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Los móviles coaccionan la libertad de los pasajeros del transporte público

Una foto de archivo con dos personas escribiendo en sus teléfonos móviles

Una foto de archivo con dos personas escribiendo en sus teléfonos móviles / FERRAN NADEU

El mal uso del teléfono móvil, por falta de educación y respeto hacia los demás, provoca que padezcamos una agresión sonora permanente, especialmente en los transportes públicos, que creo debería ser regulada.

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Me desplazo habitualmente en los FGC y me siento agredido al tener que escuchar conversaciones privadas con los ex, las parejas, los jefes y jefas, los compañeros de trabajo, los hijos...¿Qué me importa que tu ex haya dejado de pagar la mensualidad, que tu jefe te haya abroncado, que esta noche vas a salir a ligar, que tu hija se ha enamorado?

Lo que quiero es utilizar mi tiempo libre para pensar, leer, estar conmigo mismo, lo cual es imposible con conversaciones a gritos que me distraen y me agreden mentalmente.

¿Alguien se ha planteado hasta qué punto es una coacción a la libertad de los demás pasajeros? En un espacio cerrado público deben coexistir ciertas normas de convivencia.

¿Qué ocurriría si todos nos pusiéramos a hablar a gritos con la persona que tenemos a nuestro lado? Deberá, también, anunciarse por megafonía que se utilice adecuadamente el teléfono móvil, de la misma forma que se sugiere que se tenga respeto por las personas mayores para cederles un asiento?

¿Hasta dónde hemos llegado? Por favor, tecnología sí, pero educación y respeto a los demás por encima de todo.

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