Colectivos vulnerables

Un juez de Barcelona obliga al Govern a tramitar los papeles a un joven extutelado

Mil 'menas', en la calle y sin trabajo tras cumplir los 18 años

De ser niño protegido a dormir en la playa

El nuevo reglamento de extranjería obliga a los centros de menores a tramitar el permiso de trabajo de los niños

mena

mena / Josep Garcia

Elisenda Colell

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Un juez de Barcelona ha obligado a la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescència (DGAIA) de la Generalitat y a la Oficina de Extranjería de Barcelona, de la subdelegación del Gobierno Central, a tramitar un permiso de residencia legal y trabajo a un joven migrante que fue tutelado por la Generalitat. El chico, que responde a las iniciales M. L. J. y que acaba de cumplir los 18 años, será expulsado del centro de menores y estará en la calle en una semana, según denuncia su abogado. Hace ya dos años que, en virtud de la reforma de la ley de extranjería, los centros de menores deben tramitar permisos de residencia y trabajo para todos los niños y jóvenes migrantes que acogen, algo que se ha incumplido en el caso de este chico.

"Este joven lleva cinco meses bajo la tutela de la DGAIA y no le han tramitado nada, cuando la normativa dice que estos trámites deben hacerse en el transcurso de 90 días como máximo", se queja Albert Parés, abogado del chico y presidente de la fundación Noves Vies. El dictàmen judicial que pide que le tramiten los papeles lo firma el juzgado 15 de Barcelona de lo Contencioso Administrativo.

El adolescente cumplió los 18 años el pasado martes 25 de abril, algo que le deja en una grave situación. "El centro donde vive ya le ha comunicado que se quedará en la calle en pocos días", se queja el abogado. Es decir, que si este chico no hubiera apelado al juez, que le ha dado la razón, se hubiera quedado en la calle sin ningún tipo de documentación, a pesar de haber estado tutelado por la Administración. Algo que aún dificultaría aún más su emancipación y que incumple la ley.

El joven, de origen africano, fue advertido de que se quedaría en la calle el pasado martes, el mismo día en que cumplía los 18 años. El centro Gaudí de Barcelona, gestionado por la fundación Ciutat i Valors, le comunicó que el próximo 8 de mayo sería expulsado del centro. Además, ha tenido que firmar un documento en el que se compromete a contactar con el servicio de educadores de calle del Ayuntamiento de Barcelona, pedir plaza en los albergues municipales para personas sin hogar y en los comedores sociales de la ciudad, que tienen lista de espera, pedir cita en los servicios sociales y acudir a oenegés que le puedan ayudar como la fundación Bayt al-Thaqafa o Migrastudium.

Hace ya dos años que el Ministerio de Servicios Sociales decidió modificar el reglamento de la ley de extranjería para evitar que siguieran ocurriendo casos como este: menores que son tutelados por las administraciones y que, al llegar a la mayoría de edad, pasan a vivir en la calle. La norma estipula que, al salir de los centros, los jóvenes deben tener sus permisos de residencia y trabajo para que puedan conseguir un empleo y emanciparse. La medida se ha aplicado y ha mejorado la vida de muchos jóvenes. Sin embargo, el caso de M. L. J. evidencia que sigue habiendo excepciones.

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