El Gobierno espera que Aragonès vaya a La Palma

La comisión bilateral de Generalitat y Estado se reunirá por fin el 18 de febrero

El orden del día no está cerrado aún, según confirmaron las portavoces del Govern y del Ejecutivo. La cita será, por tanto, tras el 13-F

Lo que no tiene fecha es la mesa de diálogo. Será tras la Conferencia de Presidentes del 25 en La Palma, y cuando haya “acuerdos

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reu / EUROPA PRESS / RICARDO RUBIO

Xabi Barrena
Juanma Romero
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Ya hay fecha para la siguiente reunión de la comisión bilateral Estado-Generalitat, el órgano estatutario que aborda el cumplimiento de la carta autonómica, así como el abordaje de posibles traspasos de competencias. Se celebrará el próximo viernes 18 de febrero en el Palau de la Generalitat, según avanzaron casi a la vez la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, y la portavoz del Ejecutivo de Pedro Sánchez, Isabel Rodríguez.

El orden del día está por fijarse aún, como indicaron las dos partes. La cita la presidirá en esta ocasión la ‘consellera’ de Presidència, Laura Vilagrà. La convocatoria se hará pasadas, por tanto, las elecciones de Castilla y León del 13-F, a pesar de los intentos de la parte catalana para que la agenda no quedará tan seriamente determinada por el calendario electoral. Y es que los socialistas ya habían lanzado el mensaje de que no querían ninguna interferencia antes de unos comicios en los que la disputa con el PP ha acabado ajustándose, tal como indican los últimos sondeos. La carpeta catalana es siempre una materia que suscita incomodidad al PSOE a las puertas de unas urnas. La última vez que se sentaron las dos delegaciones en la bilateral fue el pasado 2 de agosto, a los pocos días del cambio de Gabinete de Sánchez, y sirvió para ordenar el calendario y poner en marcha las distintas comisiones de trabajo.

Lo que no tiene fecha aún es la próxima reunión de la mesa de diálogo, aunque se espera que se produzca en primavera, después de la Conferencia de Presidentes de La Palma, ya convocada para el 25 de febrero. Los dos gobiernos se conjuraron para acudir a la siguiente cita con algún acuerdo ya cerrado. La primavera es la ventana de oportunidad idónea para la Moncloa, tal y como publicaba este diario, porque para marzo aún no se habrán convocado las elecciones en Andalucía, si es el presidente autonómico, Juanma Moreno, decide llamar a sus ciudadanos a las urnas a finales de mayo o primeros de junio, como calcula el PSOE. La Moncloa cuenta por tanto con convocar la mesa de diálogo y el debate del estado de la nación para antes o después de Semana Santa (este año cae a mediados de abril).

El Gobierno espera que para la próxima Conferencia de Presidentes, en la que se discutirán “cuestiones importantes”, acudan “todos los presidentes y presidentas autonómicos”, en palabras de Isabel Rodríguez. O sea, que espera que vaya Pere Aragonès.

“Orgulloso” del diálogo

La portavoz del Gobierno enfatizó que todas las autonomías, incluida Catalunya, han participado en los trabajos preparatorios de la Conferencia de La Palma. La última vez, la semana pasada, en una cita coordinada por ella misma como titular de Política Territorial y con los consejeros de Presidencia de las distintas comunidades para cerrar el orden del día. En la cumbre autonómica se analizará la situación epidemiológica, la modificación del reglamento de las Conferencias de Presidentes, la cooperación en materia de emergencia en Protección Civil y una cuestión capital, el estado de ejecución de los fondos europeos que nutren el plan de recuperación. Entonces, la semana pasada, recalcó la portavoz, "estuvieron presentes las 17 comunidades autónomas y las dos ciudades autónomas y por tanto el Gobierno espera que todas participen" en la Conferencia del día 25.

La Moncloa ratifica que no renuncia a la 'vía Cs', a la geometría variable, a componer acuerdos más allá del bloque de investidura

Rodríguez, en la reunión posterior al Consejo de Ministros de este martes, subrayó que el “diálogo es el santo y seña del Ejecutivo en todos los ámbitos (con los agentes sociales, con los grupos parlamentarios y con las comunidades), y que el Gabinete de Sánchez se siente “orgulloso” de haber sido “el Gobierno que ha propiciado, que ha recuperado el diálogo con la Generalitat, algo que nunca debió romperse”. "Recuperar la normalidad en las relaciones institucionales con la Generalitat de Catalunya ha sido un trabajo que hemos llevado a cabo en los últimos meses y que confiamos en seguir avanzando", agregó la portavoz, quien recordó que hay otras comisiones en marcha, como la bilateral del 18 de febrero, y que la mesa de diálogo se celebrará, como ya dijo el presidente, cuando haya "acuerdos relevantes" que llevar a este foro.

La portavoz del Ejecutivo también confirmó lo que ya publicó este diario el pasado fin de semana: que para los socialistas es válida aún la geometría variable que exploró con la votación de la reforma laboral en el Congreso. El decreto habría decaído de no haber sido por el error de un diputado del PP, pero el sector mayoritario de la coalición defiende que tuvo que dirigirse a Ciudadanos y al resto de pequeñas fuerzas porque sus socios habituales (ERC, PNV y, en menor medida, Bildu) se enrocaron en el no y no había forma de moverlos sin modificar el acuerdo alcanzado con patronal y sindicatos.

La Moncloa quiere recomponer las relaciones con sus aliados, aunque sin renunciar a la vía Ciudadanos en la que no cree Unidas Podemos. Es más, para los morados, la votación del pasado jueves prueba que no existe una mayoría alternativa en el Congreso, por lo que el bipartito ha de concentrarse en sus socios. El PSOE sí lo cree, aunque solo recurrir a ella en ocasiones puntuales, y con más probabilidad para leyes de carácter económico.

La ministra portavoz, Isabel Rodríguez, este 8 de febrero de 2022, tras la reunión del Gabinete.

La ministra portavoz, Isabel Rodríguez, este 8 de febrero de 2022, tras la reunión del Gabinete. / DAVID CASTRO

En los dos sentidos

El equipo de Sánchez dio muestras este martes de moverse en ambas direcciones. Por un lado, cerró la fecha de la bilateral para calmar a ERC y por otro se resistió a dar portazo a la mayoría alternativa, que necesariamente pasa por Cs (y por PNV, dado que los dos diputados "tránsfugas" de UPN, seguramente expulsados próximamente, no se alinearán con el Gobierno y escapan a las directrices de Pamplona). La portavoz fue preguntada hasta en tres ocasiones, y en las tres se negó a renunciar a esa vía Cs. En todo momento insistió en que el Gobierno buscará siempre los máximos apoyos posibles.

En el equipo del presidente insisten en que se irán armando consensos "iniciativa a iniciativa", y que las relaciones con los socios "no se han resentido", no ha dejado "secuelas" la votación de la reforma laboral

La ministra subrayó que, siendo un Ejecutivo en minoría parlamentaria, ha sido capaz de tejer "grandes acuerdos políticos" orientados a "mejorar la vida de los españoles". Acuerdos trabados pese a las "dificultades", tanto en las Cortes como con los agentes sociales. "Esa seguirá siendo la hoja de ruta del Gobierno [...], alcanzar la transformación y la modernización de España. Por eso convocamos a todas las fuerzas políticas", sostuvo, porque la estabilidad política y social "es un intangible muy importante para el crecimiento del país".

Fuentes de la Moncloa sostuvieron que de aquí a final de legislatura se irán tejiendo pactos "iniciativa a iniciativa", armando consensos ley a ley, sin cerrar las puertas a nadie. Eso sí, la prioridad ahora mismo será cuidar a los socios. En el equipo del presidente subrayan que "no hay secuelas" en la relación con los aliados habituales tras la votación de la reforma laboral. Las relaciones "no se han resentido". "Más bien al contrario", indicaban en referencia a ERC, "han visto el precipicio". Es decir, que los republicanos se han dado cuenta de lo que podría haber ocurrido de haber naufragado la reforma y de lo que puede suceder si abandonan al Ejecutivo. Es decir, que ellos mejor que nadie saben cuál es la "alternativa", un Gabinete de PP y Vox.

Desde la Moncloa también se intentó minimizar las tensiones a cuenta de la presentación, por parte de Unidas Podemos, de su propuesta de reforma fiscal. Rodríguez lo circunscribió a un acto de partido, pero la opinión y la acción del Ejecutivo es otra, y como señalaban en el equipo del presidente, "las decisiones se toman en el Consejo de Ministros".