Ellas siempre estuvieron (IX)

Gemma Triay, estrella de pádel: “Nos estamos acercando a la igualdad en lo deportivo, pero no en los premios”

A través de una serie de entrevistas, EL PERIÓDICO quiere poner el foco en las mujeres que forman parte del deporte. Aquellas que siempre han estado, pero a las que no siempre se ha querido mirar.

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Gemma Triay

Gemma Triay / Yasmine Akki

Laia Bonals

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Hay decisiones que son difíciles de tomar. Que cuestan, que se hace cuesta arriba. Gemma Triay (Alaior, Menorca, 1992) lleva unos meses de muchos cambios, que la han hecho volver a encontrarse dentro de la pista y también fuera. Que le han dado perspectiva y tras los cuales ha arrancado un proyecto alentador para esta campaña. Se acaba de proclamar subcampeona del Lotto Brussels Premier y va a por más.

Ha empezado la temporada más disruptiva para usted. ¿Cómo está?

A nivel físico estoy muy bien. Hemos hecho una muy buena pretemporada. Sí que es cierto que el año ha empezado con cambios y es una cosa a la que no estoy acostumbrada. Llevo jugando desde 2013 y siempre he tenido compañeras a largo plazo. Este año no ha sido el caso. Dejé de formar pareja con Alejandra a mediados de temporada cuando ella se tenía que operar. Cambié con Marta Ortega y este año no lo vi claro. A final de la campaña pasada ya tenía dudas y así se lo comenté. Decidimos continuar y, tras la pretemporada que hemos hecho juntas, yo veía que no acababa de fluir lo que estábamos entrenando luego en la competición. Yo no estaba consiguiendo sacar su mejor versión y eso hacía que yo tampoco estuviera jugando bien. Decidí que lo mejor era hacer un cambio. Ahora estoy jugando con Claudia, que tiene 18 años.

Sin duda, el papel que tiene ahora en la pareja es distinto.

Tiene un futuro excepcional y tengo ganas de afrontar esta nueva experiencia. Me toca remar a mí y ser la líder de la pareja. Es un proceso. Nunca es fácil empezar con una nueva compañera y además no hemos tenido el tiempo de hacer una pretemporada juntas. Empezamos directamente compitiendo, casi. Tenemos buenas expectativas, pero obviamente no es lo mismo jugar con una compañera que ya ha estado en el top. Estoy contenta y soy consciente de que no puedo llegar a los torneos con la obligación de ganar. Vamos a ir a por ello, pero soy consciente de que si no se gana el torneo o no se llega a la final no pasa nada.

Gemma Triay durante un partido

Gemma Triay durante un partido / Joachim Azouze

¿Se marca alguna expectativa?

El camino no es fácil. Quieres estar siempre en el top, pero son etapas y por circunstancias hoy estoy jugando con Claudia en un proyecto en el que tengo muchas ganas. Ojalá que pueda ayudarla a que evolucione y podamos luchar por lo máximo. Siempre me piden: '¿cuáles son los objetivos?' Pues no lo sé. Cuando vaya pasando la temporada y los torneos será cuando veamos realmente por lo que podemos luchar.

¿El tiempo será su mejor aliado, entonces?

Se necesita tiempo para saber lo que necesita una y la otra y encajar nuestros juegos. Desde el principio es cierto que cuajan y somos conscientes de lo que tiene que trabajar cada una. Somos dos perfiles bastante similares: muy autoexigentes, nos permitimos muy poco el fallo. Me recuerda a cómo era yo de joven y todo lo que pueda ayudarla será genial.

¿La parte mental ha sido la parte más difícil?

Es la parte más importante. Cada día el pádel femenino está más igualado y la diferencia está en el nivel mental. Este año será duro en viajes y será importante estar bien con la compañera. Son muchas semanas fuera de casa y cuanta mejor relación tengamos fuera mejor irá dentro de la pista. Estamos trabajando psicológicamente para rendir al máximo. Yo hago un trabajo individual semanalmente y además de forma conjunta con la psicóloga.

Gemma Triay durante un partido

Gemma Triay durante un partido / El Periódico

¿Cuál es ese trabajo conjunto?

Yo soy un perfil que me cuesta aceptar que fallo y si me equivoco me exijo y recrimino que no puedo fallar. Con la psicóloga trabajo mucho este aspecto. En el deporte se puede fallar. Si cuando fallas no lo aceptas, dejas de poner una marcha más porque si no tendré una opción mayor de fallar. Lo que me piden en el equipo es que lidere, que le pegue a la pelota todo lo que pueda. Si yo no acepto el fallo tenemos un problema, porque si no, no haría el trabajo que me piden. Además, hay que tener en cuenta lo que necesita cada una en cada situación. Hay muchas cosas por trabajar, tanto a nivel individual como de equipo, donde también está el entrenador. Es importante cómo nos va mejor recibir la información: que sea más cañero, que sea más suave… El tema de la comunicación es importante.

"Es importante no sobrepasar un límite, tanto de confianza como de falta de respeto. Ahí no hay vuelta atrás"

Tenéis una vida muy conjunta.

El pádel es un deporte de pareja y eso se basa en una relación personal. Cuanto mejor sea fuera de la pista, mejor irá dentro. Cuando empieza a haber roces después es muy difícil separarlo y que sea más flexible. Cuando hay crispación y pasa algo en la pista y estás en tensión es cuando empiezan los reproches. Se va haciendo grande una pelota que, a medida que vas teniendo más confianza, te vas diciendo muchas más cosas. Por eso es importante no sobrepasar un límite, tanto de confianza como de falta de respeto. Ahí no hay vuelta atrás.

¿Ese fue el motivo por el que os separasteis con Alejandra?

Teníamos una confianza y pasaron cosas externas que nos afectaron. Empezamos con los reproches y somos dos jugadoras experimentadas y líderes, que está muy bien, pero cuando hay un problema esto lo complica.

¿En qué punto está el pádel femenino ahora?

Es muy importante de donde venimos. Las más jóvenes no son conscientes de donde venimos, donde jugábamos, en las condiciones económicas en las que lo hacíamos. Todo ha crecido muchísimo. La evolución que hemos hecho en los últimos años ha sido brutal y eso hace que haya mucho más dinero. Hay que seguir evolucionando. No estamos en unas condiciones de igualdad con los hombres y hay que seguir trabajando.

Gemma Triay

Gemma Triay / Yasmine Akki

¿Es totalmente profesional?

Cada día hay más jugadoras que se pueden dedicar exclusivamente al pádel. Pero aún hay algunas que no pueden dejar sus trabajos para dedicarse al deporte. Y más teniendo en cuenta el calendario, que viajamos por todo el mundo y que si pierdes en primera ronda tienes que pagar unos gastos que son difíciles de pagar. Aún tienen que subir los precios para que se cubran estos gastos, pero esto es una rueda y era necesario que nos fuéramos a jugar a Latinoamérica o a otros países porque tenemos que hacer que el deporte evolucione en otros sitios.

¿Cuál es la distancia con el masculino?

La parte positiva es que en cuanto a condiciones deportivas, prácticamente, estamos igual que los hombres. Se está pareciendo más a la igualdad en ese aspecto, aunque en los premios aún no. Solo tenemos dos torneos donde tenemos el mismo premio que ellos. Espero que en un futuro cercano consigamos la igualdad. Lo que queremos es que se vayan haciendo pasos cada año. Que nos vayamos acercando.

¿Cómo es vuestra organización?

Tenemos la IPA, que es la organización de jugadoras, y aquí contamos con Maria Teixidor, que es nuestra abogada, y nos está ayudando mucho. Estamos confiadas en que lucha por nuestros derechos. Tenemos una junta directiva de la que formo parte. La mayoría somos veteranas y cada lunes tenemos una reunión en ella y nos cuenta cómo van las negociaciones con Premier Pádel. Ella y su equipo son las que viajan a muchos torneos y luchan por nosotras. Antes no teníamos la asociación y era mucho más complicado. Teníamos que estar más implicadas individualmente. Nos llamaban cada día y era mucho más rollo. Nosotras tenemos experiencia a nivel deportivo, no a nivel de contratos. Ahora estamos muy contentas.

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