Acuerdos con la ultraderecha

Sánchez llama a "tomar nota" el 23J del "recorte obsceno de derechos" del PP y Vox tras su pacto en Extremadura

El PP cede y pacta con Vox un gobierno de coalición en Extremadura

Así están las encuestas de las elecciones generales en España 2023

Pedro Sánchez durante una rueda de prensa en Bruselas este 29 de junio de 2023.

Pedro Sánchez durante una rueda de prensa en Bruselas este 29 de junio de 2023. / EUROPEAN COUNCI / DPA

Juan Ruiz Sierra

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Pedro Sánchez nunca creyó a María Guardiola cuando prometía que no pensaba gobernar con Vox en Extremadura. El pacto de este viernes entre el PP y la formación ultraderechista para formar coalición en esta autonomía, que evidencia un giro radical por parte de la candidata de los populares y también la fortaleza de la unión entre Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, no supone ninguna sorpresa para el presidente del Gobierno. Pero sí representa, dentro de la inquietud por la involución que suponen este tipo de acuerdos, una oportunidad. 

“En Extremadura ha ocurrido lo que sabíamos que iba a ocurrir. El PP y Vox gobernarán juntos donde puedan. Allí donde sumen, gobernarán y habrá retrocesos. Todos debemos tomar nota de los acuerdos que están llegando el señor Feijóo y el señor Abascal”, ha señalado Sánchez desde Bruselas, donde ha participado en el Consejo Europeo que ha servido para dar el pistoletazo de salida a la presidencia española de la UE, que comienza el sábado y se prolongará hasta finales de año, con la incógnita de si quien acabará el mandato comunitario será Sánchez o Feijóo.

La reactivación progresista

Frente a la hipermovilización de los votantes de derechas, el electorado progresista dio síntomas de apatía el pasado 28 de mayo, cuando el PSOE se despidió de una enorme cuota de poder territorial tras las elecciones autonómicas y municipales. Sánchez confía en reactivar a la izquierda el 23 de julio, día en el que celebrarán elecciones generales, de la mano de la alarma que provocan los pactos del PP con Vox en comunidades (de momento tres: Valencia, Baleares y Extremadura) y numerosas localidades. De momento, estos acuerdos han servido para que los populares adopten el lenguaje negacionista de la extrema derecha sobre la violencia de género y acepten también la retirada de las banderas LGTBI en varios ayuntamientos. 

Al mismo tiempo, la alianza en Extremadura sirve al candidato socialista para reforzar su tesis de que Feijóo gobernará con Abascal en coalición, por mucho que el presidente del PP asegure que esa no es su intención. Guardiola dijo lo mismo tras el 28M, aunque de forma mucho más contundente que el líder de su partido, y ha terminado pactando, en lo que supone una clara victoria de Vox. 

“Yo no puedo dejar entrar en mi Gobierno a aquellos que niegan la violencia machista, a quienes usan el trazo gordo, a quienes están deshumanizando a los inmigrantes y a quienes despliegan una lona y tiran a una papelera la bandera LGTBI. Mi promesa y mi tierra no son moneda de cambio de nada”, aseguró la próxima presidenta extremeña hace solo 10 días. Este viernes, Guardiola, visiblemente incómoda, se ha visto obligada a justificar su drástica marcha atrás. “Mi palabra no es tan importante como el futuro de los extremeños”, ha señalado en Mérida. Poco después, en Madrid, Feijóo ha dicho exactamente lo contrario: “En tiempos en los que la palabra de algunos políticos no vale nada, yo reivindico la política de la palabra. Sin palabra no hay política”. 

La preocupación en Bruselas

Uno de los motivos de Sánchez para adelantar las generales, tras la debacle socialista del 28M, fue precisamente que la precampaña y la campaña coincidieran con la negociación entre el PP y Vox. El PSOE cree que la estrategia ha funcionado, con Feijóo forzado a defender esos polémicos acuerdos, que pueden servir tanto para movilizar al votante progresista como para desincentivar al moderado que pensaba apoyar al PP. Y también para minar la imagen internacional del líder conservador.  

“Lo que estamos viendo en Extremadura, en Valencia y en muchos ayuntamientos es un recorte obsceno de los derechos a cambio de votos. Quitar una bandera LGTBI de una institución pública es quitar derechos. Y eso merece el reproche más rotundo. Causa sonrojo. En Bruselas he tenido conversaciones con distintos líderes que están sorprendidos y contrariados de la involución de ciertos debates donde España había sido un ejemplo y ahora estamos siendo un contraejemplo”, ha señalado Sánchez, que el sábado, en el estreno de la presidencia española de la UE, viajará a Kiev para entrevistarse con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski

Frente a la mayoría de las encuestas, que le sitúan claramente por detrás de Feijóo, el candidato socialista se muestra convencido de su victoria dentro de tres semanas. Al menos, en público. Este viernes le han preguntado si se comprometía a informar a Feijóo sobre la presidencia europea en el caso de que el líder del PP llegue a la Moncloa. “Como vamos a ganar las elecciones, no se dará el caso”, ha contestado.