Resurrección triunfal

Las ventas de vinilos se disparan impulsadas por jóvenes nacidos cuando el formato estaba en la tumba

Los artistas más populares del momento desbancan a las reediciones de clásicos en el boyante nicho

Las nuevas generaciones crecidas con el 'streaming' abrazan el microsurco como objeto fetiche que pueden poner o no en un tocadiscos

España no tenía ninguna fábrica de discos de vinilo en 2012 y ahora tiene tres

Los superfans cambian las reglas del negocio musical

El mundo a sus pies: por qué todos hemos acabado amando a Taylor Swift

La tienda Ultra-Local Records, en el Poblenou, especializada en música independiente catalana y núcleo de una comunidad de artistas y fans.

La tienda Ultra-Local Records, en el Poblenou, especializada en música independiente catalana y núcleo de una comunidad de artistas y fans. / FERRAN NADEU

Ramón Vendrell

Ramón Vendrell

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Las ventas de elepés de vinilo en Estados Unidos, de calle el principal mercado de música del mundo, ascendieron a casi 50 millones de unidades en 2023, el 14,2% más que en 2022. Fue el decimoctavo año consecutivo en el que crecieron las ventas del formato y el tercero también consecutivo en el que superaron las del CD. No obstante, ambos formatos están lejos del 'streaming'. A escala planetaria, el vinilo y el CD generaron unos beneficios de 5.100 millones de dólares, por 19.300 millones la música en 'streaming'. Respectivamente, el 17,8% y el 67,3% del total de las ganancias originadas por la música grabada.

El vinilo era residual para la industria en sus primeros años de resurrección. Ya no lo es. El crecimiento de las ventas se ha acentuado en el último lustro. En este periodo, además, se ha producido el recambio casi total de los artistas que impulsan la demanda del viejo microsurco. En 2019, nueve de los diez álbumes de vinilo más vendidos en Estados Unidos fueron de artistas de catálogo y solo uno de una artista actual: Billie Eilish. En 2020, los elepés de artistas actuales en este 'top 10' fueron cuatro: de Harry Styles, de Billie Eilish (dos) y de Kendrick Lamar. En 2021, fueron ocho: de Adele, de Olivia Rodrigo, de Taylor Swift (tres), de Harry Styles, de Billie Eilish y de Kendrick Lamar. En 2022, siete: de Taylor Swift (dos), de Harry Styles, de Olivia Rodrigo, de Kendrick Lamar y de Tyler the Creator (dos). Y en 2023, nueve: de Taylor Swift (cinco), de Travis Scott, de Olivia Rodrigo y de Lana del Rey (dos).

El superviviente de la vieja guardia fue 'Rumours' (1977), de Fleetwood Mac, en el noveno puesto de la clasificación. Sin restarle méritos a una cima de la música popular moderna, quizá no habría entrado en este 'ranking' de no haberse viralizado a lo bestia en 2023 la canción 'Silver springs', descartada en el disco original, gracias a la serie 'Todos quieren a Daisy Jones'.

Parcela conquistada

De modo que la realeza del presente de la música pop también domina una parcela que hasta hace poco era feudo de las reediciones de álbumes clásicos. Conclusión: jóvenes que nacieron cuando el vinilo estaba en la tumba se han acercado al formato.

Hay una apuesta decidida de la industria por el vinilo ante la pérdida de respeto al CD

Josep Maria Barbat

— Presidente de Sony Music Iberia

"Es un hecho objetivo que el vinilo es el formato más atractivo, y no solo para los nostálgicos -dice Josep Maria Barbat, presidente de Sony Music Iberia-. Hay una apuesta decidida de la industria por el vinilo ante la pérdida de respeto al CD". No abundaremos en lo que pueden estar pensando "los nostálgicos": fue la misma industria que ha decidido revivir el vinilo la que en la década de 1980 decidió matarlo para iniciar la era del CD. Son solo negocios.

La renovación de los artistas que tiran de las ventas de los discos de vinilo ha "ido de la mano del crecimiento del número de superfans", explica Barbat. Esto es, del número de "consumidores masivos de cualquier producto relacionado con sus artistas favoritos".

Sin tocadiscos

Un estudio de Luminate, compañía estadounidense de análisis del sector del entretenimiento, reveló en 2023 que el 50% de los compradores de discos de vinilo en los últimos 12 meses carecían de tocadiscos. No sorprendió a Barbat. Para muchos superfans, considera, "son objetos de estantería a través de los que se reafirma el sentido de pertenencia al club".

Es un fenómeno 100% TikTok e Instagram. También tiene que ver con el aura de lo 'vintage' y con no ser tan dependiente de las tecnologías digitales

Janira Planes

— Analista de marca

Janira Planes, 26 años y analista de marca, no recuerda "no haber tenido Spotify Premium" y también hace un uso considerable de SoundCloud, versión gratuita, para estar al corriente del 'underground' del rap y sus derivados urbanos. Habla desde el corazón de la nueva generación de compradores de vinilos. "Comprarlos está muy relacionado con diferenciarte y enseñar tus gustos -señala-. Es un fenómeno 100% TikTok e Instagram. También tiene que ver con el aura de lo 'vintage' y con no ser tan dependiente de las tecnologías digitales".

Claro que hay en su quinta, prosigue Planes, quien compra discos de vinilo como parte del "'pack' de 'merchandising'" de sus artistas favoritos, "igual que podría comprar camisetas". Pero también hay quien los compra para escuchar música "con más atención" que la que se presta al supermenú diario en 'streaming', "por ejemplo los fines de semana".

Algunos astros del 'mainstream' pop dan cierta bola al casete en este regreso al objeto musical, pero la cinta no deja de ser una chuchería muy secundaria: 436.000 se vendieron en Estados Unidos en 2023, el 0,75% menos que en 2022.

Fetiche bonito

La sustitución del disco de vinilo por el CD comportó una pérdida cultural indiscutible. Se puede discutir y de hecho se discutió mucho sobre la calidad sonora de ambos soportes, pero es al fin y al cabo una cuestión casi esotérica. En cambio, es indiscutible que la importancia de las portadas como reclamo comercial disminuyó, así como su impacto popular, por una elemental cuestión de tamaño: no es lo mismo una superficie de unos 32x32 centímetros (la del vinilo) que una de 12x12 (la del CD). Hubo, en consecuencia, un empobrecimiento de lo que había sido un formidable escaparate de la ilustración, la fotografía y el diseño gráfico de la segunda mitad del siglo XX. En eso se perdió seguro. El factor fetiche bonito que total o parcialmente impulsa a los jóvenes compradores de vinilos es menos frívolo de lo que a bote pronto parece y de hecho siempre ha estado ahí en la cultura del disco.

Una novedad de una multinacional cuesta entre 15 y 18 euros en CD y entre 25 y 28 euros en microsurco. Si el vinilo es doble, el precio se dispara, y no digamos en las ediciones especiales. Barbat recurre a la jerga de la restauración para explicar el atractivo del formato para la industria: "Consigue que el tique medio del fan sea alto". Las tiradas en España de lanzamientos de envergadura son de entre 10.000 y 20.000 copias. Tanto 'El madrileño' (2021), de C. Tangana, como 'Motomami' (2022), de Rosalía, han superado los 30.000 ejemplares vendidos en vinilo.

Ámbito independiente

Todo encoge en el ámbito de las marcas independientes, que fueron las que durante décadas evitaron la desaparición del vinilo. Una novedad estándar en CD: sobre 12 euros. Y en vinilo: sobre 20 euros.

Las 'indies' sufrieron una tormenta perfecta en 2021 y 2022. Con '30', de Adele, como buque insignia, 2021 fue el año en el que las multinacionales regresaron a lo grande al vinilo. Las pocas fábricas existentes se vieron saturadas por la demanda repentina y los plazos de entrega para sus viejos y pequeños clientes pasaron de "6o días a seis meses", informa Jordi Llansamà, responsable del sello BCore, en activo desde 1990. En 2022, atribuido a la guerra en Ucrania, comenzó el aumento de los costes de todo. Si una tirada de 300 elepés le costaba a BCore de 1.300 a 1.500 euros, pasó a costarle de 2.100 a 2.400 euros.

Para entendernos: Fugazi son nuestros Led Zeppelin

Jordi Llansamà

— Responsable del sello y la tienda BCore

La demora se ha revertido. El incremento de la tarifa se ha quedado e incluso se ha acentuado. Inflación al margen, Llansamà sospecha que el desembarco de la gran industria hace que las plantas "penalicen las tiradas pequeñas". De 300 a 500 unidades suelen ser las de BCore. Hace ya un tiempo que la marca barcelonesa solo edita sus referencias en vinilo y digital. Es más, recientemente se deshizo de un importante estoc de CD: no tenían salida y ocupaban espacio. Nunca lo haría con vinilos, que a su ritmo se van vendiendo. También tienda física y 'online', BCore tiene su puntal en los clásicos del punk y el hardcore. "Para entendernos: Fugazi son nuestros Led Zeppelin", dice Llansamà.

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