«Los retrasos son insoportables»

El ampa de la escuela Riu Segre en Lleida empieza a estar en apuros. No cobrar las ayudas para el comedor de los veinte alumnos con beca eleva la cifra que les adeuda el Consell

Comarcal del Segrià a unos 5.000 euros.«Ninguna empresa privada podría soportar retrasos de cuatro meses, creo que ningún ampa puede», afirma su presidente, Jordi Pérez Gil, que acudirá a la próxima reunión de la FAPAC en Lleida y el Servei Territorial d'Ensenyament cargado de razones: la asociación de familias de la escuela está tan apurada que ha tenido que despedir a una de las dos auxiliares de cocina ya una de las once monitoras.

Para que salgan las cuentas, los padres pagan los menús de los 20 estudiantes becados del comedor con dinero que podrían destinar a actividades extraescolares. Caldo, pollo con patatas y pera era el menú de ayer, una oferta abierta a los padres, como cada miércoles, aunque ninguno comió en la escuela en la que la cocinera prepara cada día 165 raciones.

«Lo más penoso es que si antes el ampa podía recaudar 1.000 o 1.500 euros para comprar un ordenador u otra cosa para el colegio, ahora tenemos que gastarnos el dinero en las becas»,se lamenta el presidente, uno de cuyos hijos , de 10 años, se queda en el comedor.

El Consell Comarcal del Segrià aprobó las becas a finales de noviembre (hasta el 1 de diciembre no se quedaba a comer ninguno de los becados). Como las ayudas no alcanzan para el 100% del coste, el Consell asignó porcentajes, la mayoría del 70%. En este colegio las familias decidieron compactar las ayudas y los niños comen en la escuela solo tres días a la semana. Entre los estudiantes con beca hay cuatro de una misma familia.«No coinciden los 20, pero hay que tener cocineras y monitoras todos los días»,explica la coordinadora de las actividades, Lourdes Martí.

La crisis ha reducido el número de niños que se quedan al comedor a causa del desempleo entre padres y madres. Este curso comenzaron 190. Otros cursos eran más de 240.