Apuntes políticos de la semana

Espadas en alto en las encuestas de las elecciones generales

ESPECIAL MULTIMEDIA | Las grandes batallas electorales de 2023

Feijóo coge carrerilla en los sondeos a nueve meses para los comicios, pero sigue sin consolidar una ventaja suficiente para desalojar a Sánchez de la Moncloa

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Jose Rico

Jose Rico

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Cuando el PP arrasó en las elecciones andaluzas, en junio del año pasado, se instaló inmediatamente la sensación de que Alberto Núñez Feijóo lo tenía hecho y que había iniciado la cuenta atrás para desalojar a Pedro Sánchez de la Moncloa. Ocho meses después, la incertidumbre se ha apoderado del tablero electoral porque los tropiezos de uno y otro han convertido las encuestas en un péndulo que no deja de balancearse en el filo de la mayoría. Es cierto que los sondeos consolidan semana tras semana una importante ventaja del bloque conservador, pero ese giro a la derecha se mueve todavía en un alambre muy fino como para garantizarle la gobernabilidad a Feijóo. PSOE y PP tienen motivos para estar nerviosos porque, además, lo que suceda en las elecciones municipales y autonómicas de mayo puede dejar heridas difíciles de cicatrizar antes de las generales.

Tres puntos de distancia

Solo en lo que llevamos de 2023, Feijóo ha pasado de poder sumar mayoría absoluta con Vox a perder esta opción en menos de un mes. El líder del PP parece haber superado el desgaste por el bloqueo en la renovación del Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Constitucional, pero el presidente del Gobierno, aunque toma aire, no termina de dejar atrás la factura que le ha pasado la rebaja del delito de malversación y el fiasco de la ley del 'solo sí es sí'. El promedio de todas las encuestas sobre las elecciones generales publicadas desde septiembre de 2022 mantiene al PP en primera posición con 3,2 puntos de ventaja sobre el PSOE, dos décimas menos a finales de enero.

Ahora Feijóo lograría el 30,5% de los votos, una décima más que el mes pasado. Por su parte, Sánchez obtendría el 27,2% de los sufragios, dos décimas más que hace un mes. Convertida esa media en escaños, la diferencia a favor de los conservadores se ha reducido a 23 escaños, cuatro menos que a finales de enero. El PP conseguiría hoy 130 diputados y el PSOE, 107. En un mes, Feijóo ha perdido un escaño y Sánchez ha ganado tres. En abril, cuando el expresidente gallego asumió el liderazgo del partido, el presidente del Gobierno estaba 17 escaños por delante del PP. Desde entonces, los populares han ganado 24 diputados y el PSOE solo ha subido uno.

Mayoría pero no absoluta

En ambos casos, la brecha que separa a Feijóo y a Sánchez de la mayoría absoluta es tan grande que la gobernabilidad sigue en manos de sus socios potenciales, que a la vez son sus vasos comunicantes en cuanto a sus caladeros de voto. El problema añadido para PP y PSOE es que Vox y Unidas Podemos llevan estancados desde noviembre. Los ultraderechistas han perdido dos escaños en el último mes y se sitúan hoy en los 43 diputados, mientras que los morados han ganado un escaño y se mueven en los 27 diputados. Estos promedios impedirían a Feijóo alcanzar la Moncloa solo con el apoyo de Vox, pues ambas fuerzas sumarían 173 escaños, a tres de la mayoría absoluta. De hecho, a las derechas se les han esfumado en el último mes los tres parlamentarios que sumaron entre diciembre y enero.

Así las cosas, Feijóo necesitaría un tercer apoyo o varias abstenciones para desbancar a la izquierda. ¿Quién asumiría el desgaste de ser la muleta de la extrema derecha? Ciudadanos ya no sale en las encuestas y los partidos que suelen hacer de bisagra a izquierda y derecha, caso del PNV o Coalición Canaria, parecen incompatibles en una ecuación con Vox. Mucho más difícil lo tendrían los actuales socios del Gobierno, que en las encuestas suman hoy 134 escaños tras haber recuperado los cuatro diputados que perdieron con el cambio de año. Pero Sánchez ya ha logrado sobrevivir una legislatura haciendo encajes de bolillos con hasta una decena de grupos parlamentarios.

Minas en la izquierda

Si en las generales de 2019, el bloque de izquierdas ganó al de derechas por solo medio punto, esa diferencia se ampliaría ahora a seis puntos a favor de los conservadores. Una brecha que sería insalvable para el bloque progresista si las elecciones fuesen este domingo, pero con las municipales y autonómicas de por medio, se puede decir que las espadas siguen en alto. Ahora bien, las izquierdas tienen que salvar más minas por el camino. El último barómetro del CIS reflejaba que uno de cada tres votantes del PSOE no le aseguran su voto de nuevo a Sánchez, y que no lo decidirán hasta la propia campaña. En cambio, ocho de cada 10 votantes del PP tienen claro ya que elegirán la papeleta de Feijóo. El que se lleve la peor parte en la doble cita del 28 de mayo puede quedar sentenciado de cara al duelo otoñal. Entre medias, una eventual fractura entre Unidas Podemos y Yolanda Díaz puede poner en peligro hasta 430.000 votos y una decena de escaños de las izquierdas.

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