¿Por qué Aragonès convoca elecciones anticipadas en Catalunya? Todas las claves

Pere Aragonès se fijó el reto de compensar su minoría parlamentaria con la aprobación de tres presupuestos consecutivos, pero los Comuns, sus potenciales socios hasta la fecha tras atar ERC el apoyo del PSC, se han plantado por el Hard Rock y han echado al traste esa posibilidad. Aragonès ha pulsado el botón electoral y ha adelantado la contienda al 12 de mayo. Estas son las claves que han influido en su decisión:

La principal ventaja para ERC es que, a diferencia de su principal contrincante en el flanco independentista, ya tiene candidato oficial y oficioso. Aragonès fue coronado para acabar con el debate interno que desató la amnistía sobre si Oriol Junqueras debía volver a la primera línea política en cuanto fuera exonerado. Junts, en cambio, mantiene vivo el debate interno. La presidenta Laura Borràs está inhabilitada por amañar contratos cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes (ILC) y, al igual que Junqueras, el secretario general Jordi Turull sigue fuera del juego institucional hasta que los jueces apliquen la amnistía.

Así que en JxCat dan por descontado a Josep Rull como candidato de facto, aunque apuntan que Carles Puigdemont podría ser el cabeza de cartel para movilizar al electorado y taponar posibles fugas hacia el cuarto espacio independentista por el que compite la alcaldesa de extrema derecha independentista de Ripoll, la ANC y el artefacto electoral todavía por deifnir de la eurodiputada Clara Ponsatí.

Sea como sea, este adelanto electoral coge a los posconvergentes con el pie cambiado y se ven obligados a llegar a las urnas sin ver los efectos de la amnistía, sin el regreso del expresident, sin la ley sobre el traspaso de competencias en inmigración y sin el catalán siendo oficial en la UE, sometidos al primer examen sobre los pactos con Pedro Sánchez. Ahora bien, ya alientan el regreso de Puigdemont como principal arma electoral e incluso abonan la tesis de que puede estar en Catalunya para la investidura y convertirse en jefe del Govern, si es que supera a republicanos y socialistas en las urnas, pese a quedar tercero en el podio de 2021.

El regreso de Puigdemont, ¿el fin del 'procés'?

El retraso en la aprobación de la amnistía en el Congreso de los Diputados impactó en los planes de Sánchez, pero todavía más el estallido de una trama de corrupción que salpica a las filas socialistas: el caso Koldo. En los peores episodios de la pandemia, el candidato del PSC Salvador Illa, era ministro de Sanidad y hasta la fecha no se conoce ningún contrato vinculado a la trama por parte del ministerio que lideraba. Fuentes socialistas remachan que Illa no tuvo contacto con los investigados, pero varias formaciones le han pedido que dé explicaciones para estrechar el cerco sobre él. La corrupción fue la principal bandera de Sánchez para desbancar en 2018 a Mariano Rajoy, y hay temor a que hurgue en el declive de las siglas en otras autonomías, aunque Catalunya se mantenga aislada y fuerte. De hecho, Illa puede lucir haber encadenado ya tres victorias consecutivas: las catalanas, las municipales y las generales.

ERC busca sacar rédito al caso Koldo, mientras en el PSC abundan en que Illa es un candidato ya reconocible por el electorado y bien valorado por su "responsabilidad" como jefe de la oposición.

Los Comuns han entrado ya en campaña durante la negociación de los presupuestos dispuestos a marcar perfil ecologista, un espacio que ven huérfano por el aislamiento de la CUP en el tablero político, la disposición del PSC al Hard Rock y las dudas en ERC sobre el casino. Para los morados ir ahora a unas elecciones no es una mala idea: ya no gobiernan Barcelona, buscan relanzarse como proyecto y tratan de exhibirse como una fuerza política que no cede, pese a que lo que embarranque sean los presupuestos.

Esquerra, por su parte, aliña ya el mensaje de que los morados han sido "irresponsables", hurgando en que contribuyen a mantener "los recortes de CiU", como ya deslizó el president en una entrevista en EL PERIÓDICO, para disputar votos y ganar simpatías entre sindicatos y patronales que urgían a la aprobación de las cuentas públicas.

En el Palau de la Generalitat veían con preocupación continuar otros 10 meses con vetos cruzados entre partidos y ante un verano de emergencia por sequía. Las restricciones se auguran duras, así que Aragonès ha dado el paso alegando que cuando lleguen, habrá nuevo gobierno. Eso siempre que no se tarde otros tres meses en pactarlo, como sucedió en 2021. Pero, ¿qué triunfos puede lucir ERC en campaña?

Hay dos asuntos que impactan directamente en el Congreso de los Diputados y en la compleja mayoría que sustenta a Sánchez. Y es que Esquerra y Junts pugnarán por hacerse con la paternidad de la amnistía -que, a su vez, no entusiasma al electorado socialista-, pero también por el modelo de financiación. La negociación de los Presupuestos Generales del Estado ya está descartada porque Sánchez ha preferido no arriesgar, pero depende de los independentistas a cada votación. La campaña no será solo en Catalunya, de hecho, se inaugurará mañana mismo en Madrid con el debate y aprobación de la ley de amnistía.

Suscríbete para seguir leyendo