Segunda vida

El Milano Jazz Club resucitará en la librería Byron

El espacio cultural de la calle de Casanova cobijará desde el próximo enero el espíritu de la sala de conciertos, con su equipo musical y característico mobiliario

El alquiler empuja al cierre al Milano

El ayuntamiento buscará un espacio para dar continuidad a la programación del Milano Jazz Club

Salvar el Milano: la hora de las soluciones

Milano

Milano / Manu Mitru

Ramón Vendrell

Ramón Vendrell

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El Milano Jazz Club bajó la persiana definitivamente el pasado 28 de septiembre con una actuación del grupo ¡Yakety Yak! ¿Definitivamente?

Sí como espacio físico: el local que ocupaba en la Ronda de la Universitat está en obras para convertirse en un restaurante de la cadena francesa IT Italian Trattoria, cuya oferta fuera de mercado por el alquiler fue causa nuclear del cierre.

No su esencia: Ramon Larregola, miembro fundador de la coctelería y sala de conciertos, ha llegado a un acuerdo con la librería Byron (Casanova, 32) para que la marca Milano Jazz Club renazca allí.

El piano Kawai, la batería Canopus y otros materiales del equipo musical de la sala ya están en la Byron. Así como las sillas tapizadas de color rojo, las mesitas y otros elementos del interiorismo.

Salvar el espíritu

"El Milano se lo merecía", dice Larregola. "Se nos ocurrió que podíamos salvar el espíritu del Milano al conocer la noticia de su cierre, una pérdida para Barcelona en general y el jazz en directo en particular", dice Víctor Manuel Sánchez, propietario de la librería junto con su pareja, Mariana Sàrrias. Ambos clientes del club.

La librería Byron, inaugurada en 2020, tiene licencia para actividades musicales a través del programa Cultura Viva del ayuntamiento. De hecho, ya desarrolla una respetable programación de conciertos de flamenco, clásica, música cubana, indie y, claro, jazz. La intención es que los últimos, con una visión amplia del jazz, se enmarquen bajo la etiqueta Milano Jazz Club a partir de enero de 2024.

Dos salas

La Byron dispone de dos salas para conciertos y otras actividades culturales. La Brontë, con capacidad para 40 personas, y la Shelley, con capacidad para 100 personas. En efecto, tanto el nombre del comercio como los de las salas son declaraciones de intenciones.

Los conciertos en la Byron empiezan a la 19.30 como pronto y acaban a las 22.00 horas como tarde. El espacio cultural aspira a ofrecer, de momento, actuaciones del ciclo Milano Jazz Club los viernes y los sábados. Para empezar. "En poco tiempo hemos conseguido prestigio, creo, entre los músicos", señala Sánchez. "Es más, sin su apoyo el proyecto sería imposible", agrega.

Defiende Sánchez una línea que fue la que hizo del Milano Jazz Club un lugar importante para la música en directo en Barcelona. "La ciudad ha originado un capital humano-musical enorme a través de sus escuelas superiores de música -indica-. Hay que dar cancha a ese talento, que necesita sitios donde expresar su creatividad, y a la vez ofrecer propuestas internacionales".

Escuelas de música

Barcelona tiene cinco escuelas superiores de música, poca broma, mientras en los últimos años ha perdido no menos de media docena de salas de música en directo (el Rocksound, la Monasterio, el Pipa Club, el Honky Tonk Blues Bar, el Mandacarú, el Artte...).

Algo saben de música Sánchez y Sàrrias. Sin ir más lejos, Sàrrias fue programadora musical durante una década de CaixaForum. Por si acaso, mantiene la pareja una fluida relación con personas de la órbita del Taller de Músics y la Escola Superior de Música de Catalunya (ESMUC), que brindan asesoría. Sánchez no quiere decir nombres de asesores para evitar personalismos y un efecto escudería. "La programación no estará asociada a nadie en particular", zanja.

Amarrados

Ya hay bastantes nombres amarrados para el arranque de las sesiones Milano Jazz Club en la Byron a partir de enero de 2024, todos ellos contratados antes de que se cerrara el acuerdo la semana pasada. Roberto Carcassés ("uno de los mejores pianistas del jazz cubano", ilustra Sánchez) es uno de ellos. También está confirmado el saxofonista Jimmy Jenks. Y para antes de que empiece a andar el ciclo, están ya en la parrilla de diciembre el Diego Hervalejo Trío, Pau Figuers & Arnau Figueres y el Santi de la Rubia Trío. La cosa va en serio y más que lo irá, parece, bajo el marchamo de Milano Jazz Club.

En los conciertos de la Byron ya se puede tomar alguna copa básica. Sin desviar la atención de lo importante, no descarta Sánchez que en el futuro se ofrezcan algunos cócteles clásicos del Milano.

Cabo suelto

Queda un cabo suelto sobre el Milano. El último director artístico de la sala, Guim Cifré, reclama en paralelo, con el apoyo de la Associació de Músics de Jazz i Música Moderna de Catalunya (AMJM) y la Associació de Sales de Concert de Catalunya (ASACC), que el ayuntamiento dé continuidad a la labor desarrollada. El consistorio se comprometió a ello, pero por ahora no hay noticia al respecto. "Hay interlocución fluida", informan fuentes de la Concejalía de Cultura, dirigida por Xavier Marcé. Cifré acusa a la propiedad del Milano Jazz Club de impagos a él, otros trabajadores de la sala y músicos.

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