Artículo de Sergi Sol

Puigneró, ‘roda el món i torna al Born’

A pesar de que las encuestas no le son favorables, no le va a ser fácil renunciar a disputar a Mireia Ingla el ayuntamiento de Sant Cugat

Jordi Puigneró

Jordi Puigneró / CRISTINA TOMÀS / ACN

Sergi Sol

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El sancugatense ‘exconseller’ Jordi Puigneró salió despedido del Govern como el primero de sus cohetes, el ‘Enxaneta’. En su caso, más que orbitar la Tierra tomó rumbo a la dimensión desconocida sin más. Cabe decir que Puigneró siempre ha sido un amante de las alturas, con especial apego a las cumbres del Pirineo. Es un devoto de la montaña y ha coronado todos los ‘tresmiles’ del país. Solo que este viaje ha sido inesperado. Y algo más bochornoso, aunque se revistiera de martirio.

El resto de ‘exconsellers’ de Junts que Puigdemont mandó fuera del Govern ya andan en otros menesteres. Alsina va a ocupar una plaza destacada en la lista de Trias, aunque tal vez detrás de otra ex, Joana Ortega. Giró anda a lo suyo, calculando sus opciones de futuro para liderar una candidatura de Junts a la Generalitat. Puigdemont ha empujado a la fiel Geis a Girona. Y Argimon ha encontrado acomodo en la Fundación Pasqual Maragall. Mientras, Ciuró ha encontrado cobijo en el mundo de los grandes tenedores de pisos.

Parecía que finalmente Puigneró había tomado Tierra. Esto es, ‘sancugatizado’. Pero no está nada claro. Llevaba días Puigneró deshojando sus opciones en Sant Cugat del Vallès para medirse con Mireia Ingla, la republicana que asaltó el feudo convergente, a quien tienen más pario que a Junqueras. Pero al contrario que Gabriel Rufián en Santa Coloma, el sondeo hecho no da para demasiadas alegrías al montañero. Puigneró empeora el resultado de los ‘juntaires’. A la espera de que una segunda encuesta mejor hecha le de un pronóstico más esperanzador, sigue meditando su apuesta. Que es, de hecho, lo que desea Ingla, que Puigneró presente de inmediato sus credenciales en Sant Cugat e intente batirse con ella. Y cuanto antes, mejor. Ingla prefiere a un convergente ‘old school’ como Puigneró. Pues pese a su juventud, a las puertas del medio siglo, con poco más de 20 años ya fue ascendido a jefe de gabinete del alcalde Lluís Recoder en el año 2003. Desde entonces encadenó 20 años de cargos públicos y a un paso de la Pica d’Estats. Hasta que el ‘president’ Aragonès le echó –por la boca muere el pez–, cercenando así una carrera meteórica que le llevó por expreso deseo de Puigdemont a la vicepresidencia de la Generalitat. Aunque igual ya sabía que lo que el mandamás te da discrecionalmente también te lo quita en un arrebato. No es fácil apearse a un paso de la cima culminante para tocar tierra firme de sopetón. Casi sin paracaídas. La jugada maestra de Puigdemont lo mandó al barranco. Y también es un hecho que la Diputación –aunque de buen cobijo– y otras providencias tampoco dan para tanto ni para todos.

Con lo que no va a ser fácil renunciar a disputar a Ingla la alcaldía. Además, a los que nos gusta la montaña también nos gusta el riesgo. Lo temerario nos va. Aunque en este caso, igual menos. Porque la prioridad de Waterloo, más que recuperar Sant Cugat, es echar a Ingla pactando con quien se preste y al precio que exija. Y eso también es tentador y un aliciente.

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