El tren de la historia

Pódcast: Si Lutero hubiera tenido tik tok

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Imagen de Martin Lutero en un libro

Imagen de Martin Lutero en un libro / REUTERS

Xavier Carmaniu Mainadé

Xavier Carmaniu Mainadé

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Genera sorpresa y perplejidad el hecho de que las ideas reaccionarias y los discursos de la extrema derecha estén tan presentes entre los más jóvenes. Seguramente influidos por el recuerdo de movimientos generacionales anteriores, en los que la juventud era la abanderada de las propuestas más rompedoras, nadie había visto a venir el giro conservador de chicos y chicas nacidos en el siglo XXI. A la hora de analizarlo se enumeran muchos factores para tratar de explicar cómo es posible y uno de los que más se comenta es la habilidad de ciertas formaciones políticas para adecuar sus mensajes a los medios consumidos por los jóvenes.

Así postulados que complacerían a los franquistas más rancios, como el españolismo, el machismo o el racismo, se diseminan gracias a herramientas modernas como tik tok, donde la mayoría de sus consumidores tienen menos de 30 años. Ahora bien, por más que haya a quien le parezca un prodigio de inteligencia solo es un nuevo ejemplo de cómo las ideologías siempre buscan la manera de llegar masivamente al gran público. Y la función que ahora realizan las redes sociales, también la hicieron la televisión, la radio, el cine y los periódicos. Incluso la imprenta tuvo esa utilidad. En el Tren de la Historia explicamos el caso más conocido: el origen del movimiento protestante iniciado por Martín Lutero.

Contra las indulgencias

Este teólogo nacido en 1483 en la actual Alemania estaba indignado por la forma en que el Vaticano dirigía la Iglesia. Especialmente le enervaba la cuestión de las indulgencias, es decir, la posibilidad de expiar los pecados pagando una cantidad económica.

Lutero quiso proponer una reforma de la jerarquía eclesiástica y para dar a conocer su propuesta, la resumió en 95 puntos (las 95 tesis) y las colgó en el lugar más concurrido de Wittenberg: la puerta de la capilla real el 31 de octubre de 1517. El día no era escogido el azar. La víspera de Todos los Santos era la jornada donde más feligreses iban a ese templo y, por tanto, Lutero se aseguraba que sus propuestas llegarían a toda la localidad. Pero sabía que eso no era suficiente y que tenía que publicitar las 95 tesis por toda la región. Para ello se sirvió del invento más moderno de ese tiempo: la imprenta.

Es obvio que para los humanos del siglo XXI, un artefacto que consiste en una plancha donde se colocan moldes de letras para formar palabras y se empapan de tinta para estampar un papel, no tiene nada de revolucionario. Ahora bien, a principios del siglo XVI, los textos todavía se copiaban a mano. Por tanto era muy lento y caro hacer circular escritos. O sea, que si lo adaptamos a nuestro vocabulario actual, Lutero hizo un post (como hacemos en Facebook o en Instagram) y lo viralizó.

Esto lo explica muy bien Antoni Gelonch, autor del libro 'Martí Luter, buscant la veritat va canviar la història' a quien hemos invitado al pódcast para que nos explique el nacimiento de un movimiento religioso que transformó Europa para siempre. Así, mientras los países más meridionales del continente continuaron orbitando entorno al Vaticano y el poder papal; la Europa del norte abrazó los postulados luteranos y emprendió un camino totalmente diferente marcado por conceptos como la austeridad y la responsabilidad individual, que influyeron en la mentalidad de los habitantes de aquellas tierras.

Proselitismo

Aunque en Catalunya todo esto nos queda muy lejos, en algunos puntos del país hubo pequeños núcleos reformistas venidos de fuera que intentaron hacer proselitismo entre los autóctonos. Uno de los casos más curiosos se produjo en el Empordà. Nos lo explica para el pódcast, Joan Manuel Soldevilla, autor de 'La editorial perdida de Figueres'. En este libro narra las peripecias de la familia López-Murray, que se instaló en la capital ampurdanesa a finales del siglo XIX para poner en marcha la Sociedad Española de Tratados Religiosos y Libros; un sello que editaba a fondo perdido cientos de libros de todo tipo con el objetivo de dar a conocer el protestantismo.

Los López-Murray escogieron Figueres porque era una ciudad con un fuerte movimiento republicano anticlerical y pensaron que desde allí les sería más fácil empezar su campaña de evangelización entre católicos, pero no tuvieron demasiado éxito. Los figuerenses religiosos preferían el catolicismo y los no creyentes directamente eran ateos y no estaban por milongas. Además, apoyaron el republicanismo de Lerroux y en el Empordà tenía más prédica el republicanismo federalista y catalanista. Quién sabe, quizás si hubieran utilizado algunos de los nuevos sistemas de comunicación de principios del siglo XX, como el cine, habrían convencido a algunos.