¿Regadío o secano?
La sequía cuestiona el actual modelo agrícola en Catalunya
La Generalitat se replantea ciertos tipos de cosecha que exigen gran cantidad de agua
Científicos y ecologistas proponen subvencionar la vuelta del secano en zonas áridas
Guillem Costa
Cada vez más voces se atreven a pedir la vuelta de los cultivos de secano en algunos puntos de Catalunya, sobre todo en las zonas de clima más árido, o como mínimo, se plantean un riego de baja intensidad en ciertos campos de regadío. En las últimas décadas, la apuesta de la Generalitat fue inequívoca: incentivar el regadío para que los campos produjeran más y fueran económicamente sostenibles. Para abastecer este tipo de cultivos, se construyeron el Canal d'Urgell, donde este lunes ha empezado una campaña de riego muy complicada a causa de las restricciones, o el Canal Segarra-Garrigues, una obra faraónica que todavía está en marcha.
Ante un futuro de sequías extremas y clima desértico, ¿es viable mantener este modelo? Los agricultores esperan que sí. En cambio, entidades ecologistas como Depana o Ecologistes en Acció y varios científicos consideran que no. No exigen transformar de un día para otro los campos de regadío en secano, pero sí proponen un acompañamiento de la Administración para que el secano recupere, poco a poco, más protagonismo.
Anticipo de lo que viene
"La actual sequía es un anticipo del escenario de los próximos años", avisa Fernando Valladares, científico del CSIC. "Pronto identificaremos el regadío con el pasado: supone una deuda y una hipoteca con el medio ambiente", critica. En su opinión, el secano es más compatible con la biodiversidad: "Este modelo extensivo y sin necesidad de agua supletoria puede convivir con fauna y flora que tenemos que recuperar".
"La oportunidad del regadío ha pasado, ya no toca"
Valladares reconoce que el regadío es más productivo y genera más dinero. Por eso propone que el Govern compense a los agricultores: "Los olivos de arbequina, por ejemplo, se riegan demasiado". Defiende la existencia de ayudas para que el precio de la arbequina de secano se pague bien: "El agricultor no puede pagar los platos rotos, pero tanta cantidad de regadío ya no toca".
Apoyo mínimo
¿Qué responde la Generalitat? En el Departament d'Acció Climàtica no ven viable dejar los almendros, viñedos, cereales u olivos sin nada de agua, que es lo que implicaría un regreso puro y duro al secano. Sin embargo, sí se cuestionan el actual sistema. "La sequía obliga a replantear actuales cosechas que piden mucha agua", explica Oriol Ansón, secretario de Agenda Rural de la 'conselleria'.
"No podemos regar toda Catalunya, nos tendremos que adaptar a la realidad"
Ansón es partidario de mantener un regadío de bajo consumo antes que tener que subvencionar los cultivos de secano: "Nos tendremos que adaptar a la realidad, modernizar regadíos (abandonar el riego a manta) y limitar el agua". De todas formas, destaca que el riego ya no se usa para tener grandes producciones, sino que sirve para salvar las cosechas y hacerlas rentables.
El Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA) ya estudia qué cultivos son compatibles con poca cantidad de agua. Joan Girona, miembro de este instituto, afirma que si se quiere producir alimentos se tiene que aportar "un mínimo de agua". Trabajan en el llamado "riego de apoyo", un modelo en el que se riega poco para que ciertas parcelas de secano sean mínimamente sostenibles. Esta fórmula, según cree Girona, puede ser esencial en un futuro árido.
Gangas y cereales
Las explotaciones de secano, en un futuro inmediato, seguirán estando en minoría. Uno de los ejemplos que quedan son los viñedos del Montsant. Xavier Estivill, responsable de la bodega Gritelles, reivindica su trabajo: "Aquí no se ha regado nunca, lo que ocurre es que ahora hay gente que compra tierras y empieza a regar para que la cepa crezca más deprisa".
Sus viñedos viejos tienen raíces profundas que captan los nutrientes de muy abajo. "El último año no había ni una hoja seca aunque no llovió en todo el verano", saca pecho Estivill. Exige ayudas para los que cultivan secano y se plantea pequeñas aportaciones de agua ante la sequía incesante.
Otra caso de éxito son los secanos de Mas de Melons (entre las Garrigues y el Segrià). En el espacio, convertido en reserva natural, se cosechan olivos, almendros y cereales con la práctica del barbecho. Los campos se reservaron para el secano como medida compensatoria exigida por la Unión Europea cuando se aprobaron las obras del canal Segarra-Garrigues. Este hábitat saca rendimiento de los productos pero tiene otras funciones, remarca Lluís Cullerer, guarda de la reserva: "Actúa como refugio para especies de aves esteparias que están al borde de la extinción en Catalunya: la ganga ibérica, el sisón o la alondra ricotí".
Mas de Melons se ha erigido como la Galia del secano en las comarcas de Lleida. Valladares recuerda que Catalunya siempre ha tenido zonas esteparias: "El problema es que hemos empezado a trasladar agua para producir más, y a esto hay que ponerle punto y final".
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