Pausa de hidratación

Montañola, el guerrillero del 'peix al cove'

El candidato del PDECat-Espai CiU prescinde de los actos con militantes en una campaña portátil y 'low cost'

El Rufián del Palace

Bienvenidos a la jungla

Roger Montañola, candidat del PDeCAT - Espai CiU, davant l'oficina de l'Agència Tributària a Barcelona

Roger Montañola, candidat del PDeCAT - Espai CiU, davant l'oficina de l'Agència Tributària a Barcelona / ACN

Rafael Tapounet

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En esta última semana he estado siguiendo con un sentimiento de fascinación creciente (y un poco culpable) la campaña del candidato Roger Montañola Busquets, cabeza de lista del PDECat-Espai CIU. Una plataforma que, por sus magras expectativas, parecía condenada a la irrelevancia mediática hasta que la Junta Electoral Central decidió concederle el 100% de los derechos electorales que correspondían al espacio posconvergente que en 2019 obtuvo ocho escaños en el Congreso tras concurrir a los comicios legislativos con la marca Junts per Catalunya. La decisión de la JEC supone un buen dinerillo en forma de anticipo de subvenciones y presencia garantizada en las televisiones, radios y agencias públicas. El reto de Montañola es que ahora tiene que llenar ese espacio informativo diario que le ha sido asignado pese a contar con una agenda de actos electorales casi tan despejada como la frente de su mentor político, Josep Antoni Duran Lleida.

De hecho, el “acto central de campaña” del PDECat-Espai CiU, convocado para el viernes 14 en el Celler Cooperatiu de Sant Cugat del Vallès, será el primer mitin en el que participa el candidato desde que el jueves 6 arrancó la campaña de la plataforma con unos parlamentos ante un grupo de militantes en la Avenida Josep Tarradellas de Barcelona. Consciente de los déficits estructurales de la organización a la que representan, Montañola y su (reducido) equipo han recurrido hasta ahora a tácticas de guerrilla, consistentes básicamente en desplazarse a diversos puntos de importancia estratégica (de la playa de Cabrera de Mar a las puertas del festival Cruïlla), plantar allí una especia de atril portátil con el logo de la candidatura y grabarse a sí mismos, a menudo con un teléfono móvil, perorando sobre asuntos como la insoportable presión fiscal o la importancia de las pymes.

Restringir la esfera pública

Si se piensa bien, tiene una cierta coherencia que sea un espacio político que aboga de forma desacomplejada por la restricción de la esfera pública el que renuncie a la tradicional dimensión colectiva de las campañas electorales –en su original inglés, mitin significa encuentro- y apueste por comunicarse directamente con el votante / cliente a través de vídeos colgados en las redes sociales. En el mundo de la empresa, la gente reunida siempre es sospechosa.

En sus comunicaciones, Montañola se expresa con un optimismo sólido y un lenguaje fenicio (“si alguien quiere nuestro apoyo, tendrá que pasar por caja”) que parece adquirido en una ‘business school’. En realidad, él estudió Ciencia Política en la UPF, pero pasó por la academia del ‘peix al cove’ de Unió Democràtica. Y dice cosas como que “todos los políticos deberían hacer un Erasmus en la empresa privada para conocer la realidad de la economía productiva y del trabajo”, aunque lo que más abunda en su currículum profesional son las actividades ligadas a la consultoría y el cabildeo, que vendrían a ser a la economía productiva lo mismo que el rejoneo a la cultura.       

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