Sánchez destaca el "alto perfil político" del nuevo Gobierno para su mandato más convulso

Pedro Sánchez reconoce que el mandato que acaba de arrancar es especialmente complejo, más incluso que los anteriores. En su primera comparecencia tras la investidura de la semana pasada, convocada para anunciar la estructura y nombramientos de la la nueva coalición entre el PSOE y Sumar, el presidente subrayó este lunes que la actual coyuntura no era apta para ministros técnicos, dirigentes con elevados conocimientos de su parcela pero poco acostumbrados a la pedagogía y las negociaciones con otras fuerzas. “Este es un Gobierno de alto perfil político para una legislatura de alto perfil político, con dirigentes capaces de gestionar, pero también de llegar a acuerdos y explicarlos”, señaló el líder socialista desde la Moncloa.

En un más difícil todavía, cada iniciativa del Ejecutivo tendrá que contar en el Congreso con todos los partidos nacionalistas e independentistas, de Junts per Catalunya a Bildu, pasando por ERC, el PNV y el BNG. Al mismo tiempo, Sumar, el socio minoritario, se encuentra sometido a fuertes convulsiones, debido al malestar de Podemos, cuyos cinco diputados amenazan con comportarse de manera autónoma al no haber logrado ningún ministerio en la nueva estructura. Y la derecha del PP y Vox, mientras tanto, ha diseñado una oposición muy agresiva, a través de continuas movilizaciones en la calle contra la amnistía del ‘procés’. 

Sánchez arranca un incierto mandato marcado por la dependencia de ERC y Junts

Por eso Sánchez refuerza a dos de sus colaboradores más importantes. María Jesús Montero, vicesecretaria general del PSOE, continúa en Hacienda, pero ha sido ascendida a una nueva vicepresidencia, la cuarta. Las otras tres, Nadia Calviño como vicepresidenta primera y ministra de Economía, Yolanda Díaz como segunda y titular de Trabajo y Teresa Ribera como tercera y ministra de Transición Ecológica, se mantienen. Es muy probable, sin embargo, que a Calviño le quede poco tiempo en el Ejecutivo. Es la aspirante de España para presidir el Banco Europeo de Inversiones (BEI). La decisión se conocerá a principios de diciembre, y si resulta elegida, Sánchez tendrá que acometer una crisis de Gobierno quirúrgica para reemplazar a uno de los cargos más importantes del Ejecutivo. 

El sustituto en Economía

Distintas fuentes señalan que el encargado de rellenar ese hueco sería José Luis Escrivá, que deja la cartera de Seguridad Social para dirigir la de Transformación Digital, un nuevo ministerio con altas opciones de resultar efímero. En el caso de que Calviño dé el salto a Europa, y cuenta para ello con el crucial respaldo de Alemania a su candidatura, la llamada a ocupar la vicepresidencia primera sería la propia Montero, con lo cual se volvería al esquema de la última legislatura: tres vicepresidentas y no cuatro. 

Bolaños, el alfil de Sánchez para pilotar la amnistía frente a una judicatura hostil

El otro gran referente del nuevo Ejecutivo, que a grandes riesgos resulta continuista respecto al anterior, es Félix Bolaños. Principal negociador del PSOE con el independentismo catalán, Bolaños pasa a ser una especie de ‘superministro’. Compatibilizará la cartera que tenía hasta ahora, la de Presidencia, sobre la que bascula toda la coordinación del Gobierno, con la de Justicia, un departamento fundamental durante este mandato, en el que tendrá que aplicarse la ley de amnistía del ‘procés’, con una parte importante del estamento judicial en contra. 

Habrá otro puntal en el Gobierno: Pilar Alegría, que sumará Deportes a Educación y también ejercerá de portavoz en la Moncloa. La anterior encargada de dar las ruedas de prensa tras el Consejo de Ministros, Isabel Rodríguez, pasará a un departamento de nueva creación: Vivienda, con el que Sánchez quiere subrayar la importancia que otorga a esta materia. Rodríguez era también la titular de Política Territorial, una cartera que ahora tendrá más peso, con la relación con el soberanismo en el centro de todo, y para la nueva etapa el líder socialista ha elegido a Ángel Víctor Torres, expresidente de Canarias. 

El peso del PSC

Acostumbrado a la sorpresa, con fama de ser un líder poco previsible, Sánchez ha jugado esta vez sobre seguro. Hay 22 ministerios (21 si Escrivá sustituye dentro de poco a Calviño y junta Transformación Digital a Economía) y 12 de ellos están dirigidos por mujeres. El Gobierno incluye dirigentes que llevan en él desde la moción de censura de 2018 a Mariano Rajoy: Luis Planas en Agricultura, Fernando Grande-Marlaska en Interior y Margarita Robles en Defensa. Diana Morant ampliará sus competencias, al unir Universidades, que desaparece como ministerio, a Ciencia. José Manuel Albares permanecerá en Asuntos Exteriores. Pero hay caras nuevas y menos conocidas, como la ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, y la de Igualdad, Ana Redondo, que sustituye a Irene Montero. 

También entran exalcaldes de municipios importantes: el de Valladolid, Óscar Puente, en Transportes, y el de Barcelona, Jordi Hereu, en Industria, dentro de una configuración en la que el PSC pierde peso. Al menos, numérico. Los socialistas catalanes, que lograron en las generales un extraordinario resultado, con 19 escaños y más votos que todas las formaciones independentistas juntas, pasan de ostentar dos ministerios, Miquel Iceta en Cultura y Raquel Sánchez en Transportes, a solo uno. Aun así, el partido que lidera Salvador Illa se revuelve contra la tesis de que ahora su cuota de poder es menor. Industria, explican fuentes de su dirección, es un ministerio de enorme importancia, que servirá para que el poder económico vuelva a Catalunya tras lo ocurrido en el ‘procés’. 

El PSC resta importancia a la pérdida de un ministerio en el nuevo Gobierno de Sánchez

Nada para Podemos

“El Gobierno conjuga renovación y permanencia, experiencia y juventud, para dotar de estabilidad al país durante estos cuatro años”, explicó Sánchez, dejando clara que su intención es culminar la legislatura, a pesar de las tensiones que planean sobre ella. Los designados, continuó, ofrecen “solvencia y solidez” para aunar la “continuidad de unas políticas públicas que han sido acertadas” y el “empuje que ofrecen los nuevos perfiles”.

En la parte del socio minoritario de la coalición, mientras tanto, la renovación es más profunda, pero la sorpresa menor. La formación que lidera Díaz tendrá cinco ministerios, los mismos que ostentaba Unidas Podemos en el anterior mandato. Pero salvo la vicepresidenta segunda y titular de Trabajo, que revalida sus cargos, no repite nadie. Los nuevos ministros, como adelantó EL PERIÓDICO el pasado martes, son Mónica García en Sanidad, Ernest Urtasun en Cultura, Pablo Bustinduy en Derechos Sociales y Sira Rego en Juventud e Infancia. Ninguno forma parte de Podemos.