común (en verdad no tan común) es la especie de delfín más grande del Mediterráneo. Puede llegar a tener seis metros de largo y forma grandes grupos familiares, pero aún se saben pocos detalles acerca de su conducta. "Estamos muy contentos, sabíamos que estaban por aquí, pero siempre se escabullían de nuestros prismáticos", relata Abraham Mas, biólogo de la entidad.

Lo importante de la noticia es que la observación inédita coincide con un año fructífero por su parte a la hora de recoger datos. En total, han anotado 166 avistamientos, sin contar tiburones, mantas o tortugas. El rey de la lista es el delfín listado, un cetáceo saltarín que a menudo se acerca a los barcos cuando navegan delante del Garraf.

Vecinos garrafenses

Este trozo de mar, frente a Sitges o Vilanova i la Geltrú, es ideal para el análisis de delfines y ballenas, asegura Mas: "Hay hábitats heterogéneos: lugares poco profundos y otros de gran profundidad, de entre 1.000 y 2.000 metros". Lo que llama la atención a muchos de estos animales es un cañón submarino, con su valle de laderas y llanuras bajo el agua. "Aquí se alimentan los delfines listados o los calderones, que comen sobre todo calamares", detalla Mas. En otras partes de la costa catalana se podría intentar el mismo tipo de exploraciones, pero nadie está haciendo un estudio sistemático en el Cap de Creus o en el Maresme.

Frente a nuestras costas, los delfines, augurio de la buena suerte en los mitos, comparten casa con dos grandes colosos: el cachalote y el rorcual común. El cachalote es el depredador más grande del mundo y hacía dos años que no lo veían cerca de Catalunya, algo no muy habitual. El rorcual es la segunda ballena más grande del mundo. Lo localizan habitualmente en estas fechas, desde febrero hasta verano. Este último año, la especie se avistó 18 veces, "un dato importante porque es un mamífero del que se saben muy pocas cosas", dice Mas.

Todos a bordo

En realidad, los cetáceos en general son grandes desconocidos, se lamenta este experto: "Las observaciones tienen que ser respetuosas, con distancia y duran poco rato. Tienes que recopilar toda la información en poco tiempo", detalla. La entidad Cetàcea trabaja con un equipo de voluntarios que entregan su tiempo libre a estos bichos marinos.

Sus excursiones científicas están abiertas a todo el mundo. El precio sirve para colaborar con su tarea, y en un día de suerte, hay alguna opción de dar con un cachalote, este animal de película que tenemos más cerca de lo que parece. Lo más probable, sin embargo, es conformarse con los delfines listados o los mulares, el delfín que domestican en algunos zoos.

También identifican pájaros en peligro de extinción como la pardela balear o aves de pico vistoso como el frailecillo, que algunos buscan en Islandia. A veces disfrutan de las tortugas caretas e incluso se sorprenden con un tiburón mako, un carnívoro raro de ver. Este mes de marzo tienen salidas programadas todos los fines de semana.

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