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El PDECat se disuelve: Jordi Pujol pierde la herencia... política

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Artur Mas, Helena Rakosnik, Jordi Pujol, Marta Ferrusola y Xavier Trias.

Artur Mas, Helena Rakosnik, Jordi Pujol, Marta Ferrusola y Xavier Trias. / ACN

Fidel Masreal

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Los que se proclamaron herederos de la Convergència Democràtica del 'expresident' Jordi Pujol constataran este sábado, tras innumerables intentos de cambiar de marca, de liderazgo, de mensaje y de aliados, que el partido nacionalista que más años ha gobernado Catalunya se queda sin hijos políticos. O, quizás, los tiene repartidos en otras casas políticas como Junts, ERC o el PSC. Este sábado los que todavía pilotan el partido llamado PDECat (que tomó el testigo de CDC) decidirán si cierran para siempre o simplemente mantienen una estructura mínima para dar cobertura a los aproximadamente 200 concejales que todavía responden a estas siglas y se disuelven.

Será una lluvia de ideas entre las que, sin duda, habrá la de cerrar definitivamente. El partido es prácticamente inexistente: no tiene diputados en el Parlament ni en el Congreso, apenas hay 1.500 militantes al corriente de las cuotas, y se salvará del concurso de acreedores si logra que sigan pagando dos meses más, tras haber hecho un expediente de regulación de empleo de sus trabajadores que finaliza este mes de diciembre.

Una constante confusión

Se trata de un partido, asumen en la dirección, que ha sometido a sus bases a una "confusión brutal", cambiando de nombre de la candidatura electoral, de liderazgo (en pocos años han cambiado las caras de los candidatos y dirigentes: David Bonvehí, Marta Pascal, Àngels Chacón, Roger Montañola, Joana Ortega...) y de socios de coalición. La formación se ha rebautizado en ocasiones como Junts per Catalunya, en Convergència, en Centrem, en Espai CiU... y en su entorno han aparecido grupos minúsculos que también han reivindicado la herencia convergente como el Partit Demòcrata, Lliures, Convergents... con un éxito absolutamente nulo.

Ahora la única salida es, como dicen algunos, "bajar la persiana". No sin un gusto amargo: "En la calle, la gente te para y te dice que adelante, que el espacio convergente está huérfano, pero después no nos vota nadie", resume un dirigente con impotencia. A la pregunta de dónde está el espíritu convergente hoy, uno de los máximos exponentes del partido que fundó Pujol, lo resume con contundencia: "En Junts".

Ciertamente, una de las estocadas más grandes que ha sufrido el PDECat fue la OPA interna que le planteó el propio Carles Puigdemont: se llevó consigo a los principales cuadros posconvergentes e incluso se quedó en propiedad la marca que compartía el PDECat con los independientes que entraron en 2017: Junts per Catalunya. Desde ese momento, el declive del PDECat ha sido todavía más notable.

Si a ello le añadimos disputas internas por el discurso y una constante operación de Junts de captación de alcaldes y cargos posconvergentes a nivel local, el diagnóstico se hace letal. "Lo hemos intentado todo", asumen con impotencia los que han llevado la nave estos años.

Un camino lleno de baches

Los que todavía militan en el PDECat han tenido que pasar una constante zozobra desde que en el 2016 se creó el partido para superar la mala imagen de Convergència, lastrada por los casos de corrupción y por un liderazgo, el de Pujol, demolido por la confesión del 'expresident' de que había ocultado dinero en Andorra durante décadas. Esa marca, CDC, estaba condenada. Pero sus dirigentes quisieron practicar una operación de 'branding': cambiar la marca, actualizar los métodos y mantener el nicho de mercado: centroderecha nacionalista, ahora más bien independentista y algo más de centro. Pero en la puesta de largo del partido, con ni más ni menos que Artur Mas y Carles Puigdemont, ya se vio que el camino sería azaroso. El mismo nombre de la formación provocó una rebelión interna y las bases se negaron a seguir los dictados teledirigidos, algo habitual en los cónclaves de los partidos grandes.

Poco tardó el PDECat en ver que Puigdemont no se ceñiría al partido. Al contrario, obligó a la formación en el 2017 a cambiar toda la lista electoral e incorporar a fichajes dictados a dedo por el president. El resultado electoral sonrió, pero la convivencia interna comenzó a ser un infierno en términos políticos y también económicos. Y ya lo había sido entre los dirigentes -Marta Pascal y David Bonvehí, que ganaron contra pronóstico a un convergente de toda la vida como Jordi Turull- y el propio Puigdemont, nada cómodo con la disciplina de partido y que demostró mano de hierro para forzar cambios de candidaturas y de decisiones políticas, aunque no siempre lo logró como en el caso del apoyo del partido a la moción de censura de Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy.

La impotencia del PDECat ha ido en aumento cuando ha constatado que su peso electoral era exactamente cero. En las elecciones catalanas de 2021 no logró ni un solo diputado y logró menos papeletas que Duran Lleida cuando se presentó con Unió en las autonómicas del 2015. Y en las generales de junio de este año -a las que se presentó in extremis para aprovechar los derechos electorales- se quedó de nuevo a cero (con un candidato procedente de Unió, Roger Montañola) e incluso el partido animalista logró más votos que la posconvergencia.

La directora del instituto GESOP, Àngels Pont, recuerda dos factores clave: uno, que el espacio convergente mayoritariamente está en Junts y este partido tampoco es el más votado. Y dos, que los catalanes que se identifican como de centroderecha nacionalista son pocos, hoy por hoy, en un mapa político todavía muy polarizado. De hecho, según el barómetro de Opinión Política del Centre d'Estudis d'Opinió de este año, de centro a la derecha solo se definen los votantes de Ciudadanos, el PP y Vox. Y ningún votante de los principales partidos se ubica en el centro-derecha catalanista. Los de Junts se ubican en el centro y en un grado de catalanismo de 8 sobre 10. Pont concluye: "El PDECat no ha cuajado, entre otras cosas, porque la derecha se ha identificado mucho con el españolismo y el independentismo se ubica al margen del eje izquierda- derecha; la gente que se identifica con el espacio de CDC está en Junts".

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