Las distintas estrategias del partido de Puigdemont

Borràs, muy cuestionada en Junts por el 'caso Juvillà'

La estrategia de desafiar para acabar acatando de la presidenta del Parlament genera rechazo en el partido

La candidata de Junts promete dar explicaciones la semana que viene: "Se ha intoxicado mucho"

Laura Borrás, presidenta del Parlament de Catalunya

Laura Borrás, presidenta del Parlament de Catalunya / Quique García (EFE)

Fidel Masreal

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Lo de Laura Borràs esta semana en el Parlament, prometiendo ir hasta el final contra la justicia y finalmente asumiendo la realidad y acatando, ha sido "un numerito absolutamente ridículo". "Patético". Quienes hacen estas dos afirmaciones son una persona de relevante trayectoria convergente y ahora en Junts, y un destacado dirigente de la formación. Son adjetivos duros, muy duros, que chocan con la versión del entorno de la presidenta del Parlament de que han sido otros (entiéndase la CUP y ERC) los que han dejado sola a Borràs en su determinación de ir hasta el final, desacatando las órdenes de la Junta Electoral y defendiendo el escaño del diputado de la CUP Pau Juvillà, inhabilitado por el TSJC.

Ya pocos pueden poner sordina en el partido a una evidencia: la estrategia de Borràs, junto con la de otros destacados cargos como Míriam Nogueras en el Congreso o Aurora Madaula en Parlament, no es ni mucho menos compartida por otros destacados dirigentes.

¿Cuál es la raíz del choque? Que mientras Borràs cuenta con un apoyo notable de bases del partido y del independentismo mediante un discurso basado en prometer mantener vivo el referéndum, volver a generar un conflicto con el Estado más pronto que tarde y llegar hasta el final en la desobediencia ante las instituciones del Estado, otros reclaman atender al principio de realidad: que el 1-O fue un intento de negociar con el Estado (lo afirmó Jordi Sànchez hace unos meses por escrito y lo ha ratificado la expresidenta del Parlament Carme Forcadell en una reciente entrevista), que este no es un momento revolucionario como lo pudo haber sido octubre del 2017, y, sobre todo, que prometer desacatos para finalmente acabando asumiendo el principio de realidad genera un desgaste notable de credibilidad al conjunto del independentismo y a Junts en particular.

La posición de Borràs

"Laura Borràs es un imán y lo sabe", afirman quienes en Junts valoran el papel de la presidenta y excandidata a la Generalitat. Recuerdan que, en todos los actos de partido, genera siempre una gran atracción y apoyos entusiastas. Las redes sociales y el impacto emocional, dos claves de la política posmoderna, juegan a su favor. En las primarias como candidata frente a Damià Calvet venció de forma incontestable. Los que la apoyan siguen considerándola candidata a presidenta. Y, como ella, ven la necesidad de poner fecha a un nuevo combate con el Estado. A definirlo y ejecutarlo.

En campaña electoral, el mitin en el que prometió reactivar la independencia si era elegida generó no pocos cabreos en su partido. Tras quedar en tercera posición, renunció a ser vicepresidenta y fue aupada a la presidencia del Parlament. En su primer discurso en el cargo prometió que mantendría la inviolabilidad del Parlament, su independencia, no permitiendo injerencias del ejecutivo ni del judicial. "Quede dicho como declaración de intenciones", advirtió.

El enfrentamiento se mantiene latente porque los críticos esperan que el tiempo juegue a su favor

Después anunció un cambio del reglamento para que, en caso de ir a juicio por su gestión al frente de la Institució de les Lletres Catalanes, no deba dejar su cargo. Poco después rectificó. Y hace unas semanas prometió que si el 'expresident' Puigdemont regresaba a Catalunya, ello supondría culminar la independencia. Una afirmación que no hizo ninguna gracia en Waterloo.

Finalmente, en el conflicto entre los derechos del diputado de la CUP y la resolución judicial que lo inhabilita por haber colgado lazos amarillos cuando era concejal en Lleida, Borràs prometió ir hasta el final defendiendo el escaño de Juvillà. Incluso promovió -y desactivó a las pocas horas- una paralización del Parlament. La realidad es que Juvillà no es diputado. Algo de lo que que en el entorno de Borràs culpan a la CUP y a ERC. La presidenta mantiene, pues, su estrategia.

La posición de los críticos

"Laura no ha aguantado la coherencia que ha esgrimido y queda tocada, casi inhabilitada políticamente", opina una persona de la dirección del partido, que concluye que Junts se ve arrastrado en cierto sentido, en este problema. Otras personas opinan que solo el tiempo juega a favor de que se desactive la estrategia de la presidenta del Parlament y el partido logre aparecer como una opción de gobierno, dispuesta a la independencia, pero sobre todo capacitada para mantener un discurso sólido políticamente, coherente y creíble.

No son tiempos para la revolución, aseguran estas voces dirigentes, cuyo objetivo es el de encarrilar a Junts hacia posiciones menos 'hooligans' y poder así estar en condiciones de tomar el relevo a ERC en la bandera de la gestión responsable del independentismo, cuando los republicanos paguen el precio de ver que la mesa de diálogo con el Gobierno y los pactos con el PSOE no dan ningún fruto, según pronostican en Junts estos sectores críticos con Borràs. "La quieren muerta", concluyen quienes la defienden.

Todo este conflicto de momento se mantiene en forma latente. En las reuniones de la dirección se guardan las formas. Se exhibe unidad cara al exterior, a la espera de un congreso que clarifique -o no- las posiciones en liza mediante un debate estratégico, que irá necesariamente encadenado a otro más personalista en el que figuras como Borràs, Jordi Sànchez, Jordi Turull y el resto de presos indultados, además de caras visibles del Govern y del Parlament y el Congreso tendrán también su papel. Mientras, en Waterloo, Puigdemont evita este avispero.

Desde la oposición, partidos como el PSC y los 'comuns' ya han pedido a Borràs que explique qué ha pasado en los últimos días en la Cámara. La presidenta del Parlament prometió hacerlo la semana que viene. "Cuando se hace lo que uno está convencido de hacer siempre puede salir a dar la cara", dijo el viernes en un acto en Vilassar de Dalt. Y añadió: "Se han dicho muchas cosas y se ha intoxicado mucho".

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