Por el escaño de Juvillà

Borràs propuso a Aragonès una desobediencia conjunta a la JEC y al TSJC

La presidenta del Parlament y el 'president' de la Generalitat se reunieron el sábado en Manresa, a solas, durante 45 minutos

El 'president' Pere Aragonès y la presidenta del Parlament, Laura Borràs, durante el acto celebrado el sábado en Manresa.

El 'president' Pere Aragonès y la presidenta del Parlament, Laura Borràs, durante el acto celebrado el sábado en Manresa. / OSCAR BAYONA

Xabi Barrena
Júlia Regué
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La retirada del escaño al cupero Pau Juvillà tras ser inhabilitado por el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) se abordó al más alto nivel. La presidenta del Parlament, Laura Borràs, se reunió con el 'president' de la Generalitat, Pere Aragonès, para plantearle una desobediencia conjunta. Según adelantó EL PERIÓDICO, Borràs y Aragonès se vieron a solas, a petición de la jefa de la Cámara catalana, el sábado en Manresa durante 45 minutos, tras coincidir en el acto de inauguración de Manresa 2022, para abordar la situación en el Parlament, después de que la Junta Electoral Central (JEC) confirmara el cese de Juvillà como parlamentario.

Según varias fuentes, Borràs propuso al 'president' que ella plantara cara a la JEC en defensa del cupero y que Aragonès, por su parte, desobedeciera la sentencia del TSJC sobre la aplicación del 25% de castellano en las aulas catalanas. El jefe del Govern rechazó la entente alegando que existe separación de poderes y que no se debían invadir las competencias uno del otro.

Fuentes de la presidencia de la Generalitat ni confirmaron ni desmintieron la propuesta, tampoco lo hizo el equipo de Borràs en la Cámara catalana. “No entramos a valorar ni a explicar conversaciones privadas”, resolvió un portavoz del Palau. En cualquier caso, esta misma voz señaló que, ante la "represión del Estado" el ‘president’ mostró la máxima solidaridad.

Sobre la posibilidad de ‘intercambiar’ desobediencias y, sin detallar si se puso o no sobre la mesa, el portavoz señaló que “cada ámbito de represión tiene sus particularidades que deben ser abordadas singularmente, como lo está haciendo el Govern, en el caso del 25% de castellano en las aulas”. Fuentes cercanas a Borràs subrayan que por su parte siempre ha habido lealtad y cooperación entre instituciones y entre socios independentistas.

Borràs elude responsabilidades

Tras el encuentro, la presidenta del Parlament empezó a maniobrar desde la Cámara catalana para activar una respuesta simbólica a la JEC. Borràs y los anticapitalistas llevaban días librando un pulso que el jueves se evidenció en el hemiciclo con el plante de los cuperos a votar el dictamen que defendía el escaño de Juvillà, inhabilitado por el TSJC pero sin sentencia firme del Supremo, porque ya se le daba por suspendido al no poder ejercer. ERC, acudía como espectador, convencido de que Borràs no tendría otra que hacer lo mismo que su predecesor, Roger Torrent, con el acta del 'expresident' Quim Torra. Y así fue, pese a la dura hemeroteca de la presidenta, llena de tuits y discursos grandilocuentes sobre la desobediencia. Pero Borràs no iba a caer sola, alegan en su entorno, y ella se sacude responsabilidades por la retirada del escaño de Juvillà escudándose en el cuerpo funcionarial pese a la presión de ERC, CUP, PSC y 'comuns', que esperan explicaciones públicas. La presidenta se comprometió a darlas, pero no dijo cuándo, cómo ni dónde. 

ERC y CUP consideran que Borràs ha ido encadenando subterfugios durante la última semana

Anticapitalistas y republicanos consideran que Borràs ha ido encadenando subterfugios. El primero, haber apelado en el pleno a un artículo del reglamento sobre “conflicto de intereses” para rechazar la delegación de voto de Juvillà a diferencia de los anteriores pronunciamientos sobre el mismo caso, en que Juvillà sí podía votar. El segundo, haber dicho que desconocía que el cupero no había sido convocado al hemiciclo, cuando por la mañana, en la Junta de Portavoces, no había ni su carpeta sobre la mesa, como es habitual. El tercero, haber defendido que no sabía que los funcionarios iban a desactivar los pulsadores de votación –esta tuvo que hacerse a mano alzada-. Y, el cuarto, que en las reuniones de este viernes dijera que tampoco le constaba de antemano que la secretaria general, Esther Andreu, suspendería directamente a Juvillà para acatar a la JEC. “Si no lo sabía, hay negligencia por su parte. Y, si lo sabía, nos ha mentido y nos ha ocultado información”, reprochan fuentes de ERC y la CUP. Desde Junts, subrayan que la CUP deja a Borràs en la estacada y que se encontró sola ante el peligro porque ERC “no iba a desobedecer” y la CUP ya había dicho que Juvillà dejaría el acta cuando no se pudiera hacer nada más para defenderla. 

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