La larga carrera hacia las urnas

Yolanda Díaz: ¿sumar o restar? Los 430.000 votos que pueden lastrar la mayoría de izquierdas

ESPECIAL MULTIMEDIA | Las grandes batallas electorales de 2023

Las alianzas internas en el espacio morado, en el que una docena de sus 35 diputados dependen de menos de 10.000 papeletas, pueden beneficiar o perjudicar también al PSOE

multimedia destacado yolanda DIaz - efecto en Podemos

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Ricard Gràcia
Jose Rico
Miguel Ángel Rodríguez
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El futuro a corto plazo del espacio a la izquierda del PSOE es, cuanto menos, incierto. Los planes de Yolanda Díaz de lanzar una nueva plataforma que supere a Unidas Podemos ha puesto en alerta a todas las formaciones. Partidos de marcado carácter autonomista y organizaciones con vocación nacional buscan recolocarse de cara a Sumar, el proyecto lanzado por la vicepresidenta segunda del Gobierno. Díaz tiene la vista puesta en las elecciones generales, pero por el camino habrá que afrontar unos comicios autonómicos y locales en los que se harán patentes los roces y grietas del espacio progresista.

Díaz aún no ha confirmado que vaya a presentarse candidata, pero por el momento va armando Sumar, una plataforma en la que quiere integrar al resto de formaciones. Sin embargo, los partidos del espacio -sobre todo Podemos- quieren mantener su cuota de poder y hablan de Díaz ya como una "aliada electoral" con la que conformar una "coalición". Es decir, quieren una negociación de igual a igual y no subsumirse bajo su mando. Las negociaciones, nunca fáciles a la vista de los antecedentes de los últimos años, podrían provocar una clara desmovilización de la ciudadanía y lastrar cualquier expectativa electoral.

Y si Sumar no cuaja, no solo estaría en peligro la supervivencia del espacio político que representa Díaz, sino también las opciones de retener la mayoría de izquierdas con el PSOE. Los barones socialistas están en vilo, como explicó El Periódico de España, a la espera de las alianzas internas de los morados para calibrar si benefician o perjudican a las posibilidades de conservar los feudos. Sitúan la Navidad como el horizonte para aclarar la solvencia de las fuerzas a su izquierda y empezar a vislumbrar sus opciones electorales en mayo de 2023, cuyo desenlace influirá, para bien o para mal, en las generales de otoño.

El 16% de los votos

De cara a esas generales, hay una bolsa de 429.597 votos especialmente frágiles. Los 35 diputados que Unidas Podemos obtuvo en 2019 se repartieron por 24 provincias. En el siguiente gráfico puede comprobarse por cuántos votos arañaron los morados su último escaño en cada circunscripción, qué porcentaje de papeletas representa esa diferencia y con qué partido se disputaron ese último diputado. En total, 429.597 sufragios, el 16% de los 2.616.786 apoyos que cosechó la coalición.

En 19 de estas 24 provincias, perder un diputado supondría para los morados perder toda la representación obtenida en las últimas elecciones. Y en una docena de ellas, Díaz se jugaría su último escaño con partidos de derechas, lo que significa que, de perderlo, perjudicaría también a la suma de las izquierdas a nivel estatal. El acta que pende más de un hilo está en Barcelona, donde los 'comuns' lograron su quinto diputado por solo 223 votos de diferencia respecto al PP. En Álava, Baleares, Castellón, Girona y Pontevedra, el margen de pérdida es de menos de 5.000 votos. En Madrid, Granada, Murcia, Las Palmas y Zaragoza es de entre 5.000 y 10.000 papeletas.

En los últimos meses, los roces entre la vicepresidenta segunda y los morados han estado más que patentes en la gestión del día a día en el Gobierno. Esto, sumado al contexto de inflación, podría explicar que Díaz, aún siendo la ministra mejor valorada, haya ido perdiendo popularidad. Según los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas, los ciudadanos aprobaban a Díaz en marzo con un 5,36 y la suspendían en octubre con un 4,71. Este último barómetro del CIS consignaba que el 14% de los votantes de Unidas Podemos migrarían al PSOE y un porcentaje similar están indecisos.

Pérdida de poder territorial

En el último ciclo electoral, el espacio de Unidas Podemos, tanto en aquellos lugares en los que se presentó unido como donde concurrieron por separado, ha ido perdiendo poder. Se quedaron fuera del Parlamento de Galicia, del de Cantabria y de las Cortes de Castilla-La Mancha. No solo eso. En otras plazas su presencia es prácticamente testimonial. Así, las elecciones del próximo mayo se vislumbran como una cita determinante para el futuro territorial de los morados y el resto de socios.

Se añade la dificultad de las numerosas alianzas que se deberán fraguar en cada territorio para cumplir con lo que los partidos han entendido que es el mandato de Díaz: la unidad. En Andalucía, donde Podemos, IU, Más Andalucía y otras tres formaciones hicieron una coalición, el resultado fue muy deficiente. La vicepresidenta trató de desmarcarse, asegurando que no busca una "sopa de siglas". Pero la realidad es que en los comicios autonómicos es lo que se verá.

Si en 2019 el espacio de Unidas Podemos presentó en 23 candidaturas diferentes en todo el Estado, este año se sumarán nuevos actores con los que tender puentes: Más Madrid en la Comunidad de Madrid; Compromís en la Comunitat Valenciana; Drago en Canarias... Miembros de todos los partidos de la alianza formada en Andalucía admiten que las luchas públicas que protagonizaron les perjudicaron claramente en las urnas. Todo apunta a que en los comicios de mayo podría suceder algo similar.

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