Nuevo partido de centroderecha

Centrem: las 5 claves del enésimo intento de reflotar el espíritu convergente

La amalgama de exdirigentes, la pérdida de poder institucional del PDECat y los continuos vaivenes, en el trasfondo de la nueva formación

Chacón intentará proyectar una imagen de regeneración cargando contra sus excompañeros de Junts

Àngels Chacón

Àngels Chacón / FERRAN NADEU

Fidel Masreal

Fidel Masreal

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Primero fue Convergència, en 1974. Después, tras una larga travesía por el poder con la bandera del nacionalismo y el 'peix al cove', pero también con una mochila cargada de graves casos de corrupción y un líder defenestrado por ocultar dinero en Andorra, el partido se transformó en el PDECat. Pero el nuevo artefacto pronto mutó a Junts per Catalunya, después de atravesar una constante división interna y cambios de nombre, como Democràcia i Llibertat o la experiencia pseudounitaria y no exitosa de Junts pel Sí.

Tras el portazo del 'expresident' Carles Puigdemont, el PDECat fracasó en las elecciones catalanas y todo ello ha desembocado ahora en otro partido, llamado Centrem, que es la enésima intentona de reunificar el espacio soberanista de centroderecha de los últimos años. La operación, sin duda, es de alto riesgo. Estas son las claves del nuevo experimento político:

Mimbres del pasado

Centrem nace como un partido nuevo, pero es fruto de un pacto entre antiguas familias convergentes y personajes cuya carrera política está amortizada o cuestionada. Antoni Fernández Teixidó, Germà Gordó o los integrantes de la Lliga Democràtica representan más al pasado que al futuro y la exdirigente díscola del PDECat Marta Pascal se ha desmarcado de la operación. Añádase a ello sectores que han sido muy críticos con el soberanismo. La 'exconsellera' Àngels Chacón se ha puesto al frente e intenta dar un mensaje de renovación, pero su reto será el de demostrar que la nueva operación es atractiva para personas independientes o nuevos militantes.

Difícil encaje ideológico

En Centrem han participado voces netamente no independentistas y dirigentes del PDECat que sí abrazan el secesionismo. La convivencia entre ambos no será fácil. ¿Es un partido independentista? Según Chacón, no renuncia a este horizonte para Catalunya, pero pone más el acento en reformas constitucionales que eviten la ruptura con España. El único punto de unión entre las distintas mini-familias agrupadas es el espacio ideológico de centroderecha.

Bases menguantes y desorientadas

Ser votante de toda la vida de Convergència se ha convertido en una operación estresante en los últimos años. Muchos han optado claramente, como demuestran los resultados de las últimas elecciones catalanas, por Junts, que además se hizo con el nombre que había pactado el propio Puigdemont con el PDECat. Ahora los pocos resistentes del PDECat deberán pasarse (o no) a Centrem, para lo que hará falta que se permita la doble militancia y, quizás, que el PDECat ofrezca sus derechos electorales al nuevo partido.

Riesgo de perder aún más espacio

Centrem se presentará este martes como un espacio transversal que va más allá de las fronteras del PDECat, pero el peligro es el contrario: perder todavía más bases en favor de Junts, que no desaprovechará la ocasión de seducir a los alcaldes y alcaldables del PDECat para invitarles a la 'casa grande' independentista con el argumento de que su espacio sigue troceándose y convirtiéndose cada vez en más marginal.

Un liderazgo por demostrar

Chacón se ha puesto al frente del nuevo experimento no sin haber dudado y consciente del riesgo que asume, pero convencida de la existencia de un espacio de centralidad catalanista que considera huérfano. La 'exconsellera' dudó, pero ha concluido que si al espacio del PDECat le queda alguna opción electoral, esta pasa por una nueva sacudida. Otros eventuales líderes han descartado ponerse al frente. Chacón intentará hacerse un hueco cargando contra Junts y contra ERC, y desmarcándose de la radicalidad independentista. El objetivo: sobrevivir.

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