Cita musical
Primavera Sound 2022: el puente de las lamentaciones
La pasarela de la discordia, la que une el Fòrum con los escenarios de la playa, se ha convertido en un muro. Este año está clausurada para el público general, que debe dar una vuelta desalentadora para ir a la sección más electrónica del festival.
Ignasi Fortuny
Periodista. Principalmente, escribo sobre música.
"¡Maldición, el puente está cerrado!". Podría ser la frase de un chaval en medio de una partida de un juego de rol. Podría ser un exabrupto de algun asistente al Primavera Sound 2022. En este caso, el puente de marras es la pasarela que cuelga sobre el agua del puerto del Fòrum y que permite pasar de Barcelona a Sant Adrià del Besós. Eso es: enlazar el cemento con la arena de la playa, donde el festival se expande. Una zona, la playera (llamada Primavera Bits), en la que predomina la música electrónica.
Antes, bueno, ya saben, hace un mínimo de tres años, estas dos zonas del festival se unían a través de esta pasarela de unos 200 metros. Personal del festival y unos semáforos controlaban el flujo de personas de un lado a otro. Pero este año, según dijo el director del Primavera Sound, Gabi Ruiz, la nueva autoridad del puerto les había vetado su utilización. "No hay una auténtica razón", dijo Ruiz sobre este elemento discordante.
Situemos el problema en el espacio-tiempo. Cruzar el puente son unos cuatro minutos. Lo pueden hacer aún trabajadores, prensa, VIPs y asistentes con movilidad reducida -y también se puede cruzar con un patinete eléctrico de la marca de coches que patrocina el festival en lo que es algo así como una ¿acción? publicitaria-. El anuncio de que el puente de la discordia estaba (semi)clausurado no cayó muy bien entre el público fiel a la cita.
Este viernes, segundo día de festival, seguían viéndose despistados que querían peregrinar hacia los escenarios de la playa. Los lamentos eran unos al conocer el tema (¡inviten a una cerveza al personal que lidia con eso cada 20 segundos!). Y eran otros un poco más subidos de tono cuando se encontraban en medio sel nuevo camino hacia Sant Adrià, una vuelta un poco desalentadora.
El cronómetro dice que hacer esa vuelta, con la carrocería de poco más de 1,70 metros de quien escribe y al paso sin quemar motor, son unos nueve minutos. Puestos a andar, la prueba ampliada al máximo: del escenario playero más alejado al famoso mural (el morreo entre Colau y Ayuso) que da la bienvenida a los escenarios mayúsculos son 17 minutos. Conclusión: por algo se le llama macrofestival.
En definitiva, el espacio electrónico ha presentado estos dos días imágenes bastante contrapuestas con las masas que se movían por la parte central del festival. A media tarde acumulaba casi más público la tienda de la marca de ropa del genial rapero Tyler, the Creator (actúa este sábado y el jueves 9) que el escenario principal de la zona. El festival ha tratado de negociar la apertura del puente. Por ahora, sigue siendo un auténtico muro.
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