Embalses al 27%

Las reservas de los pantanos vuelven a caer en picado en Catalunya

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Pantano de sau

Pantano de sau

Francisco José Moya
Guillem Costa
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Durante la última semana ha habido algunas lluvias intensas pero han sido breves y muy localizadas. En líneas generales, el mes de julio no ha sido como mayo y junio, cuando llovió más de lo que era habitual. Los dos meses anteriores propiciaron una ligera mejora del escenario hídrico, tras una primavera extremadamente seca. Los embalses, que se habían situado por debajo del 26%, remontaron y superaron el 30% de su capacidad.

En cambio, este julio seco y caluroso ha dado un vuelco a la situación de recuperación. Si nos fijamos en las dos últimas semanas, observamos un preocupante descenso de las reservas en los embalses. De media, cada cuatro días, el estado de los pantanos se está reduciendo medio punto porcentual.

Ahora nos situamos un poco por encima del 27%, pero sin llegar al 28%, el porcentaje en el que se decretó el estado de excepcionalidad en la mayoría de comarcas, aplicando restricciones en el uso de agua en diferentes sectores. Durante las últimas semanas, las autoridades ya han avisado de que las lluvias de los últimos meses paliaban la gravedad de la sequía y que daban un respiro a los bosques, disminuyendo el riesgo de incendios.

Sin embargo, en ningún momento se ha hablado de dejar atrás la sequía. Si en agosto no hay lluvias abundantes y la dinámica sigue, se podría bajar del 25% y llegar a una situación similar a la de 2008, cuando los pantanos llegaron al 21% de capacidad.

Esto podría causar la entrada en fase de emergencia. La esperanza de los responsables de la gestión del agua es que justo antes de entrar en este periodio, lleguen las lluvias de otoño, que suelen caer en septiembre, octubre y noviembre. Es importante tener en cuenta que con las altas temperaturas, el proceso de evaporación se acelera, y se requieren todavía más lluvias para compensarlo.

En este gráfico se puede consultar el estado en tiempo real de los pantanos catalanes que se nutren de los ríos Muga, Fluvià, Ter, Daró, Tordera, Besós, Llobregat, Foix, Gaià, y Francolí.

Los embalses catalanes reciben agua a partir de dos fuentes: el Ebro y sus afluentes, cuya gestión depende directamente del Ministerio de Transición Ecológica, y las cuencas internas, que están en manos de la Generalitat. Estas últimas cuentan con un total de nueve embalses.

Estas infraestructuras fueron diseñadas para almacenar casi 695 hectómetros cúbicos de agua. En los últimos diez años, han estado de media por encima de los 550 hm3, una situación muy diferente de la actual.

El pantano de Sau, por ejemplo, está en una situación mucho mejor que cinco meses atrás, cuando llegó al 6% de su capacidad (ahora al 24%). Pero no es una realidad nada halagadora, igual que sucede con el pantano de Susqueda, al 28%. Los datos evidencian que la sequía, por ahora, sigue siendo extrema en Catalunya.