Balance del cambio de Executiu

PSC y Comuns plantean un frente progresista a Aragonès para que no dependa de Junts

Así es el nuevo Govern de Pere Aragonès

Pere Aragonès recurre a pesos pesados de ERC para remodelar su Govern

Salvador Illa escucha a Pere Aragonès (de espaldas)

Salvador Illa escucha a Pere Aragonès (de espaldas) / FERRAN NADEU

Sara González
Xabi Barrena
Carlota Camps
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El pacto de ERC con el PSC en las diputaciones de Tarragona y Lleida han ahondado las ya insondables diferencias entre republicanos y Junts. Un buen momento, por tanto, para los otros partidos de la oposición para meter cuña y hacer todo lo posible para que esas diferencias sean irreconciliables, por ejemplo, cara a las próximas elecciones catalanas, sean cuando sean. El objetivo de PSC y Comuns, con la vista puesta a entrar en un futuro Govern, es lograr que una nueva coalición independentista, que asegura hasta el momento entre 60 y 65 diputados, sea una quimera. Y para ello, ambos grupos, al calor del enfrentamiento sobre las diputaciones, han ofrecido a los republicanos un frente progresista que les ayude a romper lazos con Junts, pero siempre manteniéndose ambos partidos fuera del Executiu en esta legislatura.

Salvador Illa, con tono conciliador pero sin ahorrarse la dureza en el fondo, mostró su disposición a construir grandes pactos en materias clave. Puso el ejemplo de la educación, pero puede haber otros. Eso sí, de no producirse esa llamada de socorro republicano, el líder de la oposición dejó claro que no va a dar tregua al Govern. Porque, por muchos cambios que haga de ‘consellers’, para el PSC el Executiu de Pere Aragonès continúa siendo “débil, desorientado, sin rumbo ni capacidad de decisión”. Todo lo contrario, ha diagnosticado, de lo que conviene en tiempos convulsos, que es un “gobierno fuerte”. Los socialistas mantienen que son ellos la “alternativa”, y ya antes del 28-M su hoja de ruta contemplaba que ERC lo tenga cada vez más difícil para alargar la legislatura.

Si lo que quiere el ‘president’ es que llegar a 2025 sea más que un “buen propósito”, el líder del PSC ha señalado que hay un solo camino para solventar su minoría tras su fractura irreconciliable con Junts: contar con la mano tendida del principal partido de la oposición para acordar carpetas “estructurales” para Catalunya. Por si alguien tenía la tentación de sobreinterpretar las palabras, ha dejado claro que no se está ofreciendo para entrar en el ejecutivo, ya que su principal aspiración es llegar él a la presidencia de la Generalitat. 

Pero antes de tejer nuevos pactos, Illa le ha recordado a Aragonès que tiene cuentas pendientes por saldar, especialmente en materia de infraestructuras, como quedó recogido en los presupuestos. “Está en juego la credibilidad del ‘president’”, ha advertido sin entrar en detalle en el historial de deudas, que va desde el convenio de la B-40 al contrato-programa con Renfe, así como el plan director del Hard Rock o la comisión técnica para estudiar la modernización del aeropuerto del Prat. “Los cambios que ha hecho no resuelven los problemas, en el mejor caso los desplaza, cuando no los empeora. Ojalá me equivoque, pocas cosas me harían más feliz”, ha sentenciado.

Jéssica Albiach, de los Comuns, por su parte, reclamó a Aragonès que dejara de hacer seguidismo de las políticas de Junts. Aseveró que el quid de la cuestión es si el 'president' está dispuesto a hacer un cambio en sus políticas que implique aparcar los macroproyectos y dejar de estar "subordinado a los caprichos" de sus exsocios. Para acabar la legislatura, ha dicho la líder parlamentaria de los Comuns, le tocará "mirar a la izquierda" tanto en Catalunya como en el Estado, donde le ha afeado que esté dando por hecha la victoria del PP y de Vox.

Etapa del duelo

Por su parte, Junts, aún en 'shock' por el doble pacto ERC-PSC que les veta el gobierno de las diputaciones de Tarragona y Lleida, ha empleado la comparecencia de Aragonès para airear su malestar contra los republicanos. El líder parlamentario, Albert Batet, que durante la sesión de control al Govern ya ha apostado por un avance electoral, ha preguntado a Aragonès si “merecía la pena la agonía”, ha vaticinado que la remodelación del Govern no es “suficiente ni creíble” y que “no arreglará los problemas de fondo”. Además, ha insistido de nuevo en la idea de que el Govern no tiene “recorrido” y que “solos no conseguirán salir adelante”. “En dos años ya llevan tres Govern”, le ha reprochado Batet, recordando la remodelación obligada del pasado octubre con la salida de su partido del ejecutivo. 

También ha aprovechado la comparecencia del ‘president’ para recordar el batacazo de los republicanos en las elecciones municipales y reprocharles los pactos con los socialistas. “Dijo que quería un frente unitario en Madrid y lo único que vemos es más tripartito”, le ha recriminado Batet. Pero a pesar de las palabras gruesas, Batet ha defendido que su partido sigue apostando por la unidad del independentismo, un discurso que ha provocado risas y muecas de incredulidad del ‘president’ Aragonès y la ‘consellera’ Laura Vilagrà.

Normalidad, pese a todo

Poco antes, Pere Aragonès había explicado su remodelación del Govern tratando de revestirlo siempre de una pátina de normalidad y de continuidad, una manera de ahondar en la gestión que ya se estaba llevando a cabo. Tras felicitar a los tres cesantes, Juli Fernández, Josep González Cambray y Teresa Jordà, se deshizo en elogios hacia ellos y señaló que sus sucesores, Ester Capella, Anna Simó y David Mascort, tenían como objetivo porfiar en su obra. Desde la extensión de la T-Jove, en Territori, o la multiplicación de los megavatios de energía renovable que produce Catalunya, en el caso de Acció Climática.

Ya en la sesión de control, el 'president' había señalado que la sustitución no significa la reprobación de la obra hecha. Máxime, eso no lo dijo, cuando dos de las tres bajas, le vinieron dadas. La de Jordà, por designio del partido cara a las elecciones del 23-J, y la de Fernández, a petición propia por la incomodidad que le genera el acuerdo con el PSC para la construcción de la B-40.

Aragonès, en esa línea de defensa de sus 'consellers', le recordó a Jéssica Albiach que Pedro Sánchez había retocado hasta en cinco ocasiones el Ejecutivo que comparte el PSOE con Unidad Podemos, referente estatal de los Comuns. Y que en algunas ocasiones, esos cambios afectaron a correligionarios de la propia Albiach.