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¿Elecciones catalanas en otoño?

Así están las encuestas de las elecciones generales en España 2023

La última encuesta de EL PERIÓDICO sobre las elecciones generales, al completo

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Jose Rico

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Si Pere Aragonès decidiese hacer 'un Pedro Sánchez' y convocar elecciones catalanas al día siguiente de las generales, los catalanes votarían por tercera vez en cuatro meses el 17 de septiembre. Podría ser un acicate para reavivar las ansias independentistas meter la Diada en plena campaña. Pero quizá estaría demasiado contraindicado para ERC el 23 de julio encadena el segundo revés electoral en dos meses. Pero a nadie se le escapa que si las generales siguen el patrón de las municipales (y, en principio, son los comicios más refractarios para el soberanismo), la fragilidad del 'president' y del Govern se agravarán y eso condicionará el calendario de la legislatura catalana. Tampoco es que el panorama de Sánchez sea muy boyante ahora mismo. De hecho, las encuestas sitúan en el horizonte de ambos sendas cuestas que pueden resultarles insalvables.

Votos a la fuga

Justo cuando atravesaba el ecuador de una legislatura no exenta de sobresaltos, Aragonès se ha topado con dos exámenes electorales consecutivos. El primero lo ha perdido con una erosión mayor de la que podía imaginarse. La abstención agravó el desplome general del independentismo, pero el castigo no se repartió a partes iguales entre los distintos partidos. ERC encajó el golpe más duro al dejarse 301.747 votos, la CUP retrocedió 43.045 sufragios y Junts solo perdió 5.787 papeletas. En porcentaje, Esquerra cayó 6,2 puntos, la CUP bajó seis décimas y JxCat incluso subió 2,4 puntos. La encuesta sobre las generales que elaboró el GESOP para EL PERIÓDICO pocos días después de las municipales dejaba a los exsocios del Govern empatados a 8-9 escaños en el Congreso, pero por detrás del PSC y, de nuevo, con el secesionismo a la baja. El dato más inquietante del sondeo para ERC es que era el partido con menor fidelidad de voto (36%), más fugas (46%) y fugas más transversales, pues pierde votos hacia el PSC, Junts y Sumar en porcentajes muy similares.

El primer 'match ball' entre las dos almas independentistas tras el cisma en el Govern lo ha ganado el ala rupturista y la cercanía del segundo invita a pensar que el desenlace será parecido, aunque por el camino se colarán multitud de pactos municipales que pueden aliviar o dislocar un poco más el equilibrio entre soberanistas.

Mayoría en peligro

Si llega ese segundo varapalo el 23-J, ¿qué podría hacer Aragonès? Oxígeno presupuestario tiene hasta 2025 porque podría prorrogar las cuentas que aprobó este año tras romper los bloques y el veto al PSC. Pero buscar aliados para salvar su obra legislativa será un calvario aún mayor con los socialistas y Junts envalentonados, los primeros por dos victorias electorales (en caso de que las generales también les sonrían) y los segundos por recuperar el terreno perdido en el duelo independentista. Ambos partidos superaron a ERC en las municipales y, de conseguirlo también en julio, puede decaer bastante su interés por ayudar al Govern. Además, la propuesta estrella de la legislatura de Aragonès, el acuerdo de claridad, que la convocatoria sorpresa de Sánchez ha obligado por ahora a cocer a fuego lento, puede acabar congelada si el PP llega a la Moncloa.

¿Las elecciones serían una salida? Sánchez recurrió a ellas porque sabía que ahora podría salvar algún mueble más que a finales de año, pero a Aragonès no le cuadran tanto las cuentas. Una simple extrapolación de los resultados de las municipales a unas autonómicas daría la victoria al PSC con 36 escaños frente a los 33 de Junts y los 30 de ERC. Los Comuns y el PP empatarían a 11 diputados y Vox y la CUP se quedarían con 6 parlamentarios cada uno. Por los pelos se sostendría esa mayoría independentista que también se va a poner a prueba en ayuntamientos y diputaciones, donde Junts tiene muchas llaves y es el objeto de deseo de Esquerra y PSC. Sin ir más lejos, en Barcelona. El nuevo rol de los posconvergentes puede ser determinante para que Aragonès decida los pasos a seguir en los próximos meses.

El problema del socio

Mientras tanto, en clave nacional, la izquierda acaba de recibir como árnica el acuerdo entre Sumar y Podemos para concurrir juntos a las generales. Hacerlo separados implicaba un castigo electoral que podía ser de una docena de diputados menos. El 28-M demostró la importancia que tendrá para las opciones de gobernar de PP y PSOE la fuerza que consigan sus socios naturales, es decir, Vox, Sumar y Podemos. Los socialistas 'solo' perdieron 12 escaños autonómicos, pero es que los morados perdieron 33. A Ximo Puig, por ejemplo, se le esfumó el Gobierno valenciano pese a ganar 54.000 votos porque Unides Podem desapareció de las Corts.

Otro mensaje para Sánchez: mientras PP y Vox se reparten los cascotes de Ciudadanos, el PSOE no recoge nada del partido naranja (salvo en Catalunya) y tampoco recupera el voto que en su día le cedió a Podemos. Pasadas las municipales y a la espera del impacto de la nueva coalición, el promedio de encuestas propulsa la mayoría absoluta de PP y Vox (138 y 43 escaños respectivamente).

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