muerte en geriátricos

Hablan las familias: "Que nos pidan perdón por las muertes de Tremp no nos sirve"

Los responsables de Salut Pública de Lleida asumen errores de gestión y piden disculpas a los familiares de los 61 residentes muertos en la residencia Fiella de Tremp por un brote descontrolado de coronavirus.

Los Mossos d'Esquadra siguen interrogando a familiares y trabajadores por orden del Fiscal de Lleida, que investiga si se cometió un delito de homicidio imprudente.

Fuentes del centro explican a EL PERIÓDICO que la fundación Fiella no respetaba los protocolos anticovid antes de que estallara el brote: no se cumplían las cuarentenas ni se tomaba la temperatura

Tremp  Pallars Jussa  Lleida  14 10 2020  Foto Jordi V  Pou

Tremp Pallars Jussa Lleida 14 10 2020 Foto Jordi V Pou / Jordi V Pou

Elisenda Colell

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"Si hoy volviera a ocurrir lo mismo, cambiaríamos muchas de las cosas que hicimos", "cometimos errores y hemos aprendido de ello", "perdón, lo siento muchísimo". Estas son algunas de las palabras que pronunciaron tres altos responsables Salut en Lleida durante la semana del 11 al 17 de enero ante los familiares de los 61 ancianos fallecidos en la residencia Fiella de Tremp (Pallars Jussà). "A mí, su perdón no me sirve de nada", cuenta una de las familiares que asistió a estos encuentros. Según explican los hijos de los fallecidos, los técnicos de la Generalitat contaron que antes de la detección del primer brote el geriátrico no aplicaba correctamente los protocolos anticovid. Unas afirmaciones que confirman fuentes de la residencia. La Conselleria de Salut no ha querido hacer declaraciones sobre este tema.

La campaña de vacunación ha aplacado la entrada del coronavirus en las residencias geriátricas. Pero el dolor que ha causado el virus es una losa que pesará sobre los hombros de miles de familias. Uno de los sitios donde más se cebó y donde el papel de la administración quedó más en entredicho fue la residencia Fiella de Tremp. Dos meses después del inicio del brote, que se llevó la vida el 42% de los internos, los responsables de Salut Pública quisieron dar la cara ante las familias afectadas. Éstos agradecieron el gesto, pero lamentaron una explicaciones vacías. "Sus disculpas no nos valen", se quejan algunos asistentes.

Los familiares fueron reunidos en una sala del Institut Carogràfic i Geològic de Catalunya, ubicado justo delante de la comisaria de los Mossos d'Esquadra de Tremp. Allí les citaron en 12 reuniones distintas, que se hicieron con cinco familiares a la vez. Quienes dieron las explicaciones fueron dos funcionarios: Jesús Sánchez del Loro, delegado de la consellera de Salut para la coordinación de las residencias en el Alt Pirineu y Joan Antoni Capilla, técnico de los servicios territoriales de Afers Socials en la provincia de Lleida. En algunos encuentros se sumó también un cargo político: la delegada de Salut de la Generalitat en Lleida, Divina Farreny.

Según se desprende de las informaciones facilitadas por los asistentes, los responsables de la Generalitat iniciaron la charla recuperando la información facilitada a la prensa. Que el brote se detectó el 19 de noviembre a través de un trabajador que tuvo síntomas, que en los diferentes cribados la tasa de contagiados fue subiendo como la espuma, y que Salut intervino y desinfectó tarde mientras veía como el centro no aplicaba los protocolos correctamente.

Personal desbordado

A partir de ahí, los responsables de Salut asumieron un importante "desbordamiento de personal", ante la falta de cuidadores. "Nos dijeron que no lograron suficientes cuidadores a pesar de los llamamientos y que desconocían totalmente el estado y las necesidades que tenían los pacientes", cuenta Ester, una de las familiares que asistió a estos encuentros. "No había registros de medicación ni cuidados informatizados, no sabían qué necesidades tenía cada paciente... aunque lo único que nos aseguraron es que cada día había un médico y una enfermera que les visitaba", añade. Según su punto de vista, por lo que se desprendió de los encuentros, los ancianos no estaban correctamente atendidos. "Si no sabían si tenían que darles la comida en boca o no, si no podían revisar su evolución, si necesitaban oxígeno o otros cuidados... es evidente que los cuidados básicos no los recibían", dice Ester.

"Hoy haríamos cosas distintas"

"¿A qué hora murió mi padre? ¿Sufrió? ¿Por qué no trasladaron los enfermos a los hospitales de Lleida o Balaguer?". Estas son algunas de las preguntas que quedaron en el aire en estos encuentros. "Solo nos decían que si volviera a pasar harían las cosas diferente. Que se equivocaron. Que esto les ha servido para aprender qué no deben hacer", agrega Ester. Una explicación que se repitió en otros encuentros, donde, explican familiares que prefieren no identificarse, estos mismos representantes llegaron a pedir perdón. "¿Y de qué me sirve a mí su perdón? No lo necesito para nada, ¡dejaron morir a mi madre por culpa de su incompetencia!", se queja esta familiar. De hecho, en algunos de estos encuentros los asistentes se enfurecieron frente a los responsables de la Generalitat, que tuvieron que aguantar gritos y llantos de desesperación.

Protocolos anticovid que no se aplicaban

Un dato relevante en estas charlas relatado por varios familiares presentes, es que los responsables de Salut señalaron que antes del 19 de noviembre las cosas en el geriátrico ya no se hacían bien. "No se tomaba la temperatura ni tampoco sabían como ponerse los EPI. Nos dijeron que en ninguna otra residencia habían visto una propagación del virus tan alta como en Tremp, y creen que esto se debe a que hace tiempo que el virus circulaba por el geriátrico sin ningún tipo de control", agregan otros familiares. Unas afirmaciones que confirman fuentes del geriátrico. "Ni se tomaba la temperatura ni se respetaba la cuarentena de los nuevos ingresos. Cuando un paciente entraba en el geriátrico estaba solo cinco días en cuarentena, no dos semanas como decía el protocolo", cuentan estas mismas fuentes.

Investigación en marcha

Por el momento, ningún familiar ni trabajador ha interpuesto denuncia ante los juzgados, aunque sí que han hecho llegar escritos al defensor del pueblo o Amnistía Internacional. Mientras, los Mossos d'Esquadra siguen interrogando a familiares del geriátrico, residentes y trabajadores, a raíz de la actuación de oficio que abrió la Fiscalía de Lleida por un posible delito de homicidio imprudente. Ahora mismo es la orden hospitalaria Sant Joan de Déu quien gestiona el geriátrico pero es cuestión de semanas que la gestión vuelva a recaer a la fundación Fiella. La entidad religiosa es la propietaria del geriátrico, que tiene algunas plazas consorciadas con la administración. Solo puede impedirlo la investigación que pilota la Conselleria d'Afers Socials, que hoy por hoy no informa si han interpuesto alguna sanción.

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