Obras en la carretera Camallera-Vilaür: ¿es necesario gastar dinero en estropear el entorno?

La Diputación de Girona ha iniciado obras en el tramo de la carretera GIV-6231 que comunica Camallera con Vilaür (2 km). Es la típica carretera de la red ampurdanesa que da gusto recorrer, agradable para la vista y poco transitada. Muy querida por vecinos, ciclistas y turistas sin prisa.

Con el tiempo se ha mejorado su inicial trazado y firme de tal forma que ya no es inhabitual ver allí coches que circulan a 80 km por hora. Las obras ensanchan el actual trazado suprimiendo curvas y sectores angostos. El destrozo es considerable y en mi opinión innecesario. El objetivo parece ser eliminar los últimos impedimentos a una circulación acelerada, acercando lo que hoy es un trayecto bonito y relajado en algo mucho más parecido a una vía rápida.

Esta modificación costará 627.000 euros. ¿Es realmente necesario gastar dinero en seguir estropeando el entorno? El grueso de la nueva red viaria que trincha desde hace algunos años el Alt Empordà ya causó enorme perjuicio, restando mucho terreno de cultivo e introduciendo una proliferación desmesurada de rotondas y señalizaciones (la de Vilaür, manifiestamente innecesaria que sustituyó a un simple Stop, cuenta con 25 señales e indicaciones). Entonces aquello se justificó en las necesidades del intenso y creciente tráfico. Pero en este caso se trata de una carretera poco transitada.

Además, quien quiera ir a Figueres a 100 km por hora tiene otras vías rápidas a su disposición. Cuando la tendencia actual más razonable es la de ir hacia disminuciones de la velocidad autorizada, la Diputación parece optar por lo contrario, gastando inútilmente dinero en estropear un poco más nuestro entorno e incrementando los riesgos de accidentes, causados no por vías estrechas que obligan a moderar la velocidad, sino precisamente por los excesos de velocidad. ¿Cuánto tiempo tendremos que sufrir la mentalidad de funcionarios y planificadores de anticuada mentalidad crematística y desarrollista?