Gestión de la sequía

Decenas de agricultores llevan semanas sin recibir el agua regenerada que les aseguraron

Regantes del Baix Llobregat, que alimentan a miles de barceloneses, advierten de que si no se arregla el problema, peligrarán las cosechas

Guillem Costa

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Decenas de agricultores del Baix Llobregat llevan ya tres semanas sin recibir el agua regenerada que la Generalitat les prometió. Es un agua que se saca de depuradoras y desalinizadoras y que en teoría se tenía que mezclar con el agua del río para que pudieran regar. De momento, no les llega y no saben por qué: "Con lo que sacamos del río no tenemos suficiente. Es urgente disponer de la cantidad que nos aseguraron", claman los regantes del canal de la derecha del Llobregat en declaraciones en EL PERIÓDICO.

"O llega el agua o estará en riesgo la planificación de los próximos meses"

— Xavi Oliva, agricultor del Baix Llobregat

Fuentes de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) explican a este diario que los regantes tienen un mezcla de agua de río y agua regenerada, que en la actual situación de excepcionalidad por la sequía va variando según las circunstancias. Es decir, la ACA asegura que disponen de la dotación prevista con las actuales restricciones.

Pero la realidad de los agricultores sobre el terreno es muy distinta. Xavi Oliva, uno de los representantes de esta comunidad de regantes, advierte de la magnitud del problema: "Nos condiciona mucho las actuales cosechas, pero también la planificación de los próximos meses.

En lugar de recoger todos los calçots a la vez, seleccionan los más grandes por la falta de agua.

En lugar de recoger todos los calçots a la vez, seleccionan los más grandes por la falta de agua. / Jordi Otix

¿Por qué no llega el agua regenerada? Esta es la pregunta que se hacen los payeses, ante la falta de soluciones inminentes de la ACA, que les responde que en breve tendrán el agua prometida. "Si no nos llega no es por problemas de calidad, porque los técnicos la han comprobado y el estado es el adecuado. El obstáculo es el acceso", intuye uno de ellos.

Gabinete de crisis

Los agricultores afectados se han reunido en las últimas horas para analizar la situación y el foco lo ponen precisamente en la infraestructura: "Son unas canalizaciones que se construyeron en 2008 pero que hace tiempo que no se utilizan y las obras se han retrasado", expone Oliva.

Agricultores recogen calçots en unos terrenos que sufren la sequía.

Agricultores recogen calçots en unos terrenos que sufren la sequía. / Jordi Otix

Hasta la interrupción del suministro, los afectados recibían agua regenerada a través de un canal que llegaba a los alrededores de Sant Boi. Pero el problema es que en estos momentos no llega el agua ni con una infraestructura (la de 2008) ni con la otra (la que la lleva a Sant Boi). Durante los últimos días, se han tenido que organizar con un sistema de emergencia total para optimizar al máximo el agua que entra y no perder ni un milímetro cúbico. Sin embargo, parte de la cosecha ya empieza a sufrir el llamado estrés hídrico.

Calçots amarillos

En la mayoría de sus campos de huerta riegan a manta, en otros pocos con el método de gota a gota. Durante estos últimos días, no lo han podido regar todo. "En realidad, los actuales cultivos pueden resistir", reconocen. El problema lo tendrán para diseñar las cosechas de mayo o verano, cuando el calor sea más intenso y el agua se evapore más rápidamente.

Si no siguen con las cosechas, se resentirán los bolsillos de los barceloneses

Los calçots, por ejemplo, ya sufren la falta de hidratación: "Algunos se han vuelto amarillentos. Aunque la calidad del producto se mantenga excelente, la gente, en el mercado, compra con los ojos", se lamenta Oliva. Todos los miembros de la comunidad del canal de la derecha del Llobregat están convencidos de que si la sequía continúa y no se les garantiza el agua regenerada, habrá que replantearlo todo. Un agricultor, solo en alcachofas, puede invertir 4.000 euros por hectárea, por lo que no se quieren arriesgar a perder dinero.

Debido a la falta de agua, los calçots salen más amarillos, lo que dificulta su venta porque la gente compra por la vista.

Debido a la falta de agua, los calçots salen más amarillos, lo que dificulta su venta porque la gente compra por la vista. / Jordi Otix

Sus productos son unos de los más importantes de Catalunya, porque se comercializan en Barcelona y en toda el área metropolitana. Si no consiguen cosechar todo lo previsto, avisan, las consecuencias las vivirán los bolsillos de los barceloneses: "Los precios subirán más todavía y las verduras que habrá en las estanterías vendrán de más lejos y ya no serán de proximidad". La demanda que hacen a la ACA es clara: necesitan recibir el agua regenerada urgentemente.

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