JxCat encara las urnas sin solución a sus divergencias

Mitin de Junts per Catalunya en Tarragona

Mitin de Junts per Catalunya en Tarragona / nip

Fidel Masreal

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Un dirigente del PDECat resume en una frase la situación actual en el atomizado y dividido espacio posconvergente: «Todo por escribir». Ante la nueva cita con las urnas, la disyuntiva es de tal envergadura que nadie se atreve a descartar del todo una ruptura interna. Es decir, que compitan dos candidaturas diferentes ante la falta de acuerdo entre las dos (o más) tendencias en liza: la vía Puigdemont Puigdemont del enfrentamiento con el Estado, que cuenta con la Crida y el Consell per la República como instrumentos así como una serie de cargos independientes, frente a los convergentes que reclaman una posición más templada respecto al ‘procés’ y recuperar el discurso centrista en el eje ideológico.

El PDECat consultó el pasado otoño a sus bases y propuso transformarse en Junts per Catalunya para englobar a todas las sensibilidades, pero sin perder su identidad ni estructura como partido. La propuesta fue criticada por los puigdemontistas pero no ha tenido respuesta por parte de Puigdemont. El ‘expresident’ ha visto reforzado su perfil y liderazgo político en este espacio al lograr su acta como eurodiputado y no ha movido ficha. Mientras, el que todavía es su partido ha decidido reforzar su dirección en un mensaje en clave de autoafirmación frente a quienes quieren que el PDECat -al que asocian con la corrupción y el pasado- fenezca.

El temor del PDECat es que el ‘expresident’ dilate la situación de interinidad actual para que, cuando el calendario obligue a formalizar candidaturas, se imponga de nuevo la voluntad de Puigdemont, como sucedió en las elecciones catalanas del 2017 y las posteriores elecciones españolas. Sin embargo, en esta ocasión, dirigentes del partido están dispue el divorcio. Incluso veteranos con mucha experiencia y conocimiento directo de la situación dan por posible el escenario de la separación entre PDECat y Puigdemont. 

Para evitarlo existen diversos tipos de encaje. Uno, la preferida por el PDECat, es que la nueva marca sea JxCat y bajo la misma todos los candidatos deban presentarse a elecciones primarias o ternas y someterse a la disciplina de la organización.

La coalición

Otro sería, tras constatar la falta de unidad, formar una coalición entre el PDECat y la Crida. «Si hemos aguantado a Unió durante años, podemos hacerlo con la Crida», resume un conocedor de la situación interna.  Si hay ruptura, los partidarios de la Crida -que sigue en proceso de despliegue territorial y crecimiento de asociados- no descartan en absoluto presentarse por su cuenta a las urnas, con lo cual el independentismo tendría como mínimo cuatro marcas: la CUP, ERC, el PDECat y la Crida, a la espera de que los soberanistas moderados de ‘El país de demà’ se decidan a presentarse también si el PDECat no les seduce con un programa dialogante y centrista. ‘El país de demà’ busca líder y financiación.

En cuanto al candidato, el liderazgo de Puigdemont es reconocido por todos y él decidirá si concurre en las urnas. Pero hará falta otro nombre, el del candidato o candidata real a presidir la Generalitat, dada la situación del ‘expresident’ desplazado a Waterloo. Para este nombre la batalla está totalmente abierta. Mientras los fieles al Puigdemont miran con buenos ojos al ‘conseller’ Jordi Puigneró -que ya se ha mostrado dispuesto a todo- o a la diputada en el Congreso Laura Borràs -con el handicap de la investigación por parte del Supremo por corrupción-, el PDECat piensa en nombres de partido, como la ‘consellera’ de Empresa Àngels Chacón o incluso alguno de los alcaldes de la formación. El conseller ‘conseller’ Damià Calvet está en las quinielas, tiene una agenda pública intensa y se deja querer. Pero el sector más convergente lo describe como una «veleta» por tener un pie en el PDECat y otro en la Crida y los puigdemontistas no lo aceptarían fácilmente. En definitiva, «todo por escribir» cuando la cuenta atrás electoral ya ha comenzado.