EXMINISTRO IMPUTADO

El hedor de las alfombras del PP

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Gemma Robles

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Si España no estuviera tan preocupada en estos momentos por salvar el pellejo ante un virus que le acosa con saña podría, seguramente, reflexionar con más profundidad sobre lo que significa que imputen a Jorge Fernández Díaz, uno (otro) de sus ministros de Interior en problemas. Fernández Díaz, histórico del PP, recibió de manos de Mariano Rajoy en el 2011 el encargo oficial de dar seguridad al país.

Está por acreditarse si también le puso deberes menos honrados de forma oficiosa, como liderar desde su despacho y haciendo uso y abuso de cuerpos policiales y fondos reservados la operación Kitchen. O si fue una idea original de un ministro (y amigo de su presidente) más papista que el Papa. O si hubo terceros implicados en la operación: Dolores de Cospedal y el empresario Ignacio López del Hierro, su marido, no serán investigados pese a la petición de Anticorrupción, aunque el juez no descarta que termine sucediendo. O si hubo no ya terceros en esta melé, sino hasta cuartos cuyas identidades aún no se hayan revelado. O si todo esto no es lo que parece... por aquello de la presunción de inocencia.

De momento un tribunal acaba de avisar formalmente a Fernández Díaz, a través de una <strong>imputación</strong>, de que va a revisar si cumplió con honor su cargo o lo utilizó para obstaculizar la labor de la justicia en la investigación del caso Bárcenas, espiando al entorno del extesorero con un equipo policial al margen de la ley –en el que estaría integrado el excomisario Villarejo- y robando documentación que podía ser crucial para la investigación.

 Esa  investigación judicial que supuestamente trataba de torpedear el exministro es la que, precisamente, le costó a su amigo Rajoy la presidencia tras una moción de censura y a su partido político, el poder. El asunto huele mal, como en su día apestó lo destapado por la investigación a Bárcenas y sus conexiones con la financiación ilegal de su organización. El nivel de las relevaciones ofrecidas por el levantamiento de una pequeña parte del sumario del <strong><em>caso kitchen</em></strong> hace unos días (atención que tras el auto del juez de este viernes, habrá más) evidencia que el hedor de lo inconfesable sigue atrapado bajo alfombras del PP. Por más que <strong>Pablo Casado</strong> se empeñe en repetir que ya se ha pasado la aspiradora en la parte superficial y que él, además de ser «diputado por Ávila», es la cara de una nueva era y una nueva forma de hacer. 

Volcado de teléfonos

 Uno de los <strong>mensajes telefónicos</strong> enviado por el exministro en octubre de 2013, incluidos en el último auto del juez de la Audiencia Manuel García Castellón y remitido a su número dos, Francisco Martínez, es algo más que inquietante. Y le coloca entre la espada y .la pared, puesto que habla de información sustraída al extesorero sin autorización ni a petición de ningún juez. «La operación se hizo con éxito: Se ha volcado todo (2 iphone y 1 ipad). Mañana tendremos el informe. Según dice el informador, ese material lo había dado B (en referencia a Bárcenas) a los abogados para poder obtener a través de ellos los teléfonos y otros de su agenda, en orden a contactar con ellos para poder preparar su defensa jurídica. Es decir, que no sería información para el J a efectos de publicación... Es lo que ha dicho y es muy probable que esa fuera la intención», dice el SMS.

¿Qué papeles o documentación guardaba Bárcenas que podía llevar a montar una operación parapolicial semejante y pagada con fondos reservados?. Habrá que ver hasta dónde llega García-Castellón con sus pesquisas para tener certezas. Aunque hay pistas. Hasta publicadas.

"Luis, sé fuerte"

Se da la circunstancia de que en julio de 2013, tan solo tres meses  antes del mencionado y comprometedor  SMS enviado desde el móvil del exministro, el periodista y exdirector de El Mundo Pedro J. Ramírez había publicado un artículo de gran impacto, ‘cuatro horas con Bárcenas’, en el que su entrevistado, horas antes de entrar en prisión, describe el modelo de financiación ilegal del PP y su estrecha relación con Rajoy. Unos días después, ese diario publica el ya celébre mensaje del expresidente en que pide a Bárcenas que sea «fuerte», cuando se supone que ya había roto toda relación con él. 

Además, el mismo periodista había entregado en la Audiencia Nacional una hoja hipotéticamente propiedad de Bárcenas que recogía parte de la financiación ilegal del partido. Asimismo Pedro J. difundió, en nombre de Bárcenas, que además de más folios con apuntes contables tenía en su poder «otros documentos y discos duros que probarían la sistemática» financiación irregular, además del reparto de sobres a cargos populares. 

Mucho ha llovido desde entonces, pero aquí sigue el hedor. Y ahora persigue a Fernández Díaz y veremos si a más. Atentos .

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