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"Señora Colau, sus agentes no tienen orden de sancionar a los incívicos"

La Guardia Urbana patrullando por la playa de Barcelona

La Guardia Urbana patrullando por la playa de Barcelona / JORDI COTRINA

Xavi Ventalló

Señora Colau: El sábado 8 de agosto pude comprobar que la Guardia Urbana que usted tan magistralmente dirige no tiene órdenes de sancionar a los ciudadanos que van sin mascarilla. Estuve hablando con dos de sus agentes al principio de la calle Baluard, tocando al Paseo Marítimo (imagino que ya se ha ubicado), en plena Barceloneta.

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Pues bien, mientras les recriminaba a sus subordinados la falta de sanciones a los ciudadanos irresponsables que pasaban por nuestro lado sin mascarillas, ellos me dijeron dos cosas: una, que no les iba a enseñar a hacer su trabajo (pues mire usted, quizá sí). La otra, que las órdenes que tienen son muy claras. Primero tienen que preguntar si tienen mascarilla. Si la tienen se la tienen que poner, lógicamente, y solo en el caso de que no la lleven les pueden sancionar, y digo 'pueden' porque fue tal y como lo describieron estos dos agentes. En ningún momento me indicaron que en este último supuesto les sancionaban con total seguridad. Y lo último es que no hay la certeza de que esa supuesta sanción siga su curso.

No sé si esta actitud de los ciudadanos irresponsables que pueden transmitir la enfermedad y llegar a matar a otros ciudadanos le parece de menor gravedad que la de aparcar un momento en doble fila o en una zona de carga y descarga.

Tengo la sensación que como que la 'pacificación' de las calles de Barcelona le salió tan mal a usted y a la señora Sanz, ahora no tienen el valor de volver a infligir a los ciudadanos más calamidades en forma de sanciones; ya nos 'sancionaron' suficiente durante la 'pacificación' con la anulación de infinidad de paradas de bus, recorridos que tuvimos que hacer a pie o en coche, señora Colau, ese monstruo al que usted tanto detesta. Las subidas a los barrios de Guinardó, Can Baró y el Carmel son demasiado duras de hacer, sobre todo cuando se tiene una cierta edad y un carro de la compra cargado de alimentos para la semana.

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