Conflicto en Oriente Próximo

Irán e Israel, cuatro décadas de guerra encubierta

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Manifestación en apoyo al ataque de Hamás contra Israel, el pasado sábado en las calles de Teherán.

Manifestación en apoyo al ataque de Hamás contra Israel, el pasado sábado en las calles de Teherán. / ABEDIN TAHERKENAREH / EFE

Adrià Rocha Cutiller

Adrià Rocha Cutiller

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La suya ha sido una historia de animadversión total. Hubo un tiempo, en otra época, en que Irán —que por aquel entonces era aún un reino— e Israel eran grandes amigos, de los pocos que tenía el Estado hebreo en la región. Pero una revolución que lo cambió todo llegó a Irán, que vio como el Shah caía y en su trono se sentaban otros. En 1979, Irán se convirtió en una República Islámica, y al mando se colocaron los clérigos chiís que ahora dominan el país. Desde entonces, el país persa marcó a su enemigo número uno: Israel. Los dos países llevan más de cuatro décadas en guerra.

Este conflicto latente nunca ha tenido ni frentes fijos, ni trincheras, ni un gran número de muertos iraníes ni israelíes. Irán e Israel, en su particular guerra fría regional, luchan a través de otros. Hamás —milicia aliada de Teheránes un último ejemplo de un conflicto interminable entre dos de las mayores potencias de Oriente Próximo.

"Irán está explotando el estancamiento de varias décadas del conflicto palestino y las políticas de 'territorios por paz', que han fallado", escribe el experto del think tank internacional Carnegie Michael Young, que es de los muchos que consideran que Teherán estuvo vinculada a la ofensiva de Hamás del pasado sábado.

"El Gobierno israelí ha abandonado completamente la idea de una solución de dos estados con su política de anexión de grandes partes de Cisjordania, y para los palestinos se ha eliminado todo horizonte de salida al conflicto que no sea la subyugación indefinida a la ocupación israelí. Irán ha tomado nota y ha decidido usar esta frustración como puerta de entrada al conflicto", continúa Young. En Palestina, Irán no solo ayuda, financia y entrena a Hamás. La otra gran milicia de Gaza, la Yihad Islámica, también es una estrecha aliada de Teherán.

Una guerra regional

La primera vez que Irán e Israel entraron en conflicto fue en 1982. Después de la invasión israelí del sur del Líbano, Irán empezó a apoyar a una naciente milicia chií libanesa, Hizbulá, que ahora, en la actualidad, goza de más poder de influencia en el Líbano que el propio Gobierno de Beirut. 

Desde entonces, los escenarios han sido variados. En Siria, Irán ha dado todo su peso al Gobierno de Bashar al Asad, también enemigo de Israel, que durante la década de conflicto en el país árabe ha lanzado ataques aéreos constantes contra Damasco y posiciones iraníes y de sus milicias afines, las Fuerzas de Movilización Popular (FMP).

Ademá, en los últimos años, sobre todo desde la escalada de tensión que supuso la ruptura del acuerdo nuclear, drones iraníes han atacado a cargueros israelíes en el golfo Pérsico, y viceversa. El último de estos ataques ocurrió en febrero de este año, cuando un petrolero con destino a Israel fue atacado por varios misiles en el mar de Arabia.

Pero hay más: Irán acusa constantemente al Estado hebreo de realizar ataques y actos de sabotaje contra las plantas nucleares iraníes, además de asesinatos a científicos nucleares persas. El último caso fue la muerte de Mohsen Fajrizadeh, el jefe del programa nuclear iraní. Fajrizadeh fue asesinado a balazos en 2020 en las afueras de Teherán, mientras viajaba en su vehículo privado. Todos los dedos apuntaron entonces a los servicios secretos israelíes.

Alianzas y aislamientos

Hasta la fecha, a pesar de que muchos consideran que Irán ayudó en el ataque de Hamás, no han aparecido aún pruebas al respecto. "Se lo hemos dicho muy claro a los iraníes: andad con cuidado", dijo este miércoles el presidente estadounidense, Joe Biden. En las capitales de la región, el miedo a la escalada de este conflicto —si Irán e Hizbulá se involucran aún más— es palpable, y el frenesí de llamadas entre líderes es constante. 

Este miércoles por la noche, de hecho, el presidente iraní, Ebrahim Raisí, habló por teléfono con el príncipe heredero saudí y primer ministro, Mohamed bin Salmán. Es la primera vez que líderes de tan alto rango de estos países hablan en décadas. La pasada primavera, Irán y Arabia Saudí firmaron un acuerdo de normalización de relaciones. Además, Riad, con la intermediación de Estados Unidos, estaba "cerca" de lograr lo mismo con Israel. Ambos movimientos podrían verse afectados ahora por el ataque de Hamás.

"Muchos argumentan que la ofensiva de la milicia palestina puede estar vinculada con el acuerdo de paz que parecía inminente entre los saudíes y los israelíes —asegura Young—. Bin Salmán parece incluso apuntar en esa misma dirección, según dijo en una entrevista reciente a la cadena Fox News. Evitar cualquier tipo de acuerdo entre israelíes y otros países regionales es un objetivo vital de Irán. Teherán quiere evitar como sea tener que enfrentarse a un frente regional que se le oponga".

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