Comisión de estudio

El Parlament reclama al Estado 456.000 millones de deuda y una ley de financiación singular

PSOE y ERC pactan la condonación de más de 15.000 millones de deuda de la Generalitat

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El pleno del Parlament, reunido durante una sesión.

El pleno del Parlament, reunido durante una sesión. / El Periódico

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Tras más de una década de 'procés' en que el debate político giraba casi en exclusiva en torno a la independencia, en Catalunya vuelve a hablarse de la financiación de la Generalitat. La primera señal la dieron los acuerdos de ERC y Junts con el PSOE para desencallar la investidura, que incluían demandas para reducir la deuda de la administración catalana y mejorar sus ingresos. La segunda señal ha llegado este lunes desde el Parlament: la comisión de estudio de la deuda ha aprobado un documento que reclama al Estado 456.000 millones de euros en concepto de "deuda histórica" y también una "ley de financiación singular para Catalunya".

Este documento no surge de la nada. Son las conclusiones a las que ha llegado esta comisión tras meses de trabajo -empezó antes que la negociación de investidura- y que llevan la firma de ERC y Junts. El texto incluye un largo listado de reivindicaciones que se acerca más a una carta a los Reyes Magos de Oriente que un documento asumible para el Gobierno de turno, pero constata que tanto republicanos como posconvergentes quieren jugar la carta de la mejora de la financiación de la Generalitat. Una carta que tan un partido como el otro llevaban al menos una década sin prestar atención.

El primer objetivo de ERC y Junts es listar los agravios del Estado. Aquí la cifra más destacada es que sitúan en estos 456.000 millones la "deuda histórica" con Catalunya y la dividen en tres conceptos: 50.900 relativos al déficit en la inversión de infraestructuras; 375.000 en concepto de prestaciones sociales y 30.000 millones en concepto de pensiones. El cálculo se realiza para el período que va del 1982, con los acuerdos básicos para la financiación de la Generalitat, hasta el año pasado.

Pero, más allá de esta cifra difícilmente aceptable y, sobre todo, abonable para cualquier Gobierno, el Parlament también reclama algo mucho más concreto y tangible: la condonación total de la deuda que tiene la Generalitat con el Estado por haberse acogido al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). De hecho, el acuerdo de investidura ERC-PSOE ya contempla la condonación de un 20% de la deuda -unos 15.000 millones- y ahora el Parlament reclamará dejar esta deuda a 0. El relato que hace el documento es que, si Catalunya no tuviera déficit fiscal entre lo que aporta y lo que recibe de la caja común actual, no habría alcanzado esta cifra de deuda. Por lo tanto, se pide la condonación.

Mirando al futuro

Finalmente, el documento también mira al futuro. ¿Cómo mejorar la situación actual? Aquí se habla de la necesidad de que Catalunya tenga una financiación a su medida a través de una ley "singular" para la Generalitat. Una norma que transferiría al Govern la gestión y recaudación de los impuestos generados en Catalunya. "Un paso adelante en nuestra soberanía", expone el documento que, según concluye, no necesitaría modificar la ley general actual, la LOFCA.

Esta ley singular derivaría, por ejemplo, en la creación de una Agencia de Seguridad Social Catalana para impulsar un "sistema propio de pensiones" o en traspasar las competencias íntegras a la Agencia Tributaria de Catalunya para recaudar todos los impuestos. Luego se fijaría una "cuota de solidaridad" entre Catalunya y el Estado. En definitiva, operaría como el concierto económico vasco o el pacto fiscal que en su día propuso el presidente Artur Mas, pero que recibió un portazo del Gobierno. Un portazo que le llevó a convocar unas elecciones, las autonómicas del 2012, de las que surgió la primera votación sobre la independencia, la del 9 de noviembre del 2014.

ERC y Junts saben que, de inicio, ninguno Gobierno podrá aceptar las demandas que se plantean en este documento. Sin embargo, lo planteado este lunes para el Parlament es un punto de partida que fija el marco de que están dispuestos a trabajar para una mejor financiación. Y aunque parezca una quimera sus planteamientos, alguien podría decir que también lo parecía una amnistía. Una década después del inicio del 'procés', Catalunya vuelve a hablar de financiación.