El tren de la HIstoria

Catalunya, mapa de tinta

Estudiar historia en tiempo de la inteligencia artificial

Republicanos sin república

La literatura también se puede leer visitando pueblos y ciudades

Casa Josep PLa

Casa Josep PLa / ANIOL RESCLOSA

Xavier Carmaniu Mainadé

Xavier Carmaniu Mainadé

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Pocos días al año las calles se inundan de la felicidad colectiva que contagia Sant Jordi. Durante unas horas este trozo de mundo que llamamos Catalunya se transmuta en una especie de país civilizado gracias a los libros y las rosas. Si alguna vez desea impresionar a un extranjero, invítelo a venir un 23 de abril. Claro que luego vienen el 24, el 25... y mayo, junio... Las flores se marchitan y los libros, esperando ser leídos, acaban en un estante o en la pila de la mesilla de noche.

De hecho, hay mucha gente que solo se acerca a la letra impresa por Sant Jordi y porque toca, que sino ni eso. Hay personas a las que no les gusta leer. O eso dicen, porque después se pasan el día con la nariz pegada a la pantalla del móvil leyendo las cadenas de mensajes del WhatsApp, los tuits y las publicaciones de Facebook e Instagram.

Rutas literarias

Si sois de los que os cuesta coger un libro pero queréis ponerle remedio, esta semana en el Tren de la Historia tenemos la solución porque la literatura también se puede leer visitando pueblos y ciudades. Los libros y quienes los escriben tienen su propia geografía y os proponemos que nos acompañéis a la vuelta literaria por la Catalunya de tinta guiados por la filóloga Maria Nunes, que hace un montón de años que se dedica a crear rutas literarias.

Para empezar, los amantes de las tierras ampurdanesas, aparte de ir a la playa, en Palafrugell pueden visitar la casa natal de Josep Pla, que siempre es apostar sobre seguro. Pero no es el único autor de esas comarcas, fecundas en autores. Por ejemplo, en L’Escala, existe una ruta que recorre los espacios donde Caterina Albert encontró la inspiración para escribir algunas de las páginas más impresionantes que creó bajo el nombre de Víctor Català. Y si en vez del Baix Empordà, se prefiere el Alt, en Figueres os invitamos a descubrir los paisajes donde nacieron las obras de Maria Àngels Anglada y Carles Fages de Climent, un autor muy singular y a quien Salvador Dalí ilustró un par de libros.

Pero no dejamos que los ampurdaneses se lleven toda la atención y bajemos a la Catalunya central para cruzar la plana de Vic, donde se pueden revivir los escenarios de 'Laura a la ciutat dels sants', la novela de Miquel Llor. A continuación, es imprescindible acercarse hasta Folgueroles, donde se encuentra la casa natal de mosén Jacint Verdaguer.

Esos aires deben ser propicios a la lírica porque a tan sólo diez kilómetros se encuentra Roda de Ter, la localidad donde vio la primera luz Miquel Martí Pol, quizá el poeta contemporáneo que más ha conectado con el gran público.

Rutas por el Segrià

Martí Pol nació en 1929, el año en que el leridano Màrius Torres publicó, con los diecinueve acabados de cumplir, la primera recopilación de poesía. Era un autor de una extraordinaria sensibilidad que murió muy joven, en 1942, cuando tenía solo 32 años. Gracias a la Universidad de Lleida, han empezado a proliferar una serie de rutas por el Segrià para poner en valor a un escritor al que la enfermedad se llevó demasiado pronto. Al igual que ocurrió con Maria Mercè Marçal, de quien este 2023 se conmemora el 25 aniversario del traspaso, sucedido justo cuando su carrera literaria vivía el punto más álgido. Había nacido en Ivars d´Urgell y allí hay una ruta que pone paisaje a algunos de sus poemas más emblemáticos.

A Tarragona han ido más allá, dibujando el mapa de la ciudad escrita y descrita por las autoras. En esta ruta han reunido textos de escritoras locales y foráneas, como la insigne Olga Xirinacs, Josepa Massanés, o incluso, Maria Aurèlia Capmany.

De esas tierras también es uno de los nombres literarios de este año. Aprovechando que hace cuatro siglos de la muerte del párroco de Vallfogona se han organizado una serie de actividades para reivindicarlo, entre las que se incluye un recorrido con fragmentos de este poeta del barroco, llamado Francesc Vicent Garcia Ferrandis, que escribía desde la parroquia de Vallfogona de Riucorb. Muy cerca, en Reus, también hay quien vela por el patrimonio literario de Gabriel Ferraté, un poeta que también es recordado en Sant Cugat del Vallès.

La etapa final de esta vuelta a la Catalunya de la letra impresa termina en Barcelona. En la capital, el listado es infinito, pero no podemos evitar recomendar acercarse al Moll de la Fusta para localizar la escultura dedicada al poeta Joan Salvat-Papasseit, que trabajó de vigilante en el puerto tal y como recuerda su 'Nocturn per acordió'. Engullido por turistas y cruceros, el monumento se mantiene impertérrito, recordándonos que a pesar de que las cosas cambien, la literatura ayuda a saber de dónde venimos, al igual que hace la historia