Invirtamos en la paz, no en las armas

Según el Centro Delàs de la Paz, Europa vende armas a estados en conflicto permanente. En estos casos, los conflictos armados han empeorado la situación de muchos países provocando la crisis de los refugiados. Entre estos estados que priorizan el negocio sobre la paz, se encuentra España, que ha aceptado producir y vender 400 misiles láser a Riad, a pesar de ser Arabia Saudí un país en guerra contra Yemen desde hace tres años, una guerra que ya ha ocasionado 10.000 muertes de civiles. En este país, según la ONU, la población civil sufre la peor crisis humanitaria del mundo y debe hacer frente al cólera, la difteria y el hambre.

Todos esos países vendedores de armas deberían rechazar cualquier demanda de armas de los países en conflicto. No hacerlo es convertirse en corresponsable del uso indiscriminado de esas armas que matan civiles y provocan dolorosas corrientes de refugiados. 

Avergüenza saber que Pedro Sánchez ha desistido abrir un debate sobre la venta de armas a países en conflicto como Arabia Saudí y la posibilidad de establecer controles para que no se usen en contra de la población civil. Negar ese debate no es apostar por la paz. Ante esa postura inadmisible no cabe otra medida que la ONU imponga su criterio pacifista y sancione a los estados que ven con buenos ojos este negocio infame.