Aprender a no mentirnos, aprender a no sacar pecho con nuestra sanidad o con nuestra banca, cuando se ha demostrado que ellos, con sus recortes y los presupuestos para otras cosas, han llevado en estos momentos tan delicados a que nuestra sanidad esté con el agua al cuello. A aprender que son tan humanos como nosotros, y que aunque se crean el centro del mundo o que pueden hacer lo que les venga en gana, cualquier enfermedad, cualquier virus también se los puede llevar por delante.
No haber aprendido de lo que ha ocurrido en otros países nos ha llevado (en estos momentos) a que en nuestro país haya habido ya más muertos que en China. Y eso debería hacerles recapacitar y darse cuenta de que en muchos ámbitos no saben, y que deberían ser más humildes y dejarse aconsejar por los verdaderos expertos, y aprender de los errores ajenos. Decir que nuestra sanidad es la mejor del mundo, (y yo no dudo de que sea así), pero no apoyarla y dedicarle el dinero que se merece y necesita es otra barbaridad más de este país.
El problema viene por poner a ministros, presidentes y otros muchos cargos en ámbitos que ni saben, ni dominan. Es como darle a una persona sin brazos una caja de herramientas. Y aquí estamos: Toda la población sufriendo las consecuencias, y sobre todo la gente mayor y con problemas respiratorios. Igual resultará que es para ahorrarse miles de millones en las personas mayores, que han muerto o morirán en los próximos días (pensionistas, jubilados y viudas). Otra vergüenza más de los que dicen gobernar este país.