Artículo de Álex Sàlmon

En el ADN de Barcelona

La ciudad debe ya dar por cerrado su ciclo olímpico y renacer con otra impronta que todavía no conocemos, porque habrá que crear

Festival Primavera Sound en Barcelona

Festival Primavera Sound en Barcelona / Marta Perez

Álex Sàlmon

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Me contaba un histórico gestor cultural de Barcelona que tal y como está la ciudad, no solo en cuestiones de cultura, sino en general, habrá que hacer tantas cosas tras las próximas elecciones municipales que todo será una oportunidad.

El comentario me llamó la atención, no porque ya situaba a Ada Colau en la oposición, que eso habrá que verlo, sino por la facilidad en dar la vuelta a uno de los problemas más graves en el que se encuentra Barcelona: su ánimo.

Los estados de opinión son máquinas apisonadoras. No siempre tienen toda la razón, pero la sociedad se la concede. El relato mayoritario explica que Madrid va como un tiro y Barcelona está de capa caída. “Con lo que fue”, rematan.

No restaré razón al comentario. Pero, como casi siempre, las exageraciones desmerecen, ocultan una realidad, intoxican muchas reflexiones y no son certeras. Es cierto que Barcelona no está en un buen momento, fundamentalmente porque ahora no es su momento, pero mantiene una seducción que forma parte de su ADN.

El turismo ha vuelto, las calles retoman un pulso que la pandemia silenció y su alma cultural se mantiene viva, aunque con cierto pesimismo. Y esa es la cuestión. A parte de los intereses políticos o económicos que puedan existir para castigarla más o menos, la ciudad debe ya dar por cerrado su ciclo olímpico y renacer con otra impronta que todavía no conocemos, porque habrá que crear. O sea, una oportunidad, como decía mi buen amigo gestor cultural, activista y, por supuesto, positivo.

El Primavera Sound es una prueba. Este festival, junto con el Cruïlla y el Sónar, son espacios ideados junto al Mediterráneo y cerca de la ciudad. Para lo genial y lo desastroso. 

Que el Primavera Sound quiera ampliar programación en Madrid, no significa nada más que nada es estático. Todo está en movimiento, como diría Jorge Drexler. Buscar metros cuadrados. De la misma forma que el Mobile, antes GSM, pasó de Cannes a Barcelona, el Primavera Sound busca una reconversión necesaria porque en Barcelona ya no puede crecer más.

Eso no significa que la ciudad se siga creyendo lo que ahora, por desgracia, no es. Salir de ese pozo, más mental que real, costará lo que la ciudad necesite para superar un duelo que existe. Que nadie se engañe. 

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