Crisis en el Executiu

Aragonès rechaza restituir a Puigneró y pide a Junts una propuesta "seria"

Los republicanos interpretan la demanda como una muestra de la nula voluntad posconvergente por negociar y seguir en el Executiu y hay quien apunta que "no hace falta ni negociar"

El Parlament rechaza que Aragonès se someta a una cuestión de confianza

Xabi Barrena

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Casi 24 horas después de que Junts anunciara, sin previo aviso, que haría llegar al 'president' Pere Aragonès una propuesta concreta para sentarse a negociar, los republicanos recibieron el mensaje. Y entre las exigencias se halla la única que el 'president' no piensa ni negociar, la restitución del cesado vicepresidente, Jordi Puigneró. En una entrevista a 'La Vanguardia' , Aragonès detalla lo que todas las fuentes de su entorno han ido avanzando a lo largo del día, que la vuelta al Govern de Puigenró, cesado por la pérdida de confianza del jefe del Executiu tras conocer este que su vicepresidente conocía el plan de Junts de amenazar con pedir una moción de confianza, era imposible.

Y a los pocos segundos de recibir la propuesta, la reacción de los republicanos, presidencia del Govern y partido, fue entender esa exigencia de que Aragonès enmendara el cese de su vicepresidente como "una muestra de la nula voluntad de llegar a un acuerdo". Algunas voces incluso señalaron, ya de inmediato, que no hacía falta sentarse a negociar.

En cualquier caso, si se da una negociación, por aquello de no negarse el diálogo, las bases están ya sentadas para iniciar lo que puede ser el último baile, la última negociación entre ambas fuerzas, de una u otra forma ligadas desde 2012. Primero con un acuerdo de colaboración parlamentaria, después con una coalición electoral que derivó en el primero de los tres gobiernos conjuntos. Según los plazos que, de nuevo, ha vuelto a fijar Junts, el tiempoacaba el lunes a mediodía.

La paciencia de los republicanos se fue agotando conforme veían que el reloj avanzaba, molestos porque, otra vez se estaba en la dinámica de un ultimátum. Algunos republicanos señalaron que esa dilación era fruto del caos interno que vive Junts y, otros, que era una estrategia para reducir el tiempo de negociación, fijado, por los convergentes el jueves, en 72 horas. Justo hasta el inicio de la ejecutiva de JxCat del lunes en que se debe dar forma a la pregunta que la militancia debe responder entre el jueves y el viernes que viene. Tomando en cuenta que en la tarde del sábado la agenda de Jordi Turull, que debe sentarse a negociar con Pere Aragonès, se halla ocupada por la manifestación de conmemoración del quinto aniversario del 1-O, los republicanos ven como la ventana temporal se estrecha por deseo de sus socios. Unas sospechas que se confirmaron con el contenido de la propuesta

Esquerra asiste a los vaivenes de Junts y recuerda que lo que presenta ahora, las concreciones a los tres puntos de su ultimátum del 29 de agosto es, exactamente, lo que requirió el 'president' a los 'consellers' posconvergentes en el Consell Executiu del 30 de agosto. "Hace justo un mes", apunta un republicano, expresando así el tiempo perdido en estos 31 días.

Las concreciones son básicas porque mientras las reivindicaciones de Junts se muevan en los conceptos genéricos, los republicanos se las sacan de encima con gran facilidad. Este viernes fue el mismo presidente de ERC, Oriol Junqueras el que, en una entrevista a Catalunya Ràdio, señaló que su partido "cumple con creces con las tres condiciones" que exigen sus socios.

Junqueras combinó sus fervientes votos porque Junts se mantenga en el Govern con algún mensaje a navegantes, en concreto que ERC estaba "preparada" para gobernar en solitario. Es decir, que la ruptura posconvergente, de producirse, no causa congoja en las filas republicanas. El presidente de ERC, además, volvió a recordar ese pacto que Junts mantiene en la Diputación de Barcelona con el PSC y que, sarcástico, dijo "no entender" como no lo habían roto ya y si se planteaban romper con ERC.

No fue el único mensaje de cohabitación 'sociovergente' que emitió ERC, que se encargó de difundir el voto común de ambas fuerzas, en una propuesta de resolución en el Parlament, en el contexto del debate de política general, contra la gestión de la FP. "Ya votan como si fueran oposición", apuntó una fuente de ERC. El plan de Aragonès, de propiciar una via canadiense, fue desestimado por el pleno de la Cámara, así como la moción que instaba al 'president' a someterse a una cuestión de confianza

El pulso

Precisamente, en el Parlament, el 'president' inauguró esa segunda sesión del debate de política general advirtiendo a Junts de que piensa mantener las instituciones al margen de los rifirrafes de los partidos y recordando que la decisión sobre la continuidad o no del actual Govern está en manos de quien va a decidir si sigue o no, es decir, de Junts, no de él. “Espero que se pueda mantener”, señaló tras lamentarse de que el debate parlamentario de esta semana se haya centrado más en la amenaza sobre la cuestión de confianza que en la crisis o en la propuesta de vía canadiense para la autodeterminación, que el propio 'president' anunció el pasado martes.

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